tag:blogger.com,1999:blog-78852048872804916612024-03-14T05:15:05.032-03:00Entre la samba y el tangoCrónicas de Nazaret Castro entre São Paulo, Buenos Aires y MadridNazaret Castrohttp://www.blogger.com/profile/07273103837299512938noreply@blogger.comBlogger543125tag:blogger.com,1999:blog-7885204887280491661.post-64156237756601383652016-07-16T11:43:00.002-03:002016-07-16T11:48:56.229-03:00Buenos Aires, la nueva capital de la espiritualidad<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgCHxg1jA9M56XJqKsPf-VQVnIhMkbvS0tSrqKDAKHZ_qqgzn3GoPVzwOaTFaCYlzsp6itaezTz2ap_slghcNLd1wi3_aDgFeLDFQtSe_cmemZJMdUpJ7Gq3UA_kUVljGBZaWYAAyvEMAHB/s1600/13220923_10154393148937448_1659013018998273839_n.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="213" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgCHxg1jA9M56XJqKsPf-VQVnIhMkbvS0tSrqKDAKHZ_qqgzn3GoPVzwOaTFaCYlzsp6itaezTz2ap_slghcNLd1wi3_aDgFeLDFQtSe_cmemZJMdUpJ7Gq3UA_kUVljGBZaWYAAyvEMAHB/s320/13220923_10154393148937448_1659013018998273839_n.jpg" width="320" /></a></div>
<br />
<br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">Parece paradójico, al menos en principio. La ciudad de los atascos y
las quejas, la urbe insomne e inquieta, la “ciudad de la furia” a la que
se refería la mítica canción de Soda Stereo, es también <b>el centro de un estallido de nuevas formas de espiritualidad. </b>En <a href="http://www.elconfidencial.com/tags/lugares/buenos-aires-7661/" target="_self">Buenos Aires</a> prolifera en los últimos tiempos <a href="http://www.elconfidencial.com/multimedia/album/cultura/2015-11-21/todas-las-posturas-del-yoga-himalaya-salon-de-casa-museo_1101658/#0" target="_self">el yoga</a> en sus inagotables modalidades, círculos de mujeres, iniciaciones de<a href="http://www.elconfidencial.com/tecnologia/2013-01-21/reiki-para-tratar-el-cancer-la-pseudociencia-entra-en-la-universidad_768426/" target="_self"> reiki</a>, registros akáshicos, tantra, ayurveda, meditación budista... </span></span><br />
<br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">La
ensordecedora rutina del microcentro porteño esconde el epicentro de la
oleada de nueva espiritualidad que congrega a los argentinos pero,
también, a<b> extranjeros que llegan interesados por esa oferta. </b>O
que llegan por otros motivos y se enganchan con estas cuestiones. Es el
caso de la bailarina y comunicadora colombiana Lorena Echeverri: “Yo
vine a Buenos Aires a hacer una maestría de antropología social y
también cursé la de reiki. Buenos Aires se abre como un abanico de
oportunidades para que <b>las personas que quieran experimentar su espiritualidad puedan hacerlo”</b>,
relata Lorena, que lleva una década arraigada en la capital porteña. La
catalana Rebeca Mora también encontró en Argentina el lugar perfecto
para ahondar en el camino del yoga: hoy, Gurupritam Kaur -su nombre
espiritual- imparte clases de Kundalini Yoga y estudia para ser
profesora de Vinyasa Flow Yoga.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">“Afortunadamente, la expansión de las herramientas para la sanación y
la expansión de la conciencia es sumamente veloz y eso habla de que las
cosas lindas también se contagian”, apunta Verónica Aquistapace,
porteña, directora de Ser Consciente, un centro donde se combinan
técnicas como la <a href="http://espanol.thebrightpath.com/info/%C2%BFqu%C3%A9-es-la-ascensi%C3%B3n-de-los-ishayas" target="_blank">Ascensión Ishaya</a> y el <a href="http://elcaminomasfacil.com/que-es-hooponopono.html" target="_blank">Ho'oponopono</a>. “En primera instancia <b>se consideró una moda</b>,
pero hoy se constata que, lejos de ser algo pasajero, las personas se
están encontrando con su ser verdadero cada vez con más fuerza. Todos
estamos andando un camino espiritual, si bien algunos lo hacen
conscientemente y otros no se han dado cuenta aún. Está buenísimo que
cada vez más gente prenda la luz en ese camino, y creo que Buenos Aires
pueden ser <b>un foco expansivo de esta tendencia</b>”, señala Verónica.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">Prueba
de esa expansión es la trayectoria de la también porteña Sharon Glantz,
que era 'personal trainer' hasta que, con el yoga, descubrió que a
través del cuerpo podía vislumbrar algo más profundo: “Me conecté con la
respiración, empecé a entender cómo al destrabar el cuerpo podemos <b>conectar con la energía más sutil</b>”,
relata Sharon. Luego comenzó a explorar distintas herramientas: la
meditación, el reiki, los registros akhásicos. “Siempre me gustó enseñar
todo lo que sé, así que cada vez que incorporo una de estas
herramientas, la trato de aplicar a las personas que acuden a mis
talleres”. En sus terapias, Sharon combina esas técnicas diversas, desde
el reiki y el yoga hasta lo aprendido durante los años que se dedicó a
la actuación, y las aplica <b>en función de las necesidades de la persona que tiene en frente</b>:
“Lo interesante de la diversidad de terapias que está habiendo es que
cada persona puede ir buscando y encontrando lo que más le sirva, porque
cada persona es distinta: hay quien tiene más facilidad para acceder
desde el cuerpo, con el yoga o la danza; otros consiguen entrar
directamente desde la mente, con una visualización o meditando”.</span></span><br />
<h2>
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">¿Qué precio ponerle al espíritu?</span></span></h2>
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">Sharon estudia psicología, si bien la emplea “como marco teórico: leer a<a href="http://www.elconfidencial.com/cultura/2016-05-06/sigmund-freud-aniversario-psicoanalisis_1195804/" target="_self"> Freud</a> o a Lacan me sirve como cimiento, pero al elegir una herramienta para sanar, no elijo la psicología tradicional sino <b>una psicología sistémica que trabaja con la energía sutil</b>”.
Como Verónica, Sharon cree que, si bien una terapia psicológica al uso
puede ser muy útil para determinadas personas o en ciertas fases de la
vida, técnicas como la meditación o el Ho'oponopono pueden ser una vía
mucho más rápida para la sanación. Eso sí: “En el fondo, todos hablamos
de lo mismo: de sanar, de que el ser humano pueda vivir mas tranquilo”.
Muchas técnicas sirviendo al mismo fin: <b>sanación y autoconocimiento</b>.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">Pero, ¿no existe el riesgo de que algunas personas se metan en el mundo de la espiritualidad<b> buscando simplemente el lucro</b>?
Si por un lado algunas de las tantísimas ofertas que se encuentran en
Buenos Aires relacionadas con la espiritualidad son sospechosas de estar
pensadas más para ganar dinero que para ayudar a sanar, también es
cierto que son muchos los profesores de yoga, maestros de reiki y
terapeutas holísticos que <b>brindan parte de sus servicios gratuitamente</b> o a cambio de una contribución voluntaria o de algún tipo de intercambio.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">“Es verdad que <b>hay mucho 'chanta' [pícaro</b>, en la
jerga porteña] dando vuelta, que aprovecha el manejo de la energía a su
alrededor; pero hay de todo como en todos los mundos; también en la
medicina hay quien ejerce su oficio con honestidad y entrega y otros que
se llenan los bolsillos sin dar un buen servicio”, señala Sharon, y
añade: “Lo que yo siempre recomiendo, se trate de un psicólogo o de un
terapeuta holístico, es que acudas a alguien que te recomendó alguien
conocido, que sepas de dónde viene y cuál es su orientación, porque lo
que vamos a trabajar es <b>muy íntimo y muy estructural</b>, como la psiquis, la energía”.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">Al fin y al cabo, por más que en las sociedades capitalistas en las que vivimos todo, <b>incluso la espiritualidad, corra el riesgo de ser mercantilizado</b>,
nada más lejos del consumismo que la sabiduría ancestral que subyace a
esta diversidad de técnicas. Así lo muestra la experiencia de Rebeca,
que cuando se topó con el yoga, hace ahora ocho años, trabajaba como
enfermera de cuidados intensivos en el <a href="http://www.bellvitgehospital.cat/" target="_blank">Hospital Universitario de Bellvitge</a>, en Hospitalet de Llobregat. “Estaba en <b>un momento de crisis personal</b>:
llevaba un ritmo muy acelerado, no dejaba de estudiar posgrados,
viajar, estaba en una rueda de hacer, hacer, consumir, producir, todo mi
tiempo lo invertía, estaba en este sistema que no me dejaba ni un
segundo para mí; me sentía muy desconectada, y eso terminó
transformándose en una crisis de ansiedad que fue un toque de atención.
Ahí descubrí el yoga, y me transformó por completo. Me dio herramientas
para lidiar con situaciones de estrés, y me permitió encontrar un
sentido a mi vida, más allá de esta sociedad capitalista en la que todo
es comprar y consumir. El yoga permite ir hacia adentro, conectar con la
respiración, con el momento presente: <b>el aquí y ahora</b>”.</span></span><br />
<br />
<h2>
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">¿Por qué Buenos Aires?</span></span></h2>
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">Pero, ¿por qué en Buenos Aires se está
gestando esta ebullición de propuestas relacionadas con la
espiritualidad? “Aquí es fácil esa proliferación, porque <b>no tiene tan fuerte la impronta de magia negra</b>, de lo que se consideran trabajos, y <b>tampoco es tan fuerte el catolicismo</b>
como en otros países latinoamericanos; eso hace más fácil que se
expandan estas otras vías para profundizar en la espiritualidad”, opina
Verónica. No le extraña tampoco que estas técnicas de meditación y
sanación proliferen en una ciudad que, con su círculo metropolitano,
suma <b>doce millones de habitantes</b>: “En la gran ciudad,
la gente necesita más que en ningún otro lugar un contacto con la
tierra, y con la conciencia, con su ser, que no propicia el ambiente, si
uno vive en la montaña o en el mar quizá no sale a la búsqueda de
herramienta, pero el estrés y la opresión que se sufre en las ciudades
ejerce la presión necesaria para que las personas se arrimen a estas
herramientas y sea cual sea la vía por al que ingresan a su
espiritualidad, emprendan un camino de descubrimiento”. Como apunta
también Rebeca, “en las ciudades grandes, la gente necesita herramientas
como el yoga para poder ir hacia dentro y no sentirse como robots, como
una parte más de la maquinaria del sistema”.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">Tal vez, por otra
parte, en una ciudad que se vanagloria con justicia de su vasta oferta
cultural, “las actividades espirituales hayan <b>calado como una oferta más</b>
para satisfacer esta sociedad de consumo cultural”, sugiere Lorena.
Pero ella se inclina por motivos más profundos y remite a la teoría de
Matías de Stefano, un niño Índigo que hoy tiene 29 años. “Estamos
viviendo un cambio energético: la Kundalini del planeta, que estaba
ubicada en el Himalaya, se está moviendo hacia la cordillera de los
Andes; dentro de esa nueva distribución energética planetaria, cada país
y cada región tiene una misión, y en Argentina <b>se está gestando nueva luz para el planeta</b>.
El mundo se mueve hacia una nueva concepción de las cosas”. Y en ese
nuevo orden cósmico, dice Lorena, el rol de la mujer es crucial.</span></span><br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="font-size: small;"><span class="summary block-summary"></span></span></span><br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">“Hablo de la restitución de un espíritu femenino para hombres y
mujeres, que pueda devolver la validez de la inteligencia creativa que
escapa a la razón lógica” en favor de la fluidez y la intuición, explica
Lorena. Por eso ella decidió <b>centrar su trabajo en las mujeres</b>:
“Siento que al sanarnos y empoderarnos, el camino se abre más
fácilmente para todos los seres”. Desde 2009, Lorena convoca círculos de
mujeres arropados por la luna llena o nueva, desde los que viene
trabajando los arquetipos en torno al ciclo de la menstruación con la
ayuda de un libro de cabecera: <a href="http://www.casadellibro.com/libro-luna-roja-los-dones-del-ciclo-menstrual/9788488242303/497404" target="_blank">Luna Roja</a>, de Miranda Gray. Pero Lorena es también bailarina de folclore afrocolombiano, y decidió combinar ambos saberes: surgió de ahí <b>el taller Afroútero</b>,
que “plantea el ciclo menstrual con sus fases bailadas en torno a
cuatro ritmos afrocolombianos: bullerengue, cumbia, mapalé y currulao”. A
través de la danza, las mujeres que acuden al taller trabajan la
intuición, la confianza, la creatividad; y con ello movilizan emociones.
Una vez más: sanación y autoconocimiento, y de ahí, necesariamente,<b> </b>conciencia del propio poder.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">Las
herramientas están ahí, proliferan, se combinan y mestizan. En el medio
hay, sí, mucho 'chanta', pero también muchas personas que, como Lorena,
Rebeca, Verónica y Sharon, tratan desde el corazón de poner su granito
de arena para construir una sociedad mejor o, como ellas dirían, <b>más consciente</b>. </span></span><br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="font-size: small;"><br /></span></span>
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">* La imagen corresponde al taller de Afroútero de Lorena.</span></span><br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">* Artículo <a href="http://www.elconfidencial.com/mundo/2016-06-16/buenos-aires-nueva-capital-espiritualidad_1205571/">publicado originalmente en El Confidencial</a>. </span></span><br />
<br />
<br />
<br />Nazaret Castrohttp://www.blogger.com/profile/07273103837299512938noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7885204887280491661.post-29445699784744919802016-06-29T11:17:00.000-03:002016-06-29T11:17:08.255-03:00Colombia acaricia la paz: los retos para las FARC<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgnwDnZORO1JaW_g2jHBSluvtkYD3xK2reNBzkecYTxB2DvnDZVt5ggfT2Q0cSi0IAnjHayFYhMdsBVYmFXFPVcrFDzJw3hxIl53E1dMaIeveoVAnUqRo6gAHdHhSknX7jLSyHy6IYMOGH9/s1600/FARC1200x400.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="106" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgnwDnZORO1JaW_g2jHBSluvtkYD3xK2reNBzkecYTxB2DvnDZVt5ggfT2Q0cSi0IAnjHayFYhMdsBVYmFXFPVcrFDzJw3hxIl53E1dMaIeveoVAnUqRo6gAHdHhSknX7jLSyHy6IYMOGH9/s320/FARC1200x400.jpg" width="320" /></a></div>
<br />
<br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;"><strong><em>Después del histórico acuerdo, no son pocos los desafíos
que tienen por delante las FARC para desmovilizarse después de 52 años
de historia. ¿Se abre un horizonte para la esperanza? </em></strong></span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">El 23 de junio se recordará como un día histórico para Colombia. Más
de medio siglo después, la mayor y más antigua guerrilla del continente
se dispone a abandonar las armas y reintegrarse en la sociedad
colombiana. Las perspectivas animan al optimismo: nunca antes se había
alcanzado <a href="http://www.elespectador.com/noticias/paz/paz-colombia-resta-negociar-articulo-639511">un acuerdo con el nivel de detalle que se logró en La Habana </a>tras
cuatro años de negociaciones. Pero los retos que quedan por delante no
son pocos: las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC)
deberán demostrar si están a la altura del desafío y las instituciones
del Estado, así como la sociedad en su conjunto, tendrán que acompañar a
la guerrilla en este proceso.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">El principal desafío es casi una obviedad: después de 52 años de
lucha armada, escondidos en los confines de la geografía del país de las
tres cordilleras, muchos guerrilleros no conocen otra vida ni saben
hacer otra cosa. Los expertos, desde hace unos años, advierten además
que las motivaciones ideológicas -esto es, la lucha campesina por la
tierra que está en el origen de la creación de las FARC en 1964- se han
diluido y han dejado paso a motivaciones menos confesables, desde la
económica que se deriva del control de una parte del entramado del
narcotráfico, a la coerción, pues en los territorios más expuestos a la
violencia ha sido frecuente la captación de niños que han sido
guerrilleros a la fuerza.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">Del otro lado, los guerrilleros se enfrentan con escepticismo a la
buena voluntad del Estado colombiano. No ayudan los precedentes
históricos: tras la movilización de una parte de las FARC y otros grupos
insurgentes en 1985, los guerrilleros desmovilizados crearon la Unión
Patriótica como propuesta política; al menos 3 mil de sus miembros
fueron exterminados por fuerzas paramilitares. Y está por ver, también,
cuál será el grado de madurez de la sociedad colombiana para albergar en
su seno a los antiguos guerrilleros. En estas condiciones, ¿estarán los
guerrilleros dispuestos a bajar del monte porque sus jefes se lo
ordenen?</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">Las dos partes que negociaron en La Habana eran conscientes de la
magnitud de este desafío; de ahí que la desmovilización efectiva <a href="http://www.elespectador.com/noticias/paz/tres-claves-del-acuerdo-sobre-el-fin-del-conflicto-articulo-639495">haya sido diseñada al milímetro</a>
y cuente con la supervisión de Naciones Unidas. Si todo sale tal como
ha sido pactado, la guerrilla habrá abandonado las armas en seis meses.</span></span><br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">Ese diseño prevé la creación de<a href="http://www.eltiempo.com/politica/proceso-de-paz/claves-sobre-las-zonas-de-concentracin-de-las-farc-en-colombia/16628661"> 23 zonas de ubicación y ocho campamentos para la desmovilización</a>
y concentración de los guerrilleros. En los campamentos se concentrarán
los actores armados y no podrá entrar la población civil; la
insurgencia podrá circular además por las zonas veredales transitorias,
de unos 9 kilómetros cuadrados, que supervisarán 300 funcionarios
internacionales, civiles o militares, pero no armados. Los guerrilleros
que resulten beneficiados con la excarcelación de sus delitos, como
resultado de una amnistía, podrán ir a <a href="http://www.elespectador.com/noticias/politica/garantias-de-seguridad-el-reto-inminente-articulo-639630">“sitios de estadía” que estarán previstos en estas zonas</a>.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">Uno de los aspectos más espinosos en este sentido es qué ocurrirá con
los menores de edad que han sido reclutados por las FARC. La sociedad
colombiana debe prepararse para <a href="http://www.eltiempo.com/politica/proceso-de-paz/reto-de-desarmar-a-los-ninos-soldados-de-colombia/16628498">recibir un número todavía incierto de adolescentes entre 15 y 18 años</a>, cuya plena inserción social, con posibilidades de un futuro mejor, debe ser prioritaria.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;"><strong>Garantías de participación</strong></span></span><br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">Las FARC tendrán 45 días para desplegarse en las zonas de ubicación;
la transición hasta la definitiva entrega de las armas y el fin de las
zonas de ubicación será de seis meses. A partir de ese momento, los ex
guerrilleros serán ciudadanos colombianos con pleno derecho a la
participación política a través de cauces legales.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">El Estado deberá garantizar la viabilidad de esa participación
política, lo que incluye necesariamente el combate a los grupos
paramilitares. En los últimos meses, de hecho, el Gobierno de Juan
Manuel Santos ha realizado una ofensiva contra el fenómeno paramilitar, <a href="http://www.elespectador.com/noticias/politica/garantias-de-seguridad-el-reto-inminente-articulo-639630">en respuesta al paro armado decreatado a fines de marzo por una de estas bandas, el clan Úsuga</a>.
Trataba así de demostrar a la Jefatura Mayor de las FARC que existe
voluntad política en la Casa de Nariño por frenar los intentos de los
paramilitares por controlar los territorios en los que hasta ahora
estaba presente la guerrilla, y por reducir a estas bandas criminales
que suponen una amenaza para la integridad física no sólo de los
guerrilleros que se desmovilicen, sino también de los activistas de
izquierdas, militantes de propuestas como Marcha Patriótica, o los
líderes comunitarios indígenas, afrodescendientes y campesinos. Según <a href="http://www.elespectador.com/noticias/politica/garantias-de-seguridad-el-reto-inminente-articulo-639630">el último informe del Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos (Cerac), sólo el año pasado 105 líderes sociales</a>,
militantes de partidos políticos y sindicalistas, fueron asesinados en
Colombia. Además, según datos de la ONU, se registraron 151 amenazas de
muerte y 885 ataques. En los cuatros primeros meses de este año, la
cifra de muertes asciende a 27.<strong> </strong></span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;"><strong>El desafío simbólico</strong></span></span><br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">Entre los retos que se despliegan en un orden temporal de más largo
alcance, para las FARC pero también para la sociedad colombiana en su
conjunto, está la superación de la división social ante el riesgo de
polarización que suponen este tipo de procesos, <a href="https://sextante.uniandes.edu.co/index.php/ejemplares/sextante-5/latitudes/el-proceso-de-paz">como recuerda Ricardo Arias Trujillo, profesor de Historia en la Universida de Los Andes</a>.
Frente a los retos relacionados con la reparación y la conciliación, el
trabajo de memoria adquiere una importancia central, y con ello
vuelven, señala Arias Trujillo, preguntas esenciales: “¿Vale la pena
recordar, si lo que se quiere es mirar hacia el mañana? ¿Qué es lo que
se debe rememorar? La memoria no registra, sino que construye”, y
entonces, “¿cómo llegar a una memoria que cobije a los diferentes
sectores de la sociedad?” La lucha simbólica es siempre parte importante
de la lucha política.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;"><a href="http://www.prensa.com/mundo/Colombia-retos-siguen-firma-acuerdos_0_4513048802.html">Sostiene el sociólogo Alexander Castro</a>
que, tal vez, el mayor reto para el país es erradicar las divisiones
que han dejado décadas de guerra, y que se manifiestan en dos visiones
del conflicto: la urbana y la rural. “Quienes realmente han sido
azontados por el conflicto son los campesinos. Desde la ciudad el
conflicto se mira de otra manera”. ¿Cómo hacer, entonces, que la ciudad
entienda que una paz duradera sólo es posible si se resuelve el origen
del conflicto, la compleja situación de desigualdad en un país aquejado
de una ancestral injusticia social que hasta ahora las élites han sido
poco proclives a corregir?</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">Para las FARC y los sectores de la izquierda del espectro político,
la disputa por los sentidos será decisiva, y comenzará por la campaña
por el sí en el plebiscito por el que los colombianos deben ratificar el
acuerdo de paz, a través de un mecanismo que concretará la Corte
Constitucional.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">El primer enemigo a batir en esa batalla simbólica es el uribismo. Los seguidores del ex presidente Álvaro Uribe Vélez <a href="http://www.semana.com/nacion/articulo/plebiscito-por-la-paz-el-pulso-por-el-si-y-por-el-no/478199">ya han iniciado su propia campaña contra el proceso de paz, bajo el lema de “No más”</a>.
El uribismo pide cárcel para los autores de delitos de lesa humanidad y
narcotráfico, exige la entrega de las armas por parte de la
insurgencia, cuestiona la elegibilidad futura de quienes han estado en
la guerrilla y rechaza que se incorporen a la Constitución los acuerdos
de la mesa por medio de la figura de acuerdos especiales humanitarios,
contemplados en los protocolos a los tratados de Ginebra. El uribismo
ejerce un influjo poderoso en Colombia, pero no le será fácil forzar el
no en un plebiscito. La sociedad colombiana anhela la paz.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">Las FARC, en fin, enfrentan importantes desafíos que abarcan un largo
horizonte temporal. Ni para los guerrilleros ni para la sociedad
colombiana será fácil pasar página después de medio siglo de conflicto
armado; pero tienen espejos donde mirarse: en Guatemala, donde la Unidad
Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG) se reinsertó en la vida
política del país; o en El Salvador, donde el El Frente Farabundo Martí
para la Liberación Nacional (FMLN) llegó al poder desde las urnas. La
consolidación de la paz requerirá grandes dosis de madurez, paciencia y
tolerancia. Sería, además, <a href="http://www.esglobal.org/las-incognitas-del-proceso-de-paz-en-colombia/">un error de bulto pensar que el conflicto social en Colombia se reduce al conflicto militar</a>
entre las FARC y las Fuerzas Armadas. Pero, pese a todo, el acuerdo de
paz anunciado el 23 de junio abre un horizonte de esperanza para
concebir una Colombia donde la paz se construya desde los territorios y
se entienda no como ausencia de guerra, sino como de justicia social.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">* Publicado <a href="http://www.esglobal.org/colombia-acaricia-la-paz-los-retos-para-las-farc/">en Esglobal. </a></span></span>Nazaret Castrohttp://www.blogger.com/profile/07273103837299512938noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7885204887280491661.post-49202085613342202822016-06-29T11:13:00.001-03:002016-06-29T11:13:35.645-03:00Los siete desafíos para la paz en Colombia<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;"> Es una noticia histórica. El acuerdo anunciado entre el Gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (<strong>FARC</strong>), tras cuatro años de negociaciones en La Habana, está llamado a <strong>poner fin a una guerrilla con 52 años de historia</strong>.
La sociedad colombiana festeja la paz, pero permanece atenta a los
desafíos que presentará la que es ya la palabra de moda: el
post-conflicto. Como afirma el politólogo Carlos Medina Gallego, “la
firma del acuerdo sobre el fin de la guerra entre Gobierno y FARC es un
paso más en el proceso; todavía queda camino por andar. Estos son
algunos de los retos que encontrará la sociedad colombiana en ese
camino:</span></span><br />
<h2>
<span style="font-size: large;"><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;">¿Cómo garantizar que los paramilitares se desmovilicen?</span></span></h2>
<div id="SMIntext_container" style="float: none; height: 1px; padding: 0px; position: relative; width: 597px;">
<video controls="" height="1" id="SMIntext_player" style="float: none; left: 0px; padding: 0px; position: absolute; top: 18px;" width="597"></video></div>
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">El Estado y las FARC han acordado un cese del fuego bilateral y definitivo, pero <strong>no son los únicos actores armados en este conflicto</strong>.
Los guerrilleros de las FARC no sólo han sido combatidos por las de las
Fuerzas Armadas colombianas, sino también por los grupos paramilitares,
articulados en torno a las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), que
se desmovilizaron oficialmente en 2006, durante la presidencia de Álvaro
Uribe Vélez. Pero buena parte de los miembros de las AUC <strong>no se integraron en la sociedad civil</strong>, sino que <a href="http://www.razonpublica.com/index.php/conflicto-drogas-y-paz-temas-30/3443-bacrim-el-poder-y-las-sombras-del-paramilitarismo.html">se reagruparon y conformaron nuevas estructuras armadas</a>, que se llamaron eufemísticamente bacrim (bandas criminales).</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">Por más que <a href="http://www.eltiempo.com/politica/gobierno/bacrim-no-son-paramilitares-es-puro-crimen-organizado-ministro-de-defensa-luis-carlos-villegas/16561702">el Gobierno de <strong>Juan Manuel Santos</strong> asimile a estos grupos con el crimen organizado vinculado al <strong>narcotráfico</strong></a>,
se ha demostrado no solo la permanencia de los paramilitares, sino su
avance en algunos territorios desde que los guerrilleros depusieron las
armas. Como <a href="http://www.elespectador.com/noticias/infografia/paramilitares-el-gran-riesgo-de-paz-articulo-636475">señala el diario El Espectador, </a>“la creciente presencia de reductos paramilitares” <strong>se ha convertido en el mayor temor para consolidar la paz</strong>.
Aunque se habla apenas de algunos grupos, como los Úsuga y los
Rastrojos, hay identificados 14 bloques que operan en 146 municipios y
en 22 de los 32 departamentos (provincias) del país. Y no es un problema
menor: “Los paramilitares no solo son un grupo armado; es un proyecto
de control territorial asociado a la ganadería extensiva y a la
agroindustria”, asegura Abilio Peña, de la <a href="http://justiciaypazcolombia.com/">Comisión Intereclesial Justicia y Paz</a>.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">Santos
evitó darle importancia a esa cuestión cuando, en su discurso de ayer,
se limitó a apuntar que “subsisten otros fenómenos de violencia y
delincuencia, como el ELN y las bandas criminales asociadas al
narcotráfico”. Así, el mandatario colombiano se aferra a esa visión
dominante que limita el conflicto armado a una disputa entre el Ejército
y la insurgencia.</span></span><br />
<h2>
<span style="font-size: large;"><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;">¿Cuánta impunidad tolerará la sociedad?</span></span></h2>
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">Entre 1958 y 2012, en Colombia<strong> murieron 220.000 personas</strong>
como consecuencia del conflicto armado; de ellas, 180.000 eran civiles,
25.000 fueron desaparecidos y 27.000 secuestrados; casi 6 millones
fueron forzados a desplazarse de sus tierras y 5.000 fueron asesinados y
hechos pasar por guerrilleros caídos en combate, en lo que se llamó <a href="http://elpais.com/elpais/2014/03/06/planeta_futuro/1394130939_118854.html" target="_blank">falsos positivos</a>.
La historia es pesada y está demasiado teñida de sangre: por eso otro
de los grandes desafíos que marcaron las negociaciones y que marcarán la
consolidación de la paz tiene que ver con “cuánta impunidad es capaz de
soportar la sociedad colombiana para garantizar la paz”, como explica
el politólogo Carlos Medina Gallego.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">Frente a ese difícil dilema, en su discurso, <a href="http://www.elespectador.com/noticias/paz/significa-el-fin-de-farc-grupo-armado-santos-articulo-639491">Santos aseguró que “el sistema de justicia transicional para satisfacer a las víctimas</a>
garantiza sus derechos no solo a la justicia, sino también a la verdad,
a la reparación y a la no repetición. Los máximos responsables de
crímenes atroces serán juzgados y sancionados”.</span></span><br />
<br />
<h2>
<span style="font-size: large;"><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;">¿Quién controlará ahora el narcotráfico?</span></span></h2>
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">Otra incógnita es si, efectivamente, los jefes de las FARC tienen el poder suficiente en los territorios para que los <strong>guerrilleros que están escondidos en las montañas depongan las armas</strong>.
Porque, en última instancia, lo que está en juego es quién controlará
las rutas del narcotráfico. Hasta ahora, se había difundido la extorsión
de las FARC a los productores de los estupefacientes -el llamado
gramaje-, mientras que los paramilitares -o las bacrim- han controlado
la circulación y venta.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">“Las comunidades locales viven con la
incertidumbre de qué va a pasar con los actores armados, si se van a
desmovilizar, si convergerán en otras estructuras, qué papel van a jugar
los poderes locales, o si supondrá el avance de los paramilitares. Lo
cierto es que los <strong>negocios de la droga en los que estaban involucrados son demasiado jugosos para abononarlos</strong>”, cree Juan Pablo Guerrero, investigador del <a href="http://www.cinep.org.co/">CINEP (Centro de Investigación y Educación Popular)</a>.
“Dudo que el Estado Mayor de las FARC tenga el poder de lograr que
todos se desmovilicen. Es difícil que personas que han estado en el
monte toda la vida dejen las armas y vayan a las ciudades donde no les
van a recibir bien”, añade Leonardo Beltrán Ramírez, también del CINEP.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">La
cuestión reviste no poca complejidad: “Las guerrillas cobraban el
gramaje, pero a la vez impedían que el nartotráfico entrase directamente
a los territorios. Era un control ilegítimo, pero un control al fin y
al cabo. La pregunta es, ¿tendrá el Estado la capacidad de controlar
esos territorios?”, se pregunta la investiagdora Gladys Jimeno.</span></span><br />
<h2>
<span style="font-size: large;"><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;">¿Participación política de los guerrilleros?</span></span></h2>
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">Este
aspecto ha sido uno de los mayores obstáculos por parte de las FARC
para llegar al acuerdo, y es que los precedentes históricos no ayudan.
En los años 80, el proceso de negociación de paz, en tiempos del
presidente Belisario Betancourt, culminó con la creación de Unión
Patriótica (UP), una propuesta política legal de varios grupos
guerrilleros, entre ellos sectores desmovilizados de las FARC y el ELN.
Fueron <strong>sometidos al exterminio sistemático por grupos armados paramilitares</strong>,
que asesinaron a entre 3 y 5 mil de sus militantes, según las fuentes;
entre ellos, dos candidatos presidenciales (Bernardo Jaramillo y Carlos
Pizarro) y el senador Manuel Cepeda, padre del actual congresista Iván
Cepeda.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">En 2012 resurgiría su propuesta política con Marcha
Patriótica, cuyos integrantes continúan, tres décadas después, siendo
amenazados por los grupos armados ilegales y, en algunos territorios,
hostigados por el propio Ejército. No faltan motivos para que los
guerrilleros estén renuentes a <strong>confiar en la palabra del Estado colombiano</strong>.
Frente a ese malestar, Santos ha asegurado que el acuerdo llevará al
país a “una democracia fortalecida, donde todos quepamos; donde todos
podamos opinar, disentir, construir. Donde las ideas se defiendan con la
razón y jamás con las armas”.</span></span><br />
<h2>
<span style="font-size: large;"><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;">¿Qué ocurrirá con las demás guerrillas?</span></span></h2>
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">Las <strong>FARC no son la única guerrilla que aún está activa en Colombia</strong>.
El Ejército de Liberación Nacional (ELN) sigue siendo muy importante en
algunas regiones del país; en marzo fue incorporado al proceso de
negociaciones de La Habana, pero poco después se malogró la inicitiva <a href="http://www.eltiempo.com/politica/justicia/liberacion-de-salud-hernandez-por-el-eln/16607653">cuando el ELN secuestró a tres periodistas</a>, entre ellos la española Salud Hernández.</span></span><br />
<br />
<h2>
<span style="font-size: large;"><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;">¿Y los acuerdos en torno a la política agraria?</span></span></h2>
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">“En Colombia,
el conflicto armado es sólo una parte de un conflicto social mucho
mayor y de más larga data”, sostiene Dora Lucy Arias, del <a href="http://www.colectivodeabogados.org/">Colectivo de Abogados José Alvear Restrepo</a> (Cajar). Y ese problema social pasa por la distribución inmensamente desigual de la riqueza y de la tierra, en un país con un <a href="http://datos.bancomundial.org/indicador/SI.POV.GINI">índice Gini (en que 0 es la igualdad absoluta y 1 la desigualdad absoluta) de 0,53,</a> uno de los más altos de América del Sur, y un <a href="http://www.semana.com/especiales/pilares-tierra/asi-es-la-colombia-rural.html">índice Gini de concentración de la tierra de 0,88</a>.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">Fue esa situación de injusticia social la que l<a href="http://www.elespectador.com/noticias/nacional/asalto-marquetalia-articulo-498380">levó a los campesinos de Marquetalia en 1964 a subir al monte</a> y pelear con las armas <strong>frente a un Estado controlado por oligarquías</strong> celosas de ceder un ápice de su poder. La cuestión agraria estuvo en el origen de las FARC, y 52 años después, provocó <a href="http://www.telesurtv.net/news/Clima-sociopolitico-luego-del-Paro-Agrario-en-Colombia-20160615-0013.html">este mes de junio un paro agrario</a>
en el que los campesinos exigen soluciones al Estado al que
responsabilizan del empeoramiento de su situación que ha supuesto la
firma de tratados de libre comercio (TLC) con Estados Unidos. Una de los
soluciones que exigen los campesinos es la concesión de zonas de
reserva campesina (ZRC) que se consagren a la producción de alimentos a
pequeña escala.</span></span><br />
<h2>
<span style="font-size: large;"><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;">¿Es posible una paz duradera sin justicia social?</span></span></h2>
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">El
presidente Santos afirmó al anunciar la paz que “los campos de Colombia
tendrán un futuro con más oportunidades, donde el desarrollo, los
servicios del Estado y la tranquilidad sean la regla y no la excepción.
Cientos de miles de <strong>familias que fueron expulsadas por la violencia regresarán sin temor,</strong>
para hacer producir nuestro campo y sembrar el desarrollo en las
regiones”. Esas buenas intenciones contrastan con una realidad en que la
Ley de Restitución de Tierras no logra resultados porque los
campesinos, afrodescendientes e indigenas despojados son amenazados si
reclaman sus tierras, esas que, en muchos casos, han sido ya ocupadas
por el monocultivo de palma y otros emprendimientos extractivos.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">La restitución de tierras es, de hecho, uno de los puntos acordados por las FARC como condición para la paz. Sin embargo, <strong>el Gobierno no ha aclarado todavía de dónde saldrá esa tierra</strong>. <strong>“</strong>Se
observa una esquizofrenia entre lo que el Gobierno dice en La Habana y
la agenda legislativa, que profundiza el modelo extractivo que expulsa a
las comunidades”, afirma Dora Lucy Arias.</span></span><br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">Un ejemplo es la <a href="http://www.elespectador.com/noticias/economia/el-proyecto-de-ley-de-zidres-articulo-605547">ley de Zonas de Interés de Desarrollo Rural Económico y Social </a>(Zidres),
que permitirán que grandes empresas del agronegocio exploten las
tierras baldías en propiedad del Estado que, según la ley, deben ser
asignadas a los campesinos sin tierra. “El problema de Colombia es <strong>el modelo de desarrollo que se ha impuesto a sangre y fuego</strong>:
eso no puede resolverse con leyes, si no hay una voluntad política real
de respetar la autonomía y los proyectos de vida de comunidades que
basan su existencia en la agricultura familiar”, concluye Arias. Por eso
dicen las comunidades locales que “la paz se contruye en los
territorios”, y que no hay paz sin justicia social. Ese es el enorme
desafío que tiene por delante la sociedad colombiana.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">* Publicado en <a href="http://www.elconfidencial.com/mundo/2016-06-24/los-cinco-desafios-para-la-paz-en-colombia_1222260/">El Confidencia</a>l. </span></span><br />
<br />
Nazaret Castrohttp://www.blogger.com/profile/07273103837299512938noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7885204887280491661.post-44957787015813334302016-05-20T10:47:00.003-03:002016-05-20T10:47:52.450-03:00La doble victimización de mujeres, niños y LGBT en el conflicto colombiano<strong><em>En el contexto de un sangriento conflicto militar que dura
más de medio siglo, las mujeres, los menores y los miembros de la
comunidad LGTB han llevado la peor parte.</em></strong><br />
<br />
Durante más de medio siglo Colombia ha vivido un contexto de
conflicto armado en el que grupos paramilitares, guerrillas, fuerzas
armadas y bandas de narcotraficantes han perpetrado secuestros,
desplazamientos, muertes, desaparecidos, amenazas, hostigamiento a
comunidades y todo tipo de crímenes contra la humanidad. Sin embargo, ha
habido otra cara de esa violencia generalizada y sistemática que ha
permanecido más invisibilidad: la violencia sexual contra las mujeres,
niñas y niños.<br />
<br />
<b>
</b><b>Los cuerpos de las mujeres se han utilizado como un arma de guerra</b>, como denunció <a href="https://www.google.com.ar/url?sa=t&rct=j&q=&esrc=s&source=web&cd=1&ved=0ahUKEwja64ec497LAhUKGZAKHUEyCx0QFggbMAA&url=https://www.oxfam.org/sites/www.oxfam.org/files/bp-sexual-violence-colombia-sp.pdf&usg=AFQjCNHcUpCbBneuWmaU-IK1qMZ0dUIqaQ&sig2=KktnHiyhxQrUg9bNGkE4-Q" target="_blank">un informe de Oxfam-Intermón</a>.
Aunque la estigmatización y el miedo han llevado a la mayoría de ellas a
callar, poco a poco se ha ido desvelando cómo los diferentes actores
armados han utilizado prácticas aberrantes, que van desde la violación
hasta la obligación a prostituirse o los abortos forzados. El pico de
esta violencia es probablemente el control de comunidades enteras por
grupos paramilitares en la primera mitad de los años 2000, cuando en las
zonas más afectadas por el conflicto, como el Cauca y los Montes de
María, las mujeres fueron utilizadas como esclavas sexuales y obligadas a
realizar las tareas domésticas.<br />
<br />
“Dividieron a las familias. Si un paramilitar se interesaba por una
mujer, la violaba y la obligaba a quedarse por la fuerza, o ella se iba
para evitarle problemas a su marido. A muchas las han prostituido así. Y
sigue pasando. Unas hablan, otras callan. Cuando salgan de prisión
algunos de ellos, ¿cómo se sentirán esas mujeres cuando tengan que
encontrarse frente a ellos en la calle?”, relata Pedro (nombre
ficticio), vecino de una comunidad de Montes de María, un territorio muy
afectado por la violencia paramilitar en la pasada década.<br />
<br />
En una comunidad cercana, Carmen (nombre ficticio) narra su
experiencia: “A las mujeres nos ha tocado la peor parte. Muchas fuimos
víctimas de violencia sexual. Eso es un dolor profundo, un trauma que es
físico y mental, que está muy adentro. Una siente que tuvo la culpa,
que no vale nada”. Hablar es difícil: por el miedo a los victimarios, y
también por el temor al rechazo y la estigmatización de la propia
familia, de la comunidad; por eso, muchas optaron por marcharse a la
ciudad a trabajar como empleadas domésticas. Poco a poco, algunas
comienzan a hablar: “Hemos venido renaciendo con un proceso de mujeres,
yo quisiera que todas pudieran, como yo, sentirse mejor, con ayuda de
terapeutas, de psicológicos, con el bien que nos hace hablar”, explica
Carmen. En estas comunidades destacan la labor de las organizaciones de
base, pero cuestionan el papel del Estado: “No nos ha llegado un peso
del presupuesto que, supuestamente, es para reparar a las víctimas”.<br />
<br />
<span style="color: #ff6600;"><strong>Infancias robadas</strong></span><br />
Las niñas y niños han sido y son objeto de formas de violencia no menos brutales. Un r<a href="http://www.acnur.org/t3/fileadmin/scripts/doc.php?file=t3/uploads/media/2884_COI_Colombia_Dejen_de_cazar_ninos" target="_blank">eciente informe de Oxfam y otras organizaciones</a>
denuncia que, de media, cada día 27 menores son abusados por actores
armados. <b>Sólo en 2012, se calcula que 10.800 niñas y 2.400 niños fueron
víctimas de violencia sexual en el contexto del conflicto</b>. Los
departamentos de Antioquia, Valle del Cauca y Nariño registran las
cifras más altas, si bien en otras regiones, como la Amazonía, se sabe
que este tipo de violencia está generalizada, pero no se ha podido hacer
un registro.<br />
<br />
El subregistro y la invisibilización es un grave problema cuando
hablamos de violencia contra las mujeres y menores en las zonas de
conflicto. Como apunta Oxfam: “Los testimonios recabados y los relatos
de las mujeres que habitan en zonas ocupadas por los distintos actores
armados y víctimas del desplazamiento forzado indican que la violencia
sexual es mucho más frecuente de lo que se cree, de lo que los medios de
comunicación difunden y de lo que las estadísticas y los registros
oficiales sugieren”.<br />
<br />
Según el informe <b><em>Dejen de cazar a las niñas y niños</em></b>, de
Oxfam, el Pacífico es una de las zonas del país donde, con mayor
crudeza, tanto la guerrilla como los grupos paramilitares han ejercido
abusos contra menores, que van desde su uso como botín de guerra hasta
su reclutación a través de engaños, pasando por el proxenetismo. <a href="http://www.elpais.com.co/elpais/judicial/noticias/ninos-y-ninas-pacifico-son-botin-guerra-grupos-armados" target="_blank">En el municipio de Tumaco,</a>
en el Pacífico sur, se han creado redes de explotación sexual comercial
que administran los grupos paramilitares. Las niñas son llevadas de una
a otra vereda (pedanía), una situación que tiende a normalizarse en un
contexto de enorme precariedad y vulnerabilidad socioeconómica. Se
estima que, entre 2008 y 2012, 328 niños y 238 niñas fueron víctimas de
abuso sexual.<br />
<br />
<span style="color: #ff6600;"><strong>Contra la diferencia</strong></span><br />
Junto a las mujeres y los menores, el colectivo LGTB (lesbianas,
gays, bisexuales y transexuales) ha sido también duramente golpeado por
la guerra en Colombia. Más de 1.200 personas LGBT han sido víctimas del
conflicto, y de ellos, 80 han sido asesinados, <a href="http://www.verdadabierta.com/violencia-sexual/5710-la-homofobia-de-las-farc" target="_blank">según la Unidad de Víctimas</a>. En su <em><a href="http://www.centrodememoriahistorica.gov.co/noticias/noticias-cmh/aniquilar-la-diferencia" target="_blank">informe Aniquilar la diferencia, el Centro Nacional de Memoria Histórica</a></em>
(CNMH) detalla las agresiones, torturas, asesinatos, violaciones,
amenazas y diversas formas de violencia física y simbólica contra gays,
lesbianas y transexuales por parte de los diferentes actores armados:
las guerrillas han perseguido y amenazado a individuos por su
orientación sexual, mientras que los paramilitares −en ocasiones, según
el mismo informe, con apoyo de miembros de las Fuerzas Armadas− han
emprendido verdaderos procesos de “limpieza social” a través de amenazas
colectivas y agresiones públicas. Como en el tristemente célebre
episodio vivido en una vereda de Montes de María, donde los
paramilitares obligaron a homosexuales, ante la mirada de sus vecinos, a
pelear sobre un ring de boxeo, a tener sexo entre ellos y a caminar
desnudos durante horas. Los paramilitares llegaron a extremos brutales
que incluyen sádicas torturas, violaciones, a veces con objetos, y en
ocasiones, después de todo tipo de vejaciones, la muerte.<br />
<br />
Una de las conclusiones del CNMH es que <b>el conflicto armado no
introduce la violencia homofóbica en las comunidades, pero sí la
amplifica y crea cadenas de violencia que se mantienen hasta hoy. </b>“Es
muy parecido a lo que pasa con las mujeres: la guerra no inventa la
violencia sexual, eso preexiste, pero sí la exacerba”, indicó Nancy
Padra, una de las autoras del informe, <a href="http://www.elespectador.com/noticias/nacional/esta-guerra-nos-ha-impedido-amar-nos-los-estragos-del-c-articulo-604465" target="_blank">en una entrevista con <em>El Espectador</em></a>.
En su opinión, el actor armado impone un orden social heteronormativo
como parte de un “proyecto intencionado y militar de exterminio” que va
mucho más allá del prejuicio. Como en el caso de la violencia sexual
contra las mujeres, la violencia contra quienes se apartan de la norma
heteropatriarcal “no han sido acciones aisladas dentro del conflicto
armado colombiano, sino que hacen parte de las lógicas de control y
regulación de los cuerpos y la sexualidad”.<br />
<br />
¿Qué va a pasar con la firma del acuerdo de paz? El problema de la
violencia heterosexual no es tanto el actor armado como los imaginarios
compartidos que legitiman esas violencias. Aunque el proceso de paz
tenga éxito y las guerrillas que hoy violentan a los LGTB se
desmovilicen, “el problema es que si persisten los discursos y las
prácticas justificadoras ya no van a ser los guerrilleros quienes me
violen, sino el vecino. Cambia el autor de la violencia, pero ésta no
desaparece”, señala Nancy Padra.<br />
<br />
Un segundo problema tiene que ver con la efectiva desmovilización de
los actores armados. Los grupos paramilitares se desmovilizaron sobre el
papel en 2006, pero, según llevan años <a href="https://www.google.com.ar/url?sa=t&rct=j&q=&esrc=s&source=web&cd=1&cad=rja&uact=8&ved=0ahUKEwjw5eLYzIbMAhWHEJAKHfaZC3UQFggbMAA&url=http://library.fes.de/pdf-files/bueros/la-seguridad/09714.pdf&usg=AFQjCNFOaAzMdfJQ6TYTiGeG7Z-AHq2eLA&sig2=0hZRL-i3bCZCWR5APyEdeA" target="_blank">alertando expertos como Carlos Andrés Prieto</a>,
coordinador del área Dinámicas del conflicto de la Fundación Ideas para
la Paz, en muchos casos esos grupos desmovilizados se rearmaron y
conformaron las llamadas bandas criminales (<em>bacrim</em>), que siguen
cometiendo abusos contra la población local, entre ellos, el
reclutamiento forzado de niños y adolescentes, como asegura el informe <em>Las Bacrim y el crimen organizado en Colombia</em>, de Prieto.<br />
<br />
<strong><em>* Publicado <a href="http://www.esglobal.org/la-doble-victimizacion-de-mujeres-ninos-y-lgtb-en-el-conflicto-colombiano/">originalmente en Esglobal.</a> </em></strong>Nazaret Castrohttp://www.blogger.com/profile/07273103837299512938noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7885204887280491661.post-77510642406060906862016-05-13T10:57:00.002-03:002016-05-13T10:57:37.857-03:00El descrédito del periodismo argentino, a debate<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEik6XNA6Dzh5Yvn-66pH6rGlisujVkaCEusicAXiA1JjOrRnrPM6FbKzYxUQVSLLeZ7-mcKTxmIlDof1gg5FMj1dtdtjBfHB6wU4PIDfZ8HvkiuDx9M0MJhs_fvOPIPHfOaGHiVHM4hg7aJ/s1600/images.jpeg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEik6XNA6Dzh5Yvn-66pH6rGlisujVkaCEusicAXiA1JjOrRnrPM6FbKzYxUQVSLLeZ7-mcKTxmIlDof1gg5FMj1dtdtjBfHB6wU4PIDfZ8HvkiuDx9M0MJhs_fvOPIPHfOaGHiVHM4hg7aJ/s1600/images.jpeg" /></a></div>
<br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">El mes pasado saltaba la bomba: los <a href="http://www.elconfidencial.com/economia/papeles-panama/" target="_self">Papeles de Panamá</a>
revelaban la participación de figuras políticas de todo el mundo en la
trama de evasión fiscal orquestada por el despacho de abogados Mossack
Fonseca. Uno de ellos era <a href="http://www.clarin.com/politica/europea-incluye-Macri-cobertura-escandalo_0_1552644954.html" target="_blank">el Presidente argentino, Mauricio Macri</a>. Pero mientras medios ingleses, <a href="http://www.elconfidencial.com/economia/papeles-panama/2016-04-07/panama-papers-mauricio-macri-imputado_1180216/" target="_self">españoles</a> o
alemanes cuestionaban la participación del mandatario en una empresa
con sede en Bahamas, los dos principales diarios del país, <strong>Clarín</strong> y <strong>La Nación</strong>, seguían poniendo el foco en<a href="http://www.elconfidencial.com/mundo/2016-02-22/acusan-a-kirchner-de-estafar-al-estado-con-facturas-falsas-de-viajes-al-extranjero_1156502/" target="_self"> la corrupción que atañe al gobierno anterior</a>, o, en algunos casos, se dedicaban a minimizar o justificar la aparición del nombre de Macri argumentando que <strong>las empresas offshore no son ilegales</strong>.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">La cobertura mediática sorprendió al diario francés Le Monde, que se permitió <a href="http://www.diariojornada.com.ar/157027/politica/Panama_Papers_Le_Monde_critico_a_La_Nacion_por_encubrir_a_Macri" target="_blank">criticar a La Nación</a>,
el medio argentino que participa en el Consorcio Internacional de
Periodistas de Investigación (ICIJ) que dio a conocer las filtraciones,
por<strong> “encubrir” a un presidente</strong> que llegó a la Casa Rosada con la <a href="http://www.elconfidencial.com/mundo/2015-10-25/kirchneristas-macristas-anti-k-los-idearios-enfrentados-en-las-urnas-argentinas_1071065/" target="_self">promesa de luchar contra la corrupción</a>
y por la transparencia. Los argumentos de la cabecera parisina, sin
embargo, molestaron a algunos de los trabajadores de estos diarios. El
periodista Hugo Alconada <a href="http://valijeros.blogspot.com.es/2016/04/panama-papers-se-va-la-tercera.html" target="_blank">argumentó en su blog</a>
que, lejos de autocensurarse, los reporteros al cargo de la
investigación no sólo avisaron a los colegas del resto del mundo sobre
la parte que atañía a Argentina, sino que llevaron el tema a portada,
limitándose a publicar <strong>aquellos datos que pudieron comprobar por sí mismos</strong>.
Igual que, según asegura, hicieron con el entorno de la antecesora y
enemiga política de Macri, Cristina Fernández de Kirchner.</span></span><br />
<br />
<div id="SMIntext_container" style="float: none; height: 1px; padding: 0px; position: relative; width: 597px;">
<video controls="" height="1" id="SMIntext_player" style="float: none; left: 0px; padding: 0px; position: absolute; top: 18px;" width="597"></video></div>
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">Pero
estas explicaciones no han convencido a un sector de la población
argentina que, desde hace tiempo, ya no confía en la prensa de su país.
“El descrédito del periodismo en Argentina no tiene una única causa, y
se inserta en una <strong>crisis global de la prensa</strong>, y en un
contexto latinoamericano en el que históricamente el estatus de la
profesión ha sido débil: los periodistas han gozado de muy escasa
autonomía respecto de los propietarios de los medios de comunicación”,
explica Philip Kitzberger, investigador y docente en la Universidad
Torcuato di Tella. En los años 90, en consonancia con la tendencia
global, en Argentina se consolidaron una serie de <strong>grandes grupos mediáticos</strong>, entre los que destaca el <a href="http://www.grupoclarin.com.ar/" target="_blank">Grupo Clarín</a>, que controla, además del diario más vendido del país, canales como <a href="http://tn.com.ar/envivo/24hs" target="_blank">Todo Noticias</a>, emisoras de radio, televisión por cable e internet.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">La
sonora guerra entre Clarín y la ex mandataria Cristina Fernández de
Kirchner comenzó con la crisis del campo de 2008 y se agudizó con la <strong>promulgación de una Ley de Medios</strong>
que ponía coto al número de licencias que podía acumular un mismo grupo
mediático, y que, de haber tenido tiempo de implementarse, hubiera <strong>perjudicado especialmente al Grupo Clarín</strong>.
Una de las primeras cosas que hizo Macri al llegar al poder fue vaciar
de sentido una ley que los grandes grupos mediáticos acusaban de <a href="http://www.grupoclarin.com.ar/notas/que-nos-dejaron-doce-anos-de-acoso-al-periodismo" target="_blank">mermar la libertad de prensa</a>, pero que beneficiaba las posibilidades de crecer <a href="http://www.resumenlatinoamericano.org/2015/12/24/especial-argentina-los-medios-comunitarios-y-de-contrainformacion-defendemos-la-ley-de-medios-en-la-calle/" target="_blank">para el periodismo comunitario</a>.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">En gran medida, apunta Kitzberger, fue mérito del kirchnerismo, como
ocurrió también en otros países con gobiernos progresistas, poner sobre
el tapete <strong>el rol de la prensa</strong>: “En Argentina había una
crisis de credibilidad desde antes, al menos desde 2001, pero los medios
nunca hablan de los medios; y con Cristina Fernández se puso en la
agenda en un plano privilegiado, de forma visible y notoria, el <strong>debate sobre si existe objetividad</strong>”.
Ese debate devino en guerra permanente a partir de la llamada crisis
del campo de 2008. Y sigue en las calles después de que Fernández dejase
la Casa Rosada.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">“Si algo logró el kirchnerismo con ese
cuestionamiento público, es que el público dejó de ser inocente. Ya no
se interpreta lo que dicen los medios como una verdad, sino que<strong> se tamiza selectivamente</strong>
lo que publican Clarín o La Nación”, señala Kitzberger. Pero el
kirchnerismo cometió un error que, en opinión del profesor de la
Torcuato di Tella, repitieron otros gobiernos progresistas de la región:
“Simplificó la discusión, contempló el periodismo y sus profesionales
como <strong>meros instrumentos al servicio de sus mandantes</strong>, y
así se puso en contra a muchos periodistas que se sintieron afectados
en su ethos profesional y personal”. También cayó la legitimidad de los
medios prokirchneristas, como <a href="http://www.pagina12.com.ar/diario/ultimas/index.html" target="_blank">Página 12</a>..</span></span><br />
<h2>
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">El pecado original del pacto con la dictadura</span></span></h2>
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">El problema de la legitimidad de la prensa argentina viene, al menos, de la sangrienta <strong>dictadura militar de 1976-1983</strong>.
Fue en esos años que los medios hegemónicos se hicieron con Papel
Prensa, la única empresa argentina que provee de papel a los diarios
argentinos, cuyas acciones pertenecen hoy en <strong>un 49% al Grupo Clarín</strong> y en un 22,49% a <a href="http://www.lanacion.com.ar/" target="_blank">La Nación</a>; el resto es propiedad del Estado.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">El 19 de abril de 1977, el dictador <strong>Jorge Videla</strong>
convocó una conferencia de prensa en la que reconoció que, dentro de
las acciones contra la “subversión”, había detenido a varios miembros de
la<strong> familia Graiver</strong>, entonces propietaria de Papel Prensa, a la que se había <strong>incautado de sus bienes</strong>. Según <a href="http://www.telam.com.ar/notas/201504/102363-papel-prensa-pacto-dictadura-clarin-la-nacion.html" target="_blank">un informe periodístico</a>
publicado el año pasado, fue esa misma noche que representantes de los
diarios Clarín, La Nación y La Razón depositaron en una escribanía el
monto para apropiarse de la empresa proveedora de papel. Quedaba así
sellado el pacto entre estos grandes diarios y el régimen militar. Y así
fue: La Nación y Clarín se adaptaron a los tiempos de la dictadura que<strong> hizo desaparecer a 30 mil argentinos</strong>.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">Las
heridas de la dictadura siguen abiertas. Después de doce años de
gobiernos kirchneristas que elevaron a prioridad nacional la <a href="http://www.elconfidencial.com/espana/2007-11-12/zapatero-pidio-a-su-amigo-kirchner-que-le-prepara-la-foto-propagandistica-con-las-victimas-de-la-dictadura-argentina_514240/" target="_self">recuperación de la memoria histórica</a>
y la depuración de responsabilidades de los crímenes cometidos durante
esos años, La Nación publicó el 23 de noviembre, el día siguiente de las
elecciones que dieron a Macri la victoria, un editorial llamado <a href="http://www.lanacion.com.ar/1847930-no-mas-venganza" target="_blank">“No más venganza”</a>, que llamaba al nuevo gobierno a “terminar con las <strong>mentiras sobre los años 70</strong>
y las actuales violaciones de los derechos humanos”. Muchos argentinos
quedaron estupefactos por el tono del editorial, que llamaba “<strong>cultura de la venganza</strong>”
al castigo de los crímenes de torturas, asesinatos y desapariciones.
Entre tantos argentinos estupefactos, estaban los periodistas del
diario, que decidieron, esta vez, plantarse: lanzaron <a href="http://www.ambito.com/817122-periodistas-de-la-nacion-repudian-editorial-del-diario-que-sugiere-indulto-a-represores" target="_blank">un comunicado</a> en el que expresaban su <strong>repudio a al editorial</strong>, y obligaron al diario a <a href="http://www.lanacion.com.ar/1848197-criticas-a-un-editorial-de-la-nacion" target="_blank">hacerse eco de su desacuerdo</a>.
Fue, cree el profesor Kitzberger, un “momento de esperanza”, que
visibilizó el margen de autonomía de los periodistas dentro de la
redacción de un diario elitista y conservador; aunque fue también un
momento aislado.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">Cuenta la anécdota, <a href="https://www.youtube.com/watch?v=saFAlW1xwSs" target="_blank">narrada por el periodista Chiche Gelblung</a>, que en una ocasión se reunieron el ex presidente <strong>Carlos Menem</strong>
y el director del Grupo Clarín, Héctor Magnetto. En medio de la
discusión en torno a las licencias, Menem le espetó: “¡Usted lo que
quiere es mi puesto!” A lo que respondió Magnetto: “Puesto menor”.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">La anécdota ilustra esa pretensión de los propietarios de los medios de comunicación de utilizar la información como <strong>un poder al servicio de sus intereses </strong>empresariales
y políticos. Sin embargo, los medios de comunicación son entes
complejos, como aclara Kitzberger: “Hay profesionales, que son mucho más
que meros empleados de los poderosos, y hay también un público que
lleva hacia lugares diferentes de las agendas de los poderosos”.</span></span><br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">La
pregunta es, ¿puede sostener la profesión periodística esa
deslegitimidad generalizada? “Es difícil de pensar, de las crisis surgen
renovaciones, replanteos. Hay jóvenes que trabajan bien, que tienen
diferentes orientaciones y las ideas claras; el tema es que encuentren <strong>las plataformas adecuadas</strong>,
que hoy parece difícil. ”, apunta Kitzberger, y añade: “Este gobierno
quiere que los medios vuelvan a buscar la financiación en los mercados,
que esos sean los únicos actores; no hay políticas para los <strong>medios independientes</strong>. La situación del periodismo comunitario es de alerta”.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">Cunde el malestar en el gremio periodístico, por este descrédito y también por las pérdidas de empleo: hace unos días <a href="http://www.lanacion.com.ar/1894783-cerro-infonews-el-sitio-de-noticias-de-sergio-szpolski" target="_blank">cerró el site Infonews</a> por sus <strong>problemas financieros</strong>. Están sufriendo especialmente los canales de <strong>periodismo comunitario</strong>
y alternativo, que dejaron de beneficiarse del financiamiento -a veces
arbitrario- del gobierno anterior. Está por ver si esos profesionales
inquietos encuentran los canales oportunos para hacer un periodismo
nuevo.</span></span><br />
<br />
<br />
Nazaret Castrohttp://www.blogger.com/profile/07273103837299512938noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7885204887280491661.post-23707876563489888422016-05-05T09:05:00.004-03:002016-05-05T09:05:58.735-03:00Alternativas para un consumo consciente y transformador<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjcHGzKIUPDUNbAR11rcFFqZDc_oe-tNX6HfZjimbMFB60baDfyvzORYV34Pbp-omOCCoJkRGrb7rqVXcTjblYg1Jh-zQrDsaOgPhEUDN6-ru5kIgNTmLdNuakia2mNP_fTVxvrBDnctrtD/s1600/congreso-economia.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="153" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjcHGzKIUPDUNbAR11rcFFqZDc_oe-tNX6HfZjimbMFB60baDfyvzORYV34Pbp-omOCCoJkRGrb7rqVXcTjblYg1Jh-zQrDsaOgPhEUDN6-ru5kIgNTmLdNuakia2mNP_fTVxvrBDnctrtD/s320/congreso-economia.jpg" width="320" /></a></div>
<br />
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;">Dadas las cifras de desigualdad y exclusión del consumo que
analizábamos al comienzo, la implentación de alternativas a la
globalización capitalista se presenta como una exigencia ética de primer
orden. Muchas de ellas ya están en marcha: grupos de producción
comunitaria, comercio solidario, financiamiento solidario, sistemas
locales de empleo y comercio, economía de comunión, autogestión de
empresas por los trabajadores, consumo crítico, las organizaciones de
marca y la difusión de softwares libres. Nos detendremos brevemente en
algunas de ellas:</span></span><br />
<br />
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;">
</span></span><span style="font-size: small;"><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><strong>Grupos de consumo.</strong> La gestión colectiva facilita la
compra directa a los proveedores; así, producción agrícola familiar,
promoción del cooperativismo; etc.</span></span><br />
<br />
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;">
</span></span><span style="font-size: small;"><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><strong>Comercio justo.</strong> Algunos productos no podemos
adquirirlos directamente del productor, pues éste se encuentra en países
distantes: es lo que sucede con productos tropicales, como el café. En
estos casos, es necesario un intermediario; pero éste puede ser más
confiable. Puede ser una ONG que trabaja sobre el terreno con los
productores y garantiza así la sostenibilidad ambiental de los cultivos y
condiciones dignas para los trabajadores. Con estas premisas nació en
los años 60 el comercio justo; pero en los últimos años su crecimiento
fue tal que atrajo a las grandes empresas, que comenzaron a sacar líneas
específicas de comercio justo. En estos casos, si bien los productores
suelen ser mejor pagados que en los productos convencionales -es
necesario para conseguir el sello de Fair Trade o Comercio Justo-, se
pierden cuestiones esenciales que estaban en los orígenes del comercio
justo, como el foco en la autonomía de las comunidades. No todo producto
de comercio justo es igual: es necesario, una vez más, informarse para
saber de dónde proceden esos productos.</span></span><br />
<br />
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;">
</span></span><span style="font-size: small;"><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><strong>Banca ética.</strong> Tendencia en alza en Europa, entidades
financieras como Tríodos Bank garantizan que nuestros ahorros irán a
parar al financiamiento de proyectos solidarios y ecológicos. Una de sus
principales virtudes es recordar a los consumidores que no sólo tienen
impacto socioambiental los bienes y servicios que consumimos, sino
también la elección del banco en el que depositamos nuestros ahorros. La
banca ética ofrece transparencia en sus cuentas e inversiones, aunque,
tal vez, los intereses que perciben los ahorradores sean menos
generosos.</span></span><br />
<br />
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;">
</span></span><span style="font-size: small;"><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><strong>Bancos de tiempo y monedas sociales.</strong> Ganan adeptos
en tiempos de crisis, como en la España posterior a 2008. Los bancos de
tiempo proponen el intercambio de servicios sin que medie el dinero; las
monedas sociales son una alternativa a la moneda de curso legal que
facilita la aproximación de la producción y el consumo. Muchas
iniciativas de monedas sociales se orientan a promocionar el desarrollo
local y la aproximación de producción y consumo.</span></span><br />
<br />
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;">
</span></span><span style="font-size: small;"><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><strong>Autogestión de los trabajadores.</strong> Entre las formas de
autogestión, la más conocida son las cooperativas. En su forma más
avanzada, las cooperativas apuestan por una gestión horizontal y la toma
de decisiones democrática.</span></span><br />
<br />
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;">
</span></span><span style="font-size: small;"><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><strong>Consumo colaborativo.</strong> Tendencia al alza en España,
que consiste en compartir o intercambiar casas, medio de transporte;
etc. En algunos casos se ha convertido en un negocio (ej. Uber) y ha
generado polémica entre quienes lo denuncian como una forma de
competencia desleal. <a href="http://www.consumocolaborativo.com/">Más información aquí</a>.</span></span><br />
<br />
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;">
</span></span><span style="font-size: small;"><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><strong>Software libre y <em>copyleft</em>.</strong> Colocan en el
centro del debate una cuestión urgente: la privatización y la
monopolización del conocimiento que acometen las grandes empresas del
sector informático en la era de Internet, en la que lo que no aparece en
Google, no existe.</span></span><br />
<br />
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;">
</span></span><span style="font-size: small;"><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;">Sobran, en definitiva, las pruebas de que el actual modelo de
desarrollo, basado en la depredación de la naturaleza y en la
explotación creciente del trabajo humano, es insostenible y nos lleva
hacia el colapso, como señalan Ramón Fernández Durán y Luis González
Reyes en <em>En la espiral de la energía</em>. Como dice el teólogo
brasileño -y uno de los padres de la ecología política- Leonardo Boff,
“el capitalismo prefiere ser suicida que cambiar”: es así
necesariamente, porque, si el sistema pusiera la vida por encima de la
reproducción del capital, entonces ya no sería capitalismo, sería otra
cosa. Lo extraño es que los seres humanos sigan siendo capaces de pensar
en el fin del mundo antes que en el fin del sistema capitalista. Y sin
embargo, muchos comienzan a ser capaces de vislumbrar otros mundos
posibles; es más, comienzan a crear esos nuevos mundos a través de
pequeños gestos que modifican nuestros modos de producción,
comercialización, distribución y consumo, y por tanto, alteran nuestra
forma de relacionarnos con la naturaleza y con los demás seres humanos.</span></span><br />
<br />
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;">
</span></span><span style="font-size: small;"><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;">Lo supo anticipar ya Marx en sus <em>Manuscritos</em>: “El grado de
conciencia al que aspira la clase obrera, necesario para la transición
revolucionaria, es nada menos que el que permite liberarse de un sistema
de necesidades basado en la necesidad de poseer cosas, y donde la
lógica de la propiedad privada lleva a que la satisfacción por
excelencia pase sólo por la apropiación individual del bien, para ser
propietario: usar, consumir, mostrar y usufructuar eso deseado”.
Necesitamos consumir, pero no estamos obligados a hacerlo del modo que
la televisión y las empresas multinacionales nos dicen que hagamos.
Entendernos como sujetos libres, y entender el mundo en que vivimos como
una realidad histórica y por lo tanto modificable, es el primer paso
para cambiar el mundo. Si otro consumo es posible, otra economía es
posible, y otro mundo es posible.</span></span><br />
<br />
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;">
</span></span><span style="font-size: small;"><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;">*Ilustración<a href="http://cerai.org/zaragoza-acoge-el-i-congreso-de-economia-social-y-solidaria/"> tomada de Cerai</a>.</span></span><br />
<br />Nazaret Castrohttp://www.blogger.com/profile/07273103837299512938noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7885204887280491661.post-32128465031644421652016-05-03T10:36:00.000-03:002016-05-03T10:36:00.991-03:00El consumo como concienciación con vocación colectiva<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgpdhyl6w_ywXHwYB_c_vkVSp3RpX2CGhMy3ZOTlM_Vm1HIvlRXHQm_K3rLvqKmCG6YUhiqrLF6DLk6W5y_Bm3ZvewioO77iRvjW5QJtDQWx-j7x8wzZijJ2RhyphenhyphenR5zVWz6Y68p8XEKtzjOm/s1600/ob_3e7649_economia-solidaria-como-opcion-poli.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="123" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgpdhyl6w_ywXHwYB_c_vkVSp3RpX2CGhMy3ZOTlM_Vm1HIvlRXHQm_K3rLvqKmCG6YUhiqrLF6DLk6W5y_Bm3ZvewioO77iRvjW5QJtDQWx-j7x8wzZijJ2RhyphenhyphenR5zVWz6Y68p8XEKtzjOm/s320/ob_3e7649_economia-solidaria-como-opcion-poli.jpg" width="320" /></a></div>
<br />
<br />
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Hablábamos el mes pasado del <a href="http://www.carrodecombate.com/2016/03/10/el-potencial-del-consumo-en-el-camino-hacia-otros-mundos-posibles/">potencial del consumo para la transformación política</a>. Sin embargo, <b>no debe confundirse esta perspectiva con colocar a los consumidores la responsabilidad individual de sus decisiones</b>.
Esa individualización de las responsabilidades, muy funcional al
sistema, permite anunciar soluciones -como lo hace el llamado
“capitalismo verde”- que colocan en los hogares la esperanza de la
subsistencia del planeta; nos dicen que si reciclamos, si ahorramos
energía y agua, si intentamos tener comportamientos más “sustentables”,
salvaremos el mundo sin salir del capitalismo. Pero el problema no es
apenas individual: el problema es un sistema que promueve la depredación
y la competencia, y es en ese sentido que <b>no “se puede pretender un cambio de conducta colectiva si el sistema empuja en dirección contraria” </b>(Federovisky, 2013: 15). En definitiva:<a href="http://www.lamarea.com/2015/03/11/el-concepto-de-crecimiento-verde-es-absurdo-es-el-super-oximoron/"> <b>“capitalismo sustentable” o “crecimiento sostenibles” son un oximoron</b></a>, es decir, una contradicción en términos.</span></span><br />
<br />
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">
</span></span><span style="font-size: small;"><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><b>El consumo como acto político no implica quedarnos en el
reciclaje, sino concienciarnos sobre la perversidad del sistema para
construir alternativas colectivamente</b>. El consumo crítico puede
ser un puntapié para avanzar hacia formas más integradas de acción. Es
lo que propone Euclides A. Mance al hablar de la “colaboración
solidaria” como “una estrategia adecuada a la organización de sociedades
post-capitalistas, a través de la <b>implantación de redes que conectan unidades de producción y de consumo </b>en
un movimiento recíproco de realimentación, permitiendo la generación de
empleos y renta, el fortalecimiento de la economía y del poder local,
bien como una autónoma transformación cultural de las sociedades en que
se implanta, con la afirmación de una ética y de una visión de mundo
solidarias, no solamente antagónicas al neoliberalismo, sino al propio
capitalismo” (Mance, 1999). Se abre así la <b>posibilidad de organizar redes</b> a nivel local, regional y mundial, que pueden constituirse en una alternativa viable a la globalización capitalista.</span></span><br />
<br />
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">
</span></span><span style="font-size: small;"><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">“Practicando la producción y el consumo solidarios en lazos de
realimentación, cualquier unidad productiva puede vender toda su
producción, generando un excedente de valor económico que permite crear
nuevas unidades productivas solidarias que, conectadas en red, pueden
atender a una diversidad todavía mayor de elementos demandada por el
consumo final y productivo de nuevas células, incorporando un número
progresivamente mayor de consumidores y productores en un movimiento
auto-sustentable de expansión”, propone Mance. En estas redes se podrían
incorporar los sujetos actualmente excluidos por las sociedades de
mercado ¹*. <b>Se trata de una revolución de las redes que se puede iniciar aquí y ahora, y no de una utopía lejana</b>.
Y que ya está en marcha, sugiere Mance, a la luz de las prácticas
actuales de colaboración solidaria (económica, política y cultural) que
analizaremos en el apartado de Alternativas.</span></span><br />
<br />
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">
</span></span><span style="font-size: small;"><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Como propone Alianza 21 en su Cuaderno sobre Consumo Ético, “una
verdadera revolución social y cultural” es necesaria para salir del
cuadro de desigualdad social y destrucción ambiental que dibuja el
capitalismo; y esa <b>revolución de lo cotidiano, de los pequeños gestos</b>,
debe producirse a varios niveles: mejor información sobre los productos
que consumimos y sobre los impactos de la cadena de producción;
reforzamiento del papel estatal para imponer principios ecológicos y
socialmente justos a las empresas -lo que implica contravenir la
tendencia a la desregulación que se reforzaría con la aprobación del
TTIP entre Estados Unidos y la Unión Europea-; favorecer el desarrollo
de redes locales e internacionales de consumidores y productores;
enfatizar la importancia de las opciones individuales de los
consumidores.</span></span><br />
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">
</span></span><span style="font-size: small;"><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">¹* Muchas sociedades a lo largo de la historia han contado por la
institución del mercado, pero sólo en el capitalismo el mercado toma
centralidad absoluta y guía la producción y el consumo; por eso hablamos
de sociedades <i>de </i>mercado, y no <i>con</i> mercado.</span></span><br />
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">
</span></span>
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">
</span></span><span style="font-size: small;"><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><b>Bibliografía</b></span></span><br />
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">
</span></span><span style="font-size: small;"><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Alianza 21, <a href="http://www.socioeco.org/bdf_dossier-48_es.html">Cuaderno de Consumo Ético.</a><br />
Mance, E. A. (1999) “La Colaboración Solidaria como una Alternativa a la Globalización Capitalista”, Curitiba.<br />
Federovisky, Sergio (2013) Los mitos del medio ambiente. Mentiras, lugares comunes y falsas verdades. Madrid, Clave Intelectual.</span></span>Nazaret Castrohttp://www.blogger.com/profile/07273103837299512938noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7885204887280491661.post-72887070613837900032016-05-01T13:24:00.000-03:002016-05-01T13:24:04.635-03:00El dilema de Rafael Correa<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;"><strong><em>Después de una década en el poder, el Presidente de
Ecuador comienza a sufrir síntomas de desgaste. Lo cuestionan los
movimientos sociales que lo llevaron al poder.</em></strong></span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">En 2006, Rafael Correa hacía historia en Ecuador al llegar al poder
con Alianza País y emprender lo que llamó la Revolución Ciudadana,
encaminada a establecer en este país latinoamericano un “socialismo del
siglo XXI” a través de amplias reformas políticas, económicas y
sociales. Correa, economista formado en Bélgica y Estados Unidos, contó
con el apoyo del emergente movimiento indígena, organizado en torno a la
<a href="http://conaie.org/" target="_blank">Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador </a>(Conaie),
en un ambiente de repudio popular a las medidas de ajuste neoliberal y
en un momento de generalizado ascenso en América Latina de los llamados
gobiernos progresistas. Ecuador se unió a esa ola de cambio, que
encontró en Ecuador, Venezuela y Bolivia, los países fundadores de la
Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (Alba), el
discurso más transformador.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">El idilio entre Correa y los movimientos sociales tuvo su máxima
expresión en la firma de la Constitución de Montecristi de 2008, que
incluyó los principios del Buen Vivir o <em>Sumak Kawsay</em>, en lengua
quechua, que sintetizan una cosmovisión en la que la satisfacción de
las necesidades humanas y el cuidado de la naturaleza coexisten en
armonía. Además, la naturaleza es sujeto de derechos: por primera vez,
una Carta Magna incluía los derechos de la naturaleza, como haría
también Bolivia en su constitución de 2009.</span></span><br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">Sin embargo, la inclusión de los derechos de la naturaleza no ha
impedido que se sigan fomentando en el país los proyectos petroleros,
mineros y del agronegocio que desafían las formas de vida de las
comunidades indígenas y amenazan con destruir sus territorios. Para
muchos, el punto de inflexión fue la <a href="http://www.bbc.com/mundo/noticias/2013/08/130816_ecuador_yasuni_causas_fracaso_lps" target="_blank">iniciativa Yasuní ITT</a>,
por la que se pedía fondos a la comunidad internacional a cambio de
mantener bajo tierra el petróleo cuya explotación amenazaría una de las
regiones más vulnerables de la selva amazónica. En 2013, Correa desistió
y responsabilizó a una comunidad internacional que no respondió a la
llamada, pero los movimientos sociales recriminaron su falta de voluntad
política.</span></span><br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span><br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;"><span style="color: #ff6600;"><strong>Un balance polémico</strong></span></span></span><br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">Los logros sociales han sido indiscutibles. La pobreza se redujo del
36,7% de la población en 2007 al 16,45% en 2015, según el Instituto
Nacional de Estadística y Censos (Indec), y los avances fueron
igualmente notables en el acceso a la salud y el sistema educativo, así
como en la mejora de las infraestructuras, fundamentalmente las
carreteras. Esas mejoras se lograron gracias a un rol más activo del
Estado en la economía; sin embargo, pocas fueron las modificaciones en
el modelo productivo, basado en la extracción y exportación de materias
primas o <em>commodities.</em></span></span><br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">Durante los primeros años de Correa, los altos precios
internacionales de las materias primas ofrecieron una coyuntura
favorable que permitió modernizar el país y consolidar políticas para la
erradicación de la pobreza. El dinero que se obtenía de la exportación
de<em> commodities</em> se dedicó a sostener la inversión pública y a financiar las políticas asistencialistas que legitimaban el <em>correísmo</em>. Cuando las comunidades indígenas o grupos ecologistas como <a href="http://www.accionecologica.org/" target="_blank">Acción Ecológica </a>le
recriminaban al Gobierno profundizar un modelo destructor del medio
ambiente y de las formas de vida comunitarias, Correa les respondía que
había que “salir del extractivismo con más extractivismo”; cuando
arreciaron las protestas, el Presidente los calificó de “infantilistas”.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">“El Gobierno hace carreteras y limpia el territorio, y lo hace con
violencia. La gente ya no se cree que eso sea el desarrollo. El discurso
no es tan diferente del de [el Presidente colombiano, Juan Manuel]
Santos: aquello de no ser pobres sobre un saco de oro”, sostiene
Esperanza Martínez, dirigente de Acción Ecológica. La apuesta por el
modelo extractivo ha abierto una brecha entre Correa y una parte
importante del movimiento indígena, una ruptura que se escenificó el año
pasado cuando el Ejecutivo aprobó una serie de enmiendas a la
Constitución; entre ellas, la habilitación de las Fuerzas Armadas para
intervenir en cuestiones de orden público. También polémica fue la <a href="http://www.eluniverso.com/noticias/2014/12/12/nota/4334506/ecuador-ue-firman-acuerdo-comercial-que-esperan-aplicar-2016" target="_blank">firma de un tratado de libre comercio</a> con la Unión Europea.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">Otro aspecto que no está siendo muy tratado pero que para una parte
de la sociedad es importante es el aborto. La posición de Correa, que se
opone con firmeza a la despenalización del aborto -llegó a amenazar con
dimitir si el Legislativo aprobaba despenalizarlo en casos de
violación-, le ha valido al Presidente las críticas de una parte del
movimiento feminista. Él se ha defendido asegurando que su postura “no
tienen nada que ver con izquierda o derecha”, sino que es una cuestión
“moral”, porque el aborto “destruye la familia”. Correa se ha
manifestado a favor del feminismo entendido como una lucha de las
mujeres por la igualdad de derechos, pero rechaza lo que llama una
“ideología del género” que considera “peligrosísima”.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">Desde la izquierda de Correa, el balance de los 10 años de <em>correísmo </em>es
un asunto polémico. El economista Alberto Acosta, que presidió la
Asamblea Constituyente de 2007 y después se apartó de la Alianza País,
señala a esglobal: “Se ha desperdiciado una década muy importante. Nunca
un gobierno tuvo mejores condiciones, pero Correa no dio la talla: no
estuvo para revoluciones y menos aún para cambios civilizatorios. Va a
terminar como un modernizador del capitalismo”. La economista feminista
Magdalena León no comparte el diagnóstico: “Creo que el balance de
Correa es positivo; hay que considerar las condiciones del cambio, que
no se alcanza por decreto. Ha habido un proceso de recuperación de lo
público. No comparto la idea modernizante de Correa, pero ha tenido
también méritos. Creo que es un error estratégico que las izquierdas se
peleen con su aliado”.</span></span><br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">Al otro lado del espectro ideológico, desde la derecha -y también
desde algunos sectores de la izquierda- se cuestiona el exceso del gasto
del presidente y los límites del endeudamiento. <a href="http://www.bbc.com/mundo/noticias/2014/07/140708_economia_ecuador_viraje_economico_correa_vp" target="_blank">Correa ha respondido a estas críticas</a>
que “no hay que satanizar” el déficit si con él se están realizando
inversiones, como centrales hidroeléctricas, que permitirán “mejorar el
país en su balanza comercial”.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;"><span style="color: #ff6600;"><strong>Cautivos del dólar</strong></span></span></span><br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">Las cosas han empeorado en los últimos años, por el efecto combinado
de la caída del precio de las materias primas, que obliga a exportar más
para mantener los ingresos, y la subida del dólar, que ha provocado en
Ecuador, una economía dolarizada desde 2000, una enorme pérdida de
competitividad con respecto a sus vecinos. Para la economista Magdalena
León, la dolarización es la causa última de la apuesta creciente por el
modelo extractivo. Al no tener una moneda propia, Ecuador necesita
divisas, y sólo puede obtenerlas de la exportación de petróleo, banana o
palma aceitera.</span></span><br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">Los economistas consultados por esglobal no dudan que es necesario
salir del dólar: “Con la dolarización, el país está caro, y es aún más
difícil diversificar las exportaciones. Si hay que salir del dólar, yo
diría que cuanto antes, mejor. No será fácil, puede ser traumático, pero
Ecuador no puede sobrevivir sin moneda nacional”, explica el economista
y profesor de la Universidad Andina Simón Bolívar Carlos Larrea. “El
problema es que mucha gente asocia al dólar los años de bonanza que se
han vivido en Ecuador”, puntualiza León. Mucha gente se resiste a
abandonar el dólar. Y mientras tanto, Ecuador vive “un escenario de
iliquidez y fugas de capital” para el que el Gobierno no estaba
preparado.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">Para Acosta, el problema va más allá de la difícil coyuntura que
plantea la caída del precio del crudo y la revalorización del dólar, y
es un dilema que comparte el c<em>orreísmo</em> con los otros
progresismos latinoamericanos: “Son gobiernos que no dieron paso a
propuestas postextractivistas, que no plantearon una verdadera
democratización, sino que en la práctica forzaron el extractivismo y
establecieron en lo político regímenes cada vez más personalistas y
autoritarios. Así fueron perdiendo capacidad de innovación, y terminó
siendo una década desperdiciada para América Latina”.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">“Correa representa la derecha del siglo XXI; el grave peligro es que
la derecha de siempre se reposicione”, concluye Acosta. Con las
izquierdas divididas y la figura del carismático Correa cada vez más
cuestionado, la Alianza País no lo tendrá fácil para ganar las
elecciones de 2017. “Es un momento de reconfiguración total. Lo que pase
en 2017 dependerá de lo que se haga; es necesario pasar de un
imaginario personalista a uno colectivo”, afirma León.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">*Artículo <a href="http://www.esglobal.org/el-dilema-de-correa/">publicado originalmente en Esglobal</a>. </span></span><br />
Nazaret Castrohttp://www.blogger.com/profile/07273103837299512938noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7885204887280491661.post-17664651253298155182016-03-25T13:28:00.000-03:002016-03-25T13:28:18.749-03:00Las incógnitas del proceso de paz en Colombia<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="font-size: small;"><b><i>Antes de firmar el posible acuerdo de paz entre el
Gobierno de Colombia y las FARC, el país se enfrenta a varias dudas sin
resolver.</i></b></span></span><br />
<br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">Después de más de tres años de negociaciones en La Habana, la firma
de la paz entre el Gobierno colombiano, con su presidente, Juan Manuel
Santos, a la cabeza, y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia
(FARC) parece más cerca que nunca. Aún quedan algunos puntos pendientes
de definición, como el modo en que se refrendará el acuerdo: si por <a href="http://www.elpais.com.co/elpais/colombia/proceso-paz/noticias/si-plebiscito-gana-acaba-proceso-paz-presidente-santos">plebiscito, como pide el Gobierno</a>, o mediante la convocatoria de una Asamblea Constituyente, como quiere la guerrilla.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">Sea como fuere, pocos dudan de que este es el momento en el que
Colombia ha estado más cerca de ponerle fin al conflicto armado con la
insurgencia más antigua del país: desde los 60, cuando un grupo de
campesinos armados se fue al monte al departamento de Tolima, en el
suroccidente del país. Algunas de las cifras del horror: entre 1958 y
2012 murieron 220.000 personas como consecuencia del conflicto; de
ellos, 180.00 eran civiles, 25 mil fueron desaparecidos y 27 mil
secuestrados; casi 6 millones fueron forzados a desplazarse de sus
tierras y 5 mil fueron asesinados y hechos pasar por guerrilleros caídos
en combate, en lo que se llamó <a href="http://elpais.com/elpais/2014/03/06/planeta_futuro/1394130939_118854.html" target="_blank">falsos positivos</a>.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">Mucho han cambiado las FARC en este medio siglo, sobre todo desde que
el narcotráfico penetrara en el tejido económico y social del país
andino. Dicen los expertos que se ha diluido la ideología que llevó a
los campesinos a armarse en busca de una mejora de la calidad de vida en
el campo, en un país que dejó pendiente una reforma agraria. Con todo,
esa impronta se ha dejado sentir en los diálogos de paz de La Habana,
donde la cuestión agraria ha sido uno de los puntos fundamentales: el
acuerdo incluirá la creación de un fondo de tierras de distribución
gratuita, así como la entrega de subsidios para pequeños campesinos y la
formalización de la propiedad rural.</span></span><br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">La cuestión agraria es clave: la tierra está en el corazón del
origen. “<b>En Colombia, el conflicto armado es sólo una parte de un
conflicto social mucho mayor </b>y de más larga data”, sostiene Dora Lucy
Arias, del <a href="http://www.colectivodeabogados.org/">Colectivo de Abogados José Alvear Restrepo</a> (Cajar). Y ese problema social pasa por la distribución inmensamente desigual de la riqueza y de la tierra, en un país con un <a href="http://datos.bancomundial.org/indicador/SI.POV.GINI">índice Gini (en que 0 es la igualdad absoluta y 10 la desigualdad absoluta) de 53,5,</a> uno de los más altos de América del Sur, y un <a href="http://www.semana.com/especiales/pilares-tierra/asi-es-la-colombia-rural.html">índice Gini de concentración de la tierra de 0,88</a>.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="font-size: small;"><b>¿Qué modelo de desarrollo?</b></span></span><br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">El Ejecutivo de Santos ha acordado con las FARC entregar tierras a
los campesinos, pero no ha aclarado de dónde saldrá esa tierra. “Se
observa una esquizofrenia entre lo que el Gobierno dice en La Habana y
la agenda legislativa, que profundiza el modelo extractivo que expulsa a
las comunidades”, afirma Arias, y pone como ejemplo la recientemente
aprobada <a href="http://www.elespectador.com/noticias/economia/el-proyecto-de-ley-de-zidres-articulo-605547">ley de Zonas de Interés de Desarrollo Rural Económico y Social </a>(Zidres),
que, según voces críticas como la del senador Jorge Robledo, permitirán
que grandes empresas del agronegocio exploten las tierras baldías en
propiedad del Estado que, según la ley, deben ser asignadas a los
campesinos sin tierra. “El problema de Colombia es el modelo de
desarrollo que se ha impuesto a sangre y fuego: eso no puede resolverse
con leyes, si no hay una voluntad política real de respetar la autonomía
y los proyectos de vida de comunidades que basan su existencia en la
agricultura familiar”, concluye Arias.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">Para el Gobierno, el alto el fugo bilateral y definitivo entre el
Ejército y las FARC posibilitará llevar el desarrollo al campo. “La paz
es el mejor plan de desarrollo”, dijo Santos en una reciente visita a
Estados Unidos. La paz, cree el mandatario, permitirá formalizar la
titularización de la tierra, realizar infraestructuras y atraer
inversiones. Sin embargo, en muchos territorios afectados por la
violencia, los anhelos de paz se entremezclan con la incertidumbre y el
temor de asistir a otra oportunidad perdida. Una de las incógnitas es si
esta vez será posible que los guerrilleros desmovilizados se puedan
reinsertar a la vida política por las vías democráticas: está cerca en
la memoria lo ocurrido con la Unión Patriótica (UP), una formación
política que surgió de la desmovilización de parte de las FARC, creada
en 1985, en el marco del malogrado proceso de paz iniciado por el
entonces presidente Belisario Betancour. <a href="http://www.insumisos.com/diplo/NODE/607.HTM">Miles de los miembros de UP fueron masacrados por los paramilitares</a>, hasta provocar la extinción de UP.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">En “zonas calientes” como el Magdalena Medio, los Llanos Orientales,
Nariño o el Urabá, los paramilitares mantienen el control del
territorio, aunque los niveles de violencia han disminuido con respecto a
la década negra que abarcó la segunda mitad de los 90 y los primeros
años del nuevo siglo, cuando tuvieron lugar las <a href="http://www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS-8435506">masacres de El Salado o Mapiripán</a>, entre otras muchas. <a href="http://www.elespectador.com/noticias/judicial/historia-de-una-casa-de-pique-articulo-521746">Los paramilitares no ahorraron horrores</a>,
desde descuartizar a sus víctimas a infligir las peores torturas, vejar
o exhibir los cuerpos: el objetivo era aterrizar indiscriminadamente a
la población y fue así como provocaron el desplazamiento de pueblos
enteros que dejaron sus tierras abandonadas. Los que se atrevieron a
volver encontraron sus tierras plantadas con monocultivos o volcadas a
la ganadería extensiva.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="font-size: small;"><b>¿Qué pasará con los paramilitares?</b></span></span><br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">En 2006, el entonces presidente, Álvaro Uribe Vélez, ordenó el
desmantelamiento de los grupos paramilitares, entonces englobados como
Autodefensas Unidas de Colombia (AUC). Sin embargo, no pocos miembros de
las AUC se reorganizaron en las llamadas bacrim (bandas criminales),
que siguen muy presentes en algunos territorios. Funcionan con nombres
como Águilas Negras o los Urabeños y, aunque el Gobierno los describe
como delincuencia común, conservan características del paramilitarismo
como la forma en que penetran en las comunidades y sus nexos con
empresarios y con la fuerza pública, según aseguran organizaciones como
Cajar y miembros de comunidades azotadas por la violencia, como Nariño,
el Urabá o Montes de María. Una de las incógnitas en torno al proceso de
paz es qué sucederá con las rutas del narcotráfico, que hasta ahora
habían controlado tanto la guerrilla como los paramilitares.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="font-size: small;"><b>Reducir el conflicto armado a una disputa entre Ejército e insurgencia es un error de bulto.</b> El <a href="http://www.centrodememoriahistorica.gov.co/micrositios/informeGeneral/capitulo1.html">informe <i>¡Basta Ya! Colombia: Memorias de guerra y dignidad,</i> del Centro Nacional de Memoria Histórica</a>,
documenta cómo, mientras que las guerrillas han sido mayoritariamente
responsables de secuestros y acciones contra el patrimonio, han sido los
paramiliatares los principales responsables de asesinatos, masacres y
desplazamientos. Según el Grupo de Memoria Histórica (GMH), entre 1980 y
2012 se han podido documentar 1.982 masacres; de ellas, el 58,9% las
cometieron los grupos paramilitares, el 17,3% la guerrilla, el 7,9% la
Fuerza Pública y el 14,8%, grupos armados ilegales cuya identidad no se
pudo comprobar.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">“<b>Los paramilitares no solo son un grupo armado, son un proyecto
político, económico, social, que tiene que ver con el control de
extensas áreas de territorio.</b> Es un proyecto de control territorial
asociado a la ganadería extensiva y a la agroindustria”, asegura Alibio
Peña, de la <a href="http://justiciaypazcolombia.com/">Comisión Intereclesial Justicia y Paz</a>,
que cuenta con años de experiencia en el acompañamiento de comunidades
afectadas por la violencia. Las organizaciones de derechos humanos han
denunciado repetidas veces los nexos de empresas multinacionales
extranjeras con grupos paramilitares; en algunos casos se han podido
demostrar esos vínculos, como sucedió con la estadounidense Chiquita
Brands, que <a href="http://www.elespectador.com/noticias/judicial/los-pecados-de-chiquita-brands-articulo-391790">realizó pagos</a> a las AUC a través de su filial colombiana, Banadex, según se reveló en el año 2000.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="font-size: small;"><b>¿Qué pasará con el narcotráfico y con el ELN?</b></span></span><br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">El panorama se complica en Colombia por la omnipresencia del
narcotráfico, del que participan todos los actores armados ilegales,
pero que también penetra el tejido político, económico y social del
país. El <a href="http://www.alainet.org/es/articulo/175208#sthash.qqFzp4MU.dpuf">Plan Colombia</a>,
una estrategia antinarcóticos y contrainsurgente, con financiación de
Estados Unidos, se ha presentado como un éxito político y militar, pero
también se han denunciado los impactos en las comunidades locales de las
<a href="http://www.esglobal.org/colombia-se-aferra-a-la-hoja-de-coca/">fumigaciones con glifosato</a>,
que, bajo el argumento de acabar con la hoja de coca, han arrasado con
cultivos tradicionales para el autoconsumo, mientras que el <a href="http://lasillavacia.com/historia/los-suenos-y-miedos-del-plan-colombia-15-anos-despues-52941">cultivo de coca aumentaba en 10 mil hectáreas entre 2002 y 2014,</a> y el consumo interno de cocaína en Colombia se duplicaba.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">El otro enigma, a día de hoy, es qué pasará con el ELN. <a href="http://lasillavacia.com/historia/gobierno-y-eln-90-dias-sin-hablar-52977">Pareciera que el diálogo se ha dejado de lado</a>,
al menos por ahora. Algunos creen que es más difícil sumarlo a las
negociaciones porque la estructura de poder está más repartida que en el
caso de las FARC, y <a href="http://www.eltiempo.com/politica/proceso-de-paz/jefes-del-eln-que-se-oponen-al-proceso-de-paz/16522313">algunos de los jefes del ELN</a>
se han mostrado abiertamente en contra de participar en el proceso.
Otros argumentan que, mientras que las FARC tienen un origen campesino y
siempre han colocado como prioridad la reforma agraria y la tenencia de
la tierra, el ELN, con una base social formada por clases medias
urbanas, tiene en el centro de su crítica el modelo de desarrollo y los
recursos naturales. Y eso es algo sobre lo que difícilmente va a
negociar el Gobierno de Juan Manuel Santos, cuyo plan de desarrollo para
el país depende de lo que él ha llamado la “locomotora
minero-energética”.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">* Artículo <a href="http://www.esglobal.org/las-incognitas-del-proceso-de-paz-en-colombia/">publicado originalmente en Esglobal</a>. </span></span>Nazaret Castrohttp://www.blogger.com/profile/07273103837299512938noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7885204887280491661.post-87736079331216122722016-03-17T10:18:00.001-03:002016-03-17T10:18:25.565-03:00Colombia: primeros apuntes del viaje para investigar el aceite de palma<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi98L9fRy8MP9MdmYSC_ExE9paFzn4B-iCNg7H9OO_iRgU8yfUqDRTklF67kUVni2lcIGqw092hMhTdi01wcw25YZHroOMVUqn5vlj3A3EUcuE67P3rAmLpoGKNVMULa0g3N51PJ1Axb1bU/s1600/IMG_0354.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="213" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi98L9fRy8MP9MdmYSC_ExE9paFzn4B-iCNg7H9OO_iRgU8yfUqDRTklF67kUVni2lcIGqw092hMhTdi01wcw25YZHroOMVUqn5vlj3A3EUcuE67P3rAmLpoGKNVMULa0g3N51PJ1Axb1bU/s320/IMG_0354.JPG" width="320" /></a></div>
<br />
<br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">7 de enero de 2016. Llego al departamento colombiano de Nariño, en la
frontera con Ecuador, en la resaca del célebre carnaval de Pasto, con
la firme intención de investigar los impactos socioambientales de la
palma aceitera en Tumaco, un municipio costero a seis horas de carretera
de Pasto, la capital del departamento. Las primeras entrevistas a
organizaciones sociales me dejan claro, si es que no lo sabía ya, que va
a ser un gran desafío:</span></span><br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span><blockquote>
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">– Tienes que encontrar gente de las comunidades y de
derechos humanos que te acompañe, linda. No sería la primera vez que
tenemos un muerto por haber ido por ahí a investigar.<br />
– Aquí las comunidades son las únicas que pueden garantizar tu seguridad.</span></span><br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">Así que me voy a las comunidades, y allí me dicen cosas como ésta:</span></span><br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">– La zona está muy militarizada. Uno no sabe. Toca verificar la
situación, convocar a la guardia indígena. Todo el tiempo hemos tenido
amenazas. ¿No puedes volver en un mes?</span></span></blockquote>
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">No, no puedo volver en un mes; en un mes estaré tomando el avión de
regreso a Buenos Aires, y para entonces debo recorrer varios destinos en
Ecuador y en Colombia. Así que me insisto y doy con algunos guías
locales que me llevan a las plantaciones. Nadie quiere dar su nombre y,
cuando pregunto por la palma en las veredas -las pedanías cercanas a las
plantaciones palmeras-, encuentro a cada paso un tenso silencio que
contrasta con el bullicio tan propio de las comunidades negras del
Pacífico colombiano. Consigo llevarme un panorama de la región, aunque
los testimonios más contundentes sólo los podré encontrar en Bogotá, a
cargo de desplazados nariñenses que en la capital se sienten más
protegidos de las amenazas paramilitares.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">Todavía me sorprende el modo en que los colombianos han naturalizado
la fuerte presencia militar y policial: aquí, los policías, casi siempre
muchachos que no pasan de los 20 años, cargan fusiles o metralletas
listos para disparar; en Tumaco para llegar al centro del pueblo debo
atravesar varios retenes militares. Según nos cuentan quienes acceden a
hablar, el paramilitarismo se ha fortalecido desde que las Farc
acordaron el alto el fuego, en el marco de las negociaciones de paz de
La Habana. Si bien es cierto que la guerrilla parece haber olvidado en
muchos territorios su objetivo primigenio de mejorar la vida de los
campesinos, en Tumaco había servido de contrapeso al avance de los
grupos armados, léase paramilitares, hoy llamados eufemísticamente
bacrim (bandas militares).</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">Recuerdo en Tumaco la confesión que me hizo mi primera entrevistada
en Medellín, una académica que realizó su tesis doctoral sobre la palma
en Colombia: “Al principio, era tan ingenua que pretendía investigar la
palma al margen del conflicto; después me di cuenta de que era
imposible”. Nada o casi nada de lo que sucede en Colombia, y menos en
términos de macroeconomía y territorio, puede analizarse sin tener en
cuenta el contexto de violencia que sufre el país hace 60 años, al
menos. Y, así como en 2013 aprendí que la acción paramilitar era
inseparable de los intereses de las multinacionales -aunque sea tan
difícil demostrarlo con pruebas irrefutables-, ahora voy entendiendo la
imbricación entre el despojo a manos de los paramilitares, que dejó
millones de desplazados y unas cinco o seis millones de hectáreas
abandonadas, y la expansión de los terratenientes y los empresarios
palmeros.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">Difícil transmitir a quien no estuvo en esos territorios el horror de
los crímenes perpetrados por los grupos paramilitares que, en los años
90, cometieron masacres de tal atrocidad que obligaron a huir a pueblos
enteros. Algunos de ellos, en el Chocó, en Nariño o en Montes de María
-una región próxima a Cartagena de Indias-, se encontraron, cuando
pudieron regresar, que sus tierras habían sido plantadas con palma;
irreconocibles, inservibles para volver a cultivar plátano, yuca, maíz,
árboles frutales.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">Pueblos enteros siguen atravesados por un nivel de violencia que sólo se explica asumiendo que <strong>el objetivo principal de los paramilitares era sembrar el terror.</strong>
Masacres de cinco, diez, cuarenta, cien personas; cuerpos
descuartizados vivos, para que quienes lograron huir escucharan sus
lamentos; mujeres sistemáticamente violadas, prostituidas, robadas. Seis
millones de desplazados, que huyeron aterrorizados dejando atrás sus
tierras, sus casas, sus pertenencias, sus recuerdos, las tumbas de sus
muertos. Millones, muchos millones de vidas arruinadas. Mucho dolor,
lágrimas y sangre vertidos sobre la exuberante tierra colombiana, esa
que, dicen, es la más biodiversa del planeta, capaz de producir
cualquier tipo de alimento, pero incapaz de saciar la codicia de
oligarquías locales e internacionales.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">Quien sembró, de las más sádicas y crueles formas imaginables, el
terror en extensos territorios de Colombia no fue la guerrilla: fueron
los paramilitares, a veces de la mano declarada del Ejército, otras
veces veladamente; siempre, bajo la connivencia de un Estado que, hasta
hoy, no ha tenido empacho en tolerar esa violencia sádica para hacerle
la guerra sucia no ya a la guerrilla, sino a lo que ésta representó en
origen, 60 años atrás: las demandas insatisfechas de un campesinado
oprimido que reivindica sus modos de producción, sus formas de ser y
hacer, sus conocimientos no plegados al discurso de un desarrollo que
sólo se sacia con crecimiento económico, inversión extranjera y expolio
de recursos naturales. Y casi siempre con la complicidad de Washington,
que a través de sucesivos planes de supuesta guerra a las drogas, ha
inyectado dinero a esa guerra fratricida, mientras la Casa Blanca y toda
la comunidad internacional agasajan al presidente Juan Manuel Santos,
que fuera ministro de Defensa con el Gobierno de Álvaro Uribe Vélez,
bajo cuyo mando se incrementó el poder de los grupos paramilitares hasta
el paroxismo. Un poder que hasta hoy mantienen en forma de extorsiones,
amenazas y, también, asesinatos contra quienes se animan a hablar en
voz alta.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">A quienes siguen resistiendo, a pesar de poner en peligro sus vidas,
no se trata de darles voz, que ya la tienen, y hablan alto y claro. Los
periodistas de todo el mundo tenemos la responsabilidad de abandonar
tantos dobles raseros y comenzar a informar con honestidad sobre
Colombia, un país atravesado por complejos procesos de los que eso que
llamamos el Primer Mundo no es en absoluto inocente. <strong>Esas resistencias combaten las armas produciendo alimentos</strong>;
empeñados en que sus lógicas de producción, autosostenibles y no
contaminantes, sobrevivan. Quieren sembrar yuca y plátano en lugar de
palma aceitera que dará de comer a los automóviles. Tal vez de su éxito
depende la supervivencia de la propia especie humana…</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">*La foto es de Jheisson A. López, que, paciente y resolutivo, me acompañó en este viaje.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;"><em>Si nos quieres ayudar a que continuemos con esta investigación, puedes <a href="http://www.carrodecombate.com/downloads/hazte-mecenas-de-carro-de-combate/" target="_blank">hacerte mecenas de Carro de Combate aquí</a>
con la cantidad que quieras. Toda aportación, por pequeña que sea, es
fundamental para que podamos dedicar más tiempo y recursos a la
investigación.</em></span></span>Nazaret Castrohttp://www.blogger.com/profile/07273103837299512938noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7885204887280491661.post-19391055331749844592016-03-15T10:35:00.001-03:002016-03-15T10:35:17.360-03:00El potencial del consumo en el camino hacia otros mundos posibles<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgnZzOySVQOUCdngRa2QMILa_dcADUOffFEnmbkJQr2_3oQT72Rnsg9hJQBFg35mDx0gi4a33mpiLpl09liYY_gJtahL-fPGuB-_zsFmOngnBxU1KMUW6Bshqux4J5F-rp-Us-dr09-jOoX/s1600/images2.jpeg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgnZzOySVQOUCdngRa2QMILa_dcADUOffFEnmbkJQr2_3oQT72Rnsg9hJQBFg35mDx0gi4a33mpiLpl09liYY_gJtahL-fPGuB-_zsFmOngnBxU1KMUW6Bshqux4J5F-rp-Us-dr09-jOoX/s1600/images2.jpeg" /></a></div>
<br />
<br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">El consumo puede abordarse desde su poder transformador, y entenderse
como uno de los ejes para la construcción de una sociedad
post-capitalista. “Cada acto de consumo es un gesto de dimensión
planetaria, que puede transformar al consumidor en un cómplice de
acciones inhumanas y ecológicas perjudiciales”, escribe el filósofo
brasileño Euclides André Mance. Del mismo modo, <strong>cada acto de consumo puede ser una forma de activismo</strong>
que nos lleve hacia un mundo más justo, más humano, y que, en lugar de
alienarnos, nos ayude a desarrollar nuestras capacidades. Se trata,
entonces, de <strong>consumir críticamente, y también de consumir con criterio</strong>;
esto es, comprar lo que necesitamos y no lo que la publicidad nos dice
que deseamos, y superar la idea de propiedad como única forma de
posesión. El consumo es un acto político.</span></span><br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;"><br />
Las formas alternativas de consumo ayudan a visibilizar el entretejido
de dependencias mutuas y las estructuras de poder que están por detrás
del sistema de producción capitalista, y que, en la actual fase de la
globalización, tiene como protagonistas a las grandes transnacionales,
tanto en la producción como en la distribución. Se trata de resquebrajar
el fetichismo de la mercancía, al visibilizar que <strong>detrás del consumo siempre están los productores</strong>
y que subsiste el (neo)colonialismo en la actual división internacional
del trabajo, que reserva a los países del Sur global el pago de las
externalidades (esos impactos socioambientales que las empresas no
contabilizan en sus balances).</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">Mance postula que en las sociedades capitalistas se practica masivamente el <strong>consumo alienante</strong>:
la población busca en las mercancías cualidades que les son vinculadas
por las publicidades y modismos. Deseos, anhelos, angustias, miedos y
necesidades son modelados semióticamente de tal modo que el consumo de
ciertos productos, de ciertas marcas, pasa a ser considerado como la
mejor opción para alcanzar la felicidad y la realización humana. Frente a
ese consumo alienado e irresponsable, se van consolidando visiones
alternativas que buscan en los actos de consumo más que la maximización
egoísta de la utilidad de la que hablan los economistas neoliberales.
Mance habla del <strong>consumo como mediación del bien vivir</strong>,
cuando la satisfacción de las necesidades personales se coloca por
encima de las apariencias e imaginarios producidos por la publicidad y
los medios de comunicación de masas. Las personas que así consumen “no
se dejan llevar por las publicidades y sus engaños”, sino que elaboran
“criterios evaluadores” para escoger aquellos bienes y servicios que,
dentro de las posibilidades de compra de cada uno, realicen mejor sus
potencialidades humanas. Este tipo de consumo se torna solidario cuando
el objetivo es el buen vivir colectivo: la preservación de la
naturaleza, la inclusión de los excluidos del sistema, la promoción de
una sociedad más justa y solidaria.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">En términos más generales, el <strong>consumo responsable</strong>
puede definirse como una forma de consumir que piensa en las
consecuencias de ese acto de consumo. Dentro del consumo responsable se
incluyen conceptos como consumo ecológico, consumo solidario (donde
estaría el comercio justo) y <strong>consumo crítico</strong>, definido
por Mance como “una postura permanente de elegir, toda vez que hacemos
algún gasto” teniendo en cuenta no sólo calidad y precio, sino la
historia de ese producto y el comportamiento de la empresa que nos
ofrece. Eso nos lleva a informarnos acerca de los impactos de la cadena
de producción. Y es aquí que el consumo manifiesta su potencial
transformador, al hacernos conscientes de la <strong>necesidad de cambiar el sistema productivo</strong>,
y de buscar alternativas que pueden ser las semillas de otra economía
posible. Como cuando, dentro de un grupo de consumo, comenzamos a
cuestionarnos si la propiedad privada es el único modo de apropiación de
las cosas. ¿Acaso no hay muchos productos que nos darán la misma
satisfacción si los compartimos en lugar de acumularlos? Y así es que
vamos entendiendo que<strong> avanzar hacia una economía más humana no supone perder calidad de vida, sino, tal vez, todo lo contrario</strong>.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">Consumo crítico, justo, responsable, solidario. Diferentes formas de
nombrar el comportamiento de un consumidor que quiere dejar de ser
cómplices de la irresponsabilidad autodestructiva promovida por el
sistema capitalista; que ya no cree que “cuanto más, mejor” ni que
“tanto tienes, tanto vales”. Un ciudadano, en fin, que se informa sobre
lo que compra para ser cada día más coherente con sus ideas. Porque,
como nos gusta recordar en Carro de Combate, si el consumo es un acto
político, la primera batalla es la de la información.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;"><strong>* Algunas lecturas sugeridas de E. A. Mance:</strong></span></span><br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">“<a href="http://www.milenio.com.br/mance/alternativa.htm">La Colaboración Solidaria como una Alternativa a la Globalización Capitalista” </a></span></span>
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;"><a href="http://www.inexsos.com/descargas/consumoresponsablemanualparaunacompraconsciente.pdf">Manuel de consumidores responsables</a></span></span>
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;"><a href="http://www.tau.org.ar/upload/89f0c2b656ca02ff45ef61a4f2e5bf24/doc12.pdf">“Consumo solidario”</a></span></span>
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;"><a href="http://www.solidarius.com.br/mance/biblioteca/redecolaboracao-es.pdf">“Redes de colaboración solidaria”</a></span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">* Artículo <a href="http://www.carrodecombate.com/2016/03/10/el-potencial-del-consumo-en-el-camino-hacia-otros-mundos-posibles/">publicado originalmente en Carro de Combate</a>, dentro de la serie de textos teóricos sobre el consumo que estamos publicando los primeros jueves de cada mes. </span></span><br />
<a href="http://www.carrodecombate.com/downloads/hazte-mecenas-de-carro-de-combate/"><img alt="faldon_mecenas" class="aligncenter wp-image-3870" height="152" src="http://www.carrodecombate.com/wp-content/uploads/2014/09/faldon_mecenas2.png" width="600" /></a>Nazaret Castrohttp://www.blogger.com/profile/07273103837299512938noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7885204887280491661.post-34882430809369687432016-02-26T13:06:00.003-03:002016-02-26T13:06:30.683-03:00Por qué hay que actuar AHORA. El colapso es inevitable<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiAtS16d1UECtnvL-efq7e6pVtUhv1kg4d1FKLoR2-eR0rhOlkh_4Iq7geM5lsg32uIG5dfZKmcvpNq6wDA6Lane8xuLcHZY9jvFtjr40RHP7uOgxmYyiS-5xgvPGCcOxvowayZAEGTvIso/s1600/otro_mundo_es_posible.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="246" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiAtS16d1UECtnvL-efq7e6pVtUhv1kg4d1FKLoR2-eR0rhOlkh_4Iq7geM5lsg32uIG5dfZKmcvpNq6wDA6Lane8xuLcHZY9jvFtjr40RHP7uOgxmYyiS-5xgvPGCcOxvowayZAEGTvIso/s320/otro_mundo_es_posible.jpg" width="320" /></a></div>
<br />
<br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">El creciente poderío técnico, sumado al potencial energético
disponible y a la ideología del sobreconsumo que hemos ido analizando en
previas entregas, ha promovido <strong>un modelo de producción y de consumo ambiental y socialmente insostenible.</strong>
No aparece en las etiquetas ni se difunde de ningún otro modo esa
información, pero la mayor parte de los productos que encontramos en los
estantes del supermercado han dejado impactos negativos sociales y
ambientales a lo largo de toda la cadena de producción, por no hablar de
las <a href="http://www.carrodecombate.com/2015/12/08/desengancharnos-del-plastico/">consecuencias de los desechos</a>.
El transporte es una de las claves: la mayor parte de lo que consumimos
se transporta, por barco o por tierra, de una punta a otra del planeta:
son los llamados<strong> “productos kilométricos”</strong>. Se
maximizan así los beneficios -pues se deslocaliza la producción hacia
los lugares con mano de obra más barata-, pero, en términos colectivos,
no es el sistema más eficiente, sino todo lo contrario.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">Si se contabilizaran todas las externalidades -como la contaminación
que provoca el transporte marítimo-, como promueven la Ecología Política
y la Economía Ecológica, nos daríamos cuenta de que resultan mucho más
eficiente acercar la producción y el consumo. Por no decir que <strong>el sistema ha sido, desde el descubrimiento de los combustibles fósiles, subsidiado por una energía extremadamente barata</strong>:
nuestras economías pagan por el carbón, el petróleo y el gas que han
tardado millones de años en ser creados, apenas los gastos de
extracción, e inclusive, los estados subsidian generosamente a las
empresas petrolíferas, para promover con aún mayor determinación esa
rueda.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">Las sociedades de consumo han producido un enorme impacto ambiental.
El exponencial aumento del consumo no sólo ha conllevado un incremento
en los recursos utilizados, sino también de los desechos producidos,
que, además, a menudo son son bien gestionados. Un caso extremo es el de
los desechos electrónicos, que suelen ser enviados a países pobres
-generalmente, de África Occidental o China- provocando desastres
ecológicos y problemas de salud a las comunidades locales. Algo similar
ocurre con los grandes barcos cuando mueren, que a menudo son
desguazados en Bangladesh o India.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">Un indicador de lo insostenible que resulta la sociedad de hiperconsumo es la<strong> huella ecológica</strong>.
La diferencia entre países ricos y pobres es abismal. Así, mientras los
países de ingresos altos tienen una huella de 6,4 hectáreas por
persona, los de ingresos bajos apenas llegan a una hectárea. Emiratos
Árabes Unidos y Estados Unidos están a la cabeza en consumo por persona.
Si todos consumieran como estos dos países, serían necesarios al menos
los recursos producidos por tres planetas Tierra para satisfacer las
demandas de todos. En otras palabras, las de una frase atribuida a
Mahatma Gandhi, “el mundo es suficientemente grande para satisfacer las
necesidades de todos, pero siempre será demasiado pequeño para la
avaricia de algunos”.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">Los expertos llevan tiempo advirtiendo de que podemos estar muy cerca
del punto de no retorno: no sólo el cacareado cambio climático, sino
también la pérdida de biodiversidad, ponen en jaque el futuro del
planeta. Para Ramón Fernández Durán y Luis González Reyes, autores de la
excepcional obra <a href="http://www.ecologistasenaccion.org/article29055.html"><em>En la espiral de la energía</em> (2014)</a>, <strong>el
colapso civilizatorio es ya inevitable, en tanto que no habrá
suficiente energía como para mantener una organización sociopolítica
basada en el crecimiento continuo.</strong> Para estos autores, la
pregunta -inquietante pero preñada de esperanza- es qué nuevo mundo se
construirá sobre las ruinas de ese colapso. Lo que seamos capaces de
construir ahora nos allanará el camino cuando llegue ese momento
crítico…</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;"><strong>*Un par de autores para iniciarse en la Ecología Política:</strong><br />
Leonardo Boff, (2009) <em>El águila y la gallina. Una metáfora de la condición humana.</em> Trotta. Madrid<br />
——— (2006) <em>Ecología: grito de la Tierra, grito de los pobres.</em> Ed. Trotta. Madrid</span></span>
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;"><a href="http://www.lamarea.com/2015/03/15/leonardo-boff-el-capitalismo-prefiere-ser-suicida-que-cambiar/">Una aproximación más rápida al pensamiento de Boff.</a><br />
Joan Martínez Alier, (2011) <em>El Ecologismo de los pobres: conflictos ambientales y lenguajes de valoración.</em> Barcelona, Editorial Icaria.</span></span>
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;"><a href="http://www.lamarea.com/2015/03/11/el-concepto-de-crecimiento-verde-es-absurdo-es-el-super-oximoron/">Una aproximación más rápida.</a></span></span>Nazaret Castrohttp://www.blogger.com/profile/07273103837299512938noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7885204887280491661.post-52640803776176420192016-02-26T13:04:00.000-03:002016-02-26T13:04:06.192-03:00El modelo actual de consumo: social y ambientalmente insostenible<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgACEhQ7QuJ1d7AkFBsBl3Y1LQ4MuHLqdFkJvq7dWMTucZS1HqdKoH6raBuRcFBE0tm3m-3eza2wcf071NKKBKCGOMvxtJgWN6nSunWbtkJGsJvxQhCgJluYD5D6EhvvjqtitQiREVV1BVY/s1600/picatierra1.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgACEhQ7QuJ1d7AkFBsBl3Y1LQ4MuHLqdFkJvq7dWMTucZS1HqdKoH6raBuRcFBE0tm3m-3eza2wcf071NKKBKCGOMvxtJgWN6nSunWbtkJGsJvxQhCgJluYD5D6EhvvjqtitQiREVV1BVY/s320/picatierra1.jpg" width="305" /></a></div>
<br />
<br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">La teoría económica hegemónica entiende el consumo bajo la perspectiva del <em>homo eoconomicus</em>,
esto es, la visión del ser humano como sujeto racional y egoísta por
naturaleza, que busca el máximo beneficio personal a través de sus
acciones de consumo. Así lo explicó Stuart Mill en 1836: “[La política
económica] no trata la totalidad de la naturaleza del hombre como
modificada por el estado social, ni de toda la conducta del hombre en
sociedad. Se refiere a él sólo como un ser que desea poseer riqueza, y
que es capaz de comparar la eficacia de los medios para la obtención de
ese fin”. Y, desde esta perspectiva, el consumidor sólo pretende
satisfacer sus necesidades o deseos, o, en palabras más propias de
economistas, “maximizar su utilidad”, sin ninguna otra consideración.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">Resulta cuando menos sorprendente que esta siga siendo la visión
ampliamente aceptada por la economía, cuando en todas las demás
disciplinas de ciencias sociales hay consenso sobre la complejidad de
los seres humanos, que son tan capaces del egoísmo como de la
solidaridad. La visión de la ciencia económica como una disciplina
infalible, al modo de las ciencias naturales, y sustentada en un
concepto tan débil científicamente como el de<em> homo economicus</em>,
ha sostenido durante dos siglos una estructura de poder basada en la
inevitabilidad del capitalismo: si el ser humano es egoísta por
naturaleza, la sociedad de mercado, con su mano invisible, es el mejor
sistema posible. En cambio, si admitimos que el ser humano es capaz
también de comportamientos solidarios y responsables, y que éstos pueden
ser promovidos y fomentados por las instituciones sociales -comenzando
por la escuela, continuando por unas instituciones económicas que
fomenten la colaboración en lugar de la competencia-, entonces ya <strong>no es cierto que “no hay alternativa”; entonces, otros mundos son posibles.</strong></span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">Aunque ya hemos apuntado algunas de las consecuencias negativas de
este modelo, los detractores y críticos de la sociedad de consumo han
denunciado un gran número de impactos de lo que Lipovetsky llamó<strong> la era del “hiperconsumo”</strong>,
la tercera fase del capitalismo de consumo que ha supuesto una
aceleración máxima en el uso de bienes y servicios por parte de los
seres humanos. El propio Lipovetsky apunta a la primera consecuencia
negativa de este hiperconsumo: un incremento del individualismo, en el
que las personas cada vez trabajan más para poder consumir más. Esto ha
llevado a un incremento del estrés y de la insatisfacción de los
ciudadanos que viven en culturas hiperconsumistas. Así, el Happy Planet
Index desafía la idea de “a mayor consumo, mayor satisfacción del
ciudadano” y elaboró un ranking en 2012 con los países más felices en
los que, en los primeros puestos, se situaban Estados como (por orden de
los 5 primeros puestos) Costa Rica, Vietnam, Colombia, Belize y El
Salvador. España estaba en el puesto 62 y Estados Unidos, en el 105. El
ranking tenía no solo en cuenta el bienestar social, sino también la
esperanza de vida y la huella ecológica.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">Este consumo, para Martin Mulligan (2015), se basa además en una<strong> ilusión de la variedad de la oferta y de la capacidad de decisión del consumidor</strong>.
Así, dice Mulligan, aunque en un supermercado es posible encontrar una
gran multitud de productos diferentes, a menudo las diferencias entre
unos y otros son escasas. Los consumidores occidentales mantienen esta
ilusión de elección entre una variedad de productos gracias a la
explotación laboral, ya que la necesidad de producir a precios muy bajos
ha llevado a las marcas a instalar sus fábricas en países donde la mano
de obra no sólo es escasa, sino que las legislaciones laborales y
ambientales no garantizan virtualmente ningún derecho. Con los perversos
mecanismos de la deslocalización de la producción, se logra así que el
consumidor español, también él mismo explotado, puede comprar mercancías
a un precio asequible para su bolsillo y aportando pingües beneficios a
las grandes transnacionales…</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;"><strong>Bibliografía</strong></span></span><br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">Lipovetsky, Gilles (2007) La felicidad paradójica. Barcelona, Anagrama. </span></span><br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">Mulligan, Martin (2015) An introduction to sustainability:
enviromental, social and personal perspectives. Nueva York, Routledge.</span></span><br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">Mill, John Stuart. (1836) “On the Definition of Political Economy,
and on the Method of Investigation Proper to It,” London and Westminster
Review, Octubre 1836. Essays on Some Unsettled Questions of Political
Economy, Segunda edición, Londres: Longmans, Green, Reader & Dyer,
1874, ensayo 5, párrafos 38 y 48.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;"><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span>* <a href="http://www.carrodecombate.com/2015/12/03/una-aproximacion-teorica-a-la-sociedad-de-consumo/">Publicado en Carro de Combate.</a> El primer jueves de cada mes, nuestro blog está publicando esta serie de artículos de divulgación teórica sobre el consumo. </span></span></span></span>Nazaret Castrohttp://www.blogger.com/profile/07273103837299512938noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7885204887280491661.post-30473574821274402442015-12-03T11:16:00.000-02:002015-12-03T11:16:30.065-02:00Una aproximación teórica a la sociedad de consumo<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh5G62V5WwwYAK744GO-3A0kHdPuyt8XXZ-UICSNwx59oz-H4XbV59cfcoSuVqyPEPpNozENl0ajE0ANj6RThnW9QZOp66sEfhLG1yE0PZFHOF0lm1_2rZjsCn28qaLk-RnkvawFLHdFCvx/s1600/index.jpeg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh5G62V5WwwYAK744GO-3A0kHdPuyt8XXZ-UICSNwx59oz-H4XbV59cfcoSuVqyPEPpNozENl0ajE0ANj6RThnW9QZOp66sEfhLG1yE0PZFHOF0lm1_2rZjsCn28qaLk-RnkvawFLHdFCvx/s1600/index.jpeg" /></a></div>
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;"> </span></span><br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">La sociedad de consumo puede describirse como “aquella en la que la
posesión y uso de un número creciente y una variedad de bienes y
servicios es la principal aspiración cultural y el camino percibido más
seguro hacia la felicidad personal, el estatus social y el éxito
nacional” (Ekins, 1991).</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">Uno de sus principales teóricos -y defensores- ha sido George Katona,
que acuñó el término consumo de masas y lo caracterizó con tres
dimensiones: afluencia (extensión a capas de la sociedad cada vez más
amplias), poder del consumidor (da forma al mercado a través de sus
decisiones) y psicología del consumidor (su demanda tiene un fuerte
componente subjetivo). Para Katona (1968), la mayor parte de las
necesidades que buscamos satisfacer a través del consumo son un producto
social, creado a través de comportamientos aprendidos que condicionan
nuestras elecciones.</span></span><br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span><br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">Es a partir de los años 80 del pasado siglo cuando surgen las
principales teorías y estudios sobre el consumo. Repasamos brevemente
algunos de esos enfoques:</span></span><br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span><br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;"><strong>1. El consumo como sistema.</strong> El consumo se ha
convertido en un eje central de la organización política, económica y
social actual y es así indispensable en el funcionamiento de las
sociedades liberales contemporáneas. Su dogma principal es el de la
productividad, que busca la producción de bienes a un coste menor y que
es el mecanismo que permite, dicen sus defensores, el crecimiento
económico (interpretado en términos de PIB). “La oferta incrementada de
bienes más baratos, según el argumento neoliberal, crea su propia
demanda. En otras palabras, una caída de los precios resultantes de los
avances en productividad estimula la demanda de consumo para los bienes
que se están produciendo. Una mayor demanda a su vez estimula una
producción adicional, impulsando la demanda de nuevo, en un ciclo sin
fin de expansión de la demanda y consumo”, señala Rifkin.</span></span><br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span><br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;"><strong>2. El consumo como identidad.</strong> Ya lo apuntaba Ekins
en la definición sobre sociedad de consumo que hemos reproducido más
arriba, donde -también decían Anderson y Wadkins (1991) – la identidad
individual está directamente relacionada con lo que consume cada
persona, mientras que anteriormente su identidad estaba más ligada a su
papel como productor. Para Anthony Giddens, por su parte, el consumo es
al mismo tiempo una causa y una respuesta a la crisis de identidades que
emanan del pluralismo de comunidades, valores y conocimiento de una
sociedad post-tradicional.</span></span><br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span><br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;"><strong>3. El consumo como deseo.</strong> Para mantener los altos
niveles de consumo que requieren las sociedades modernas para funcionar,
el consumo debe ir más allá de las necesidades básicas y debe apelar al
deseo. “El consumismo describe una sociedad en la que mucha gente
formula sus objetivos en la vida en parte adquiriendo bienes que
claramente no necesitan para su subsistencia o para su vida social
tradicional” (Peter Sterns, 2001). Según John Ehrenfeld (2006), muchos
de nuestros deseos se han convertido en una especie de commodity -que en
inglés designa a las materias primas o los productos más básicos que
apenas tienen diferencias entre ellos- y nos han hecho creer ahora que
son necesidades básicas. Este tipo de consumo es además potencialmente
muy adictivo, avisa Ehrenfeld.</span></span><br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span><br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;"><strong>4. El consumo como un proceso global.</strong> El consumo ya
no es un fenómeno local y cada vez es posible encontrar de forma más
frecuente los mismos productos en diferentes partes del mundo. Las
multinacionales han sido el principal motor en este proceso que ha
llevado a la creación de grandes gigantes cuyas cifras de beneficios
superan con creces el PIB de buena parte de los países en los que
operan. Esto ha llevado además a un proceso de concentración y de
homogeneización creciente en la oferta de productos y servicios.</span></span><br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span><br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;"><strong>5. El consumo como persuasión.</strong> La publicidad y el
marketing se centran hoy en día en hacer creer al consumidor que
necesita los productos más nuevos para poder ser feliz, dice Lipovetsky
(1983). Los ejemplos son numerosos, aunque cabe destacar en España una
reciente campaña de Vodafone titulada ‘A qué huele lo nuevo’ en la que
se incitaba a comprar un móvil nuevo cada año.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;"><strong>6. El consumo como progreso.</strong> La mayor parte de
teóricos considera el consumo como el elemento definitorio de las
sociedades modernas. Desde principios del siglo XX, el consumo ha sido
visto como el principal elemento para conseguir el progreso (si las
sociedades no consumen, la economía se estanca) y ha sido impulsado por
gobiernos y organizaciones sociales con este fin. Sin embargo, esa
noción moderna de progreso está siendo muy cuestionada en los últimos
tiempos, sobre todo, por las cosmovisiones indígenas, como sucede en
América Latina.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;"><strong>…Y una reflexión final. </strong>El sistema capitalista nos
induce a la irresponsabilidad y el egoísmo y transmite constantemente
esa ideología a través del aparato publicitario. El desafío para la
Economía Social parece, entonces, superar esa subjetividad consumista
para evolucionar hacia comportamientos más responsables. Para pensar
estas cuestiones, recomendamos:</span></span>
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;"><a href="https://m.youtube.com/watch?v=8a8eAqfA7qU">De homo consumus a homo responsabilus, de SETEM Comunitat Valenciana.</a></span></span><br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;"><strong>Bibliografía</strong></span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">Lipovetsky, Gilles (1983) <em>La era del vacío</em>, Francia, Collection Les Essais (n° 225), Gallimard.<br />
Rifkin, Jeremy (1995)<em> The End of Work: The Decline of the Global Labor Force and the Dawn of the Post-Market Era,</em> Putnam Publishing Group.<br />
Paul Ekins (1991) “A Sustainable Consumer Society: A Contradiction in Terms?”, <em>International Environment Affairs</em>, vol. 4, no. 4.<br />
Katona, George (1968) <em>La sociedad de consumo de masas.</em> Madrid, Ediciones Rialp.<br />
Anderson, L., Wadkins, M., (1991) <em>Japan – A culture of consumption? Advances in consumer research.</em><br />
Sterns, Peter (2001) <em>Consumerism in World History: The Global Transformation of Desire,</em> Nueva York y Londres, Routledge, Taylor & Francis Group.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">* <a href="http://www.carrodecombate.com/2015/12/03/una-aproximacion-teorica-a-la-sociedad-de-consumo/">Publicado en Carro de Combate.</a> El primer jueves de cada mes, nuestro blog está publicando esta serie de artículos de divulgación teórica sobre el consumo. </span></span>Nazaret Castrohttp://www.blogger.com/profile/07273103837299512938noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7885204887280491661.post-7220164782635668692015-11-19T16:13:00.001-02:002015-11-19T16:13:31.613-02:00Maldita policía: el hueso que nadie quiere roer en la campaña electoral argentina<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjDga5xCY-YzPCkauWrUBxREDiz93IzwdDCaq6bFx3u9oOzvle1IhBazWEBzElLv1MDls1oJcrGRBQieFHHQ8ygRjF0M5Hyrs3ogHMirAwrrzF0Azsoh3dAyVDbHC69hrNKmfl938HXcHEa/s1600/violencia-policial-uruguay.gif" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="273" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjDga5xCY-YzPCkauWrUBxREDiz93IzwdDCaq6bFx3u9oOzvle1IhBazWEBzElLv1MDls1oJcrGRBQieFHHQ8ygRjF0M5Hyrs3ogHMirAwrrzF0Azsoh3dAyVDbHC69hrNKmfl938HXcHEa/s320/violencia-policial-uruguay.gif" width="320" /></a></div>
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;"> </span></span><br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">A los electores argentinos les preocupa la inseguridad ciudadana. Robos y asaltos, pero también por la creciente <strong>presencia del narcotráfico</strong> en el país, <a href="https://www.youtube.com/watch?v=si952Ed7Vu0">especialmente en la ciudad de Rosario</a>.
En el debate televisado del pasado domingo, que colocó frente a frente
al candidato oficialista, Daniel Scioli (Frente para la Victoria, FpV) y
al conservador Mauricio Macri (alianza Cambiemos), esta cuestión ocupó,
como se esperaba, un lugar central. Sin embargo, más allá de un
brevísimo comentario de Macri, ninguno de los dos candidatos a ser el
próximo presidente de la Argentina se atrevió a nombrar la raíz del
problema: la <strong>corrupción generalizada de las fuerzas policiales</strong>, que llevó a la Policía Bonaerense a ganarse el apelativo de la 'Maldita Policía'.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">Amnistía
Internacional denunció en un informe de 2015 “la persistencia de
tortura y otros tratos crueles, inhumanos y degradantes perpetrada por
agentes estatales” en comisarías y centros de detención. Torturas que,
en algunos casos, han terminado en <strong>muerte y desaparición forzada</strong>.
Es lo que le ocurrió a Luciano Arruga, un joven que a los 16 años fue
torturado en comisaría y que, unas semanas después, fue desaparecido. La
justicia consideró probados los hechos en un histórico fallo, el pasado
mes de mayo, en el que el tribunal condenó al policía Julio Diego
Torales a diez años de prisión por torturas a Arruga. Corría el año
2008, y desde entonces su familia se ha mostrado convencida de que
Luciano recibió ese castigo macabro y criminal por <strong>negarse a robar para la policía</strong>, una práctica que, <a href="http://www.lavaca.org/notas/condenaron-a-10-anos-al-policia-que-torturo-a-luciano-arruga/">según varias denuncia, es frecuente en barios pobres y periféricos</a> de las grandes ciudades.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">El
caso de Luciano evidenció la existencia de una lacra en el seno de las
fuerzas policiales que resulta muy incómoda para los gobiernos, tanto el
nacional como los provinciales. Es, tal vez, la punta del iceberg, la
arista más extrema de una red de corrupción generalizada que han
evidenciado muchas investigaciones; todas ellas apuntan a <strong>la existencia de una caja B en cada comisaría</strong>,
en la que se recaudan los porcentajes de las ganancias de las
actividades criminales en las “zonas liberadas”, es decir, aquellas en
las que la policía deja de intervenir para permitir ciertos delitos.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">Así
sucede con los prostíbulos: aunque la ley los prohíbe, todo el mundo
sabe dónde están y, muchas veces, que allí son explotadas mujeres
traficadas desde las zonas más pobres del país o desde estados vecinos.
Susana Trimarco, la madre de la desaparecida Marita Verón, pasó años
recorriendo prostíbulos y evidenció la resistencia de policías,
gobernadores y jueces a que avanzase su investigación. La realidad, que
casi todos saben pero nadie quiere enunciar, es que <strong>los dueños de los prostíbulos pagan sobornos</strong>
a los agentes de la policía, que les deja funcionar libremente mientras
castiga a las prostitutas que hacen calle, a pesar de que lo que
prohíbe la ley argentina es el proxenetismo y no la prostitución.</span></span><br />
<h2>
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">Cuando el estado ejerce de mafia</span></span></h2>
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">Para el sociólogo Matías
Dewey, no se trata de corrupción, un término que remite a la moralidad
de los actores sociales, sino del modo mismo en que la construcción de
poder estatal y gubernamental en Argentina está íntimamente ligada a la
expansión de <strong>mercados que operan fuera de la ley</strong>, se
trate del narcotráfico, la trata de mujeres para su explotación en
prostíbulos y el mercado de autopartes procedente de vehículos robados, o
bien negocios más tolerados socialmente, como la venta ambulante y <a href="http://www.elconfidencial.com/mundo/2015-10-01/por-que-los-argentinos-estan-obsesionados-con-los-dolares_1044437/">las cuevas a las que los argentinos acuden a comprar dólares</a>.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">“La
zona liberada ha sido y es una técnica ilegal de ampliación del poder
estatal”, afirma Dewey, autor del ensayo 'El orden clandestino' (Katz,
2015). El sociólogo argentino sostiene que, con la connivencia de
amplios sectores de la polícia, se ha consolidado un orden clandestino
que permite “comparar a ciertos sectores del Estado argentino con la
mafia siciliana o la rusa”, entendiendo por mafia “una empresa económica
dedicada a la venta de una mercancía muy valiosa: <strong>la protección privada</strong>”.
La tesis de Dewey es que la mafia no es un grupo ajeno al Estado, sino
que es el propio Estado el que adopta características mafiosas y termina
vendiendo protección a dos clientes con intereses opuestos: ciudadanos y
delincuentes.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">La investigación de Dewey se centra en el caso de
La Salada, una enorme feria informal de indumentaria a la que acuden
comerciantes de todo el país, que se celebra dos veces por semana al sur
de la Ciudad de Buenos Aires. Hay quien la llama “<strong>el shopping de los pobres</strong>”:
allí se vende ropa a un precio asequible para las clases populares, y
fabricada en talleres informales, en gran medida, operados por
inmigrantes. La Salada genera empleo y alienta el consumo, mientras el
Estado, lejos de estar ausente, está bien presente: cobra religiosamente
una especie de impuesto que se paga en todas las ferias ilegales del
país. Los agentes policiales recaudan mensualmente nada menos que <strong>772.000 dólares al mes</strong>, que fluyen en diversas direcciones, según las estimaciones de Dewey.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">Difíciles
son de corroborar esos cálculos, pero lo que sí pudo confirmar esta
reportera es que los comerciantes que despliegan sus mantas en el
porteño barrio de Once pagan hasta <strong>5.000 pesos al mes</strong>
(el precio del alquiler de un apartamento) para que la policía les
permita vender allí, y ni aún así evitan ser objeto de periódicas
incautaciones. Pero de esto no se habla, y menos en campaña electoral...</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">* Publicado <a href="http://www.elconfidencial.com/mundo/2015-11-19/maldita-policia-el-hueso-duro-que-nadie-quiere-roer-en-la-campana-electoral-argentina_1101082/">en El Confidencial</a>. </span></span><br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">* Ilustración del brasileño Carlos Latuff, que ha cuestionado desde sus dibujos la violencia policial en Brasil y otros países latinoamericanos. </span></span>Nazaret Castrohttp://www.blogger.com/profile/07273103837299512938noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7885204887280491661.post-5439411077897093042015-11-17T11:38:00.000-02:002015-11-17T11:38:23.087-02:00La palma de aceite, el nuevo rey agrícola de América Latina<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<iframe allowfullscreen="" class="YOUTUBE-iframe-video" data-thumbnail-src="https://i.ytimg.com/vi/J30BtZuqo44/0.jpg" frameborder="0" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/J30BtZuqo44?feature=player_embedded" width="320"></iframe></div>
<br />
<br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">Rigoberto Lima Choc, maestro de 28 años, fue uno de los primeros en
denunciar la contaminación del río La Pasión y responsabilizar de aquel
“desastre ecológico”, según lo calificó la ONU, que mató a miles de
peces el pasado mes de junio, a una empresa procesadora de aceite de
palma. Junto a otros activistas comunitarios, comenzó una campaña que
terminó llevando el caso a la justicia: un tribunal lo admitió a trámite
y decidió ordenar el cese de operaciones de la empresa durante seis
meses. Al día siguiente, <b><a href="http://www.bbc.com/mundo/noticias/2015/09/150918_guatemala_homicidio_activista_ab" rel="nofollow">dos hombres subidos a una motocicleta asesinaron a Rigoberto Lima</a></b>
en la localidad de Sayaxche, al norte de Guatemala. La sospecha de las
comunidades, que ahora investiga la justicia, es que la contaminación
del río tiene que ver con el uso de agrotóxicos en la industria palmera;
esos mismos herbicidas, plugicidas y plaguicidas que son aplicados sin
protección por los trabajadores, que han denunciado daños a su salud.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">Las comunidades locales, muchas de ellas de etnia q'etchie, viven
rodeadas de plantaciones de palma, en un pequeño país que se ha
convertido en <b>uno de los mayores exportadores de palma aceitera del mundo</b>.
Algunas de esas comunidades habían llegado a Sayaxché hace un siglo,
huyendo de las expropiaciones y el reclutamiento forzado para las
plantaciones cafeteras en el vecino departamento de Alta Verapaz. En los años 80, las comunidades lograron comprar tierras en la zona;
pero la reestructuración del territorio dio lugar también a un nuevo
mercado de la tierra que atrajo a la industria palmera. Hoy, los
q'etchies tratan de sobrevivir entre plantaciones de palma,
hidroeléctricas, destacamentos militares y narcotraficantes.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">Casos como el de Sayaxché <b>se repiten en Colombia, Ecuador, Brasil, Honduras, México</b>.
La acelerada expansión de la palma aceitera provoca impactos
ambientales sobre ecosistemas tan vulnerables como los bosques
tropicales, en regiones que se encuentran entre las más biodiversas del
planeta; al mismo tiempo, el monocultivo expulsa comunidades campesinas
enteras, a veces a costa de graves violaciones de los derechos humanos.
La resistencia de las comunidades es atacada por las empresas y los
estados conniventes en forma de hostigamiento y amenazas que algunas
veces, demasiadas, se cumplen, como en el caso de Rigoberto.</span></span><br />
<h3>
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">Desplazamientos forzados por el terror</span></span></h3>
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">Esas dos caras oscuras de la moneda del agronegocio,<b> el impacto social y el ambiental, se dan cita de modo brutal en el Chocó, en la costa pacífica colombiana.</b>
El Chocó es, tal vez, la región con más biodiversidad en país del mundo
con más biodiversidad por hectárea; es, también, la región con mayor
población afrodescendiente, que, tras una intensa movilización, logró
ver reflejado en la Constitución de 1991 su derecho a la tierra que
habitan desde que fueron llevados como esclavos hace cuatro siglos.</span></span><br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<iframe allowfullscreen="" class="YOUTUBE-iframe-video" data-thumbnail-src="https://i.ytimg.com/vi/waW6p98GWto/0.jpg" frameborder="0" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/waW6p98GWto?feature=player_embedded" width="320"></iframe></div>
<br />
<br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">La llamada Ley 70, promulgada en 1993, venía a garantizar a las
comunidades afrodescendientes su derecho a la propiedad comunal de la
tierra. Pero los 90 eran, también, los años del imparable ascenso de los
paramilitares, concentrados en las Autodefensas Unificadas de Colombia
(AUC). Llegaron al municipio de Riosucio junto a la Brigada 17 del
Ejército y, con el supuesto objetivo de enfrentar a la guerrilla de las
FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia), pero<a href="http://www.elespectador.com/opinion/operacion-genesis-al-desnudo-columna-467580" rel="nofollow"><b> perpetraron masacres de inocentes y crímenes macabros</b></a> para sembrar el terror, como demostraría después la justicia. Unas 4.000 personas huyeron y abandonaron sus tierras; sólo se
atrevieron a volver unos años después; para entonces, se encontraron sus
territorios ocupados por plantaciones de palma. Desde entonces, las comunidades afectadas, Jiguamiandó y Curvaradó, luchan para recuperar sus territorios.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="font-size: small;"><b></b></span></span><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">Son unos miles de los <a href="http://www.esglobal.org/desplazados-en-colombia-la-tragedia-que-no-cesa/" rel="nofollow">cinco millones de colombianos desplazados a la fuerza</a>:
el 10% de los 47 millones de colombianos. Según reconoce el propio
Gobierno, más del 70% de ellos eran propietarios o tenedores de pequeñas
fincas que <b>tuvieron que dejar atrás: un total de alrededor de 6,5
millones de hectáreas, el 15% de la superficie cultivable del país.</b><b> </b>Esos territorios, y los recursos que albergan, pasaron a engordar los <b>monocultivos dedicados a la exportación, como la caña de azúcar y el aceite de palma,</b>
y los proyectos extractivos, como la minería y la explotación de
hidrocarburos, en detrimento de lo que los colombianos llaman el
“pancoger”, la pequeña agricultura destinada al consumo local.</span></span><br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span>
<h3>
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">El nuevo rey agrícola</span></span></h3>
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">En 1971, en <i>Las venas abiertas de América Latina</i>, el
uruguayo Eduardo Galeano repasaba casi cinco siglos de colonia y
sometimiento latinoamericano a eso que llaman Primer Mundo a través de
los “monarcas agrícolas” que impusieron los conquistadores en todo el
continente desde el siglo XVI: caña de azúcar, algodón, café, caucho,
banano. Hoy, dos nuevos reyes se alzan triunfadores, junto a una caña
revitalizada por el empuje del etanol: <a href="http://www.carrodecombate.com/2014/04/21/el-boom-sojero-en-el-cono-sur/" rel="nofollow"><b>la soja, que cubre en torno al 60% del suelo cultivable en Argentina y Paraguay</b></a>;
y la palma de aceite o palma africana, que ha llegado con intención de
quedarse a los suelos de Colombia, Ecuador, Brasil, Guatemala, Honduras y
México, entre otros.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">La palma es una de las commodities agrícolas –esto es, materias
primas que se comercializan en los mercados internacionales, y que están
cada vez más financierizadas– más demandadas en este comienzo del siglo
XXI. Su creciente demanda se debe, por un lado, a su uso para los
agrocombustibles, y de otro, del aumento vertiginoso del uso de aceite
de palma en la industria alimentaria.</span></span><br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">Aunque muchos consumidores lo ignoren, <a href="http://blogs.elpais.com/3500-millones/2015/10/la-cara-oculta-del-aceite-de-palma.html" rel="nofollow"><b>el aceite de palma está detrás de esos aparentemente inocentes “aceites vegetales”</b></a>
que encabezan la lista de ingredientes de su chocolatina favorita y de
buena parte de los productos que se adquieren en cualquier supermercado,
también jabones y cosméticos. Del total del aceite de palma que se
consume en el mundo,<a href="http://www.carrodecombate.com/2015/10/13/biodiversidad-versus-monocultivo-el-impacto-medioambiental-del-aceite-de-palma/" rel="nofollow"><b> más del 80% proviene de Indonesia y Malasia</b></a>.
Es la palma aceitera la principal causa de la deforestación de los
bosques tropicales del Sudeste asiático, muchas veces, a través de
enormes incendios que mantienen un espeso humo gris en el cielo de estos
países.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">En tiempos en que el cambio climático se presenta como una evidencia
científica, y no especulaciones “radicales”, como quisieron hacernos
creer hasta hace una década, no está muy bien visto andar esquilmando
los pocos bosques tropicales que aún nos quedan. Así que los productores y los mayores consumidores de palma
–multinacionales como Unilever o Nestlé– tomaron medidas, como la
organización de una <a href="http://www.ecologistasenaccion.org/article15802.html" rel="nofollow"><b>Mesa Redonda del Aceite de Palma Sostenible (RSPO)</b></a>,
o el paulatino traslado de la producción a nuevos territorios de África
o América Latina, donde la expansión de la palma no es tanto a costa de
la deforestación de la selva como sí de la expropiación de pueblos
indígenas y campesinos que hasta entonces se dedicaban a la agricultura
familiar y otras actividades que unos llaman “de subsistencia”, pero que
tal vez sean la única alternativa real “sustentable” frente a la
acelerada expansión de un extractivismo voraz.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">Pese a las amenazas, la judicialización de las resistencias, el
hostigamiento, los asesinatos y desapariciones, muchas comunidades
siguen dispuestas a resistir a la expansión de la palma y otros
agronegocios de latifundio. Muchos de ellos son conscientes de que no
sólo luchan por su tierra, que es su supervivencia como pueblos, sino
por la defensa del planeta en su conjunto. En Europa no se produce
palma, pero sí se consume. <b><a href="http://www.carrodecombate.com/2015/09/22/por-que-es-importante-investigar-el-aceite-de-palma/" rel="nofollow">El aceite de palma está en uno de dos productos que adquirimos en supermercados</a></b>, desde alimentos procesados a cosméticos. Así que pocos motivos tenemos para sentirnos ajenos a esas luchas. </span></span><br />
<br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="font-size: small;"><b>* El proyecto periodístico <a href="http://www.carrodecombate.com/" rel="nofollow"><b>Carro de Combate</b></a>
está recaudando fondos en Goteo para investigar a fondo el aceite de
palma. Si alcanzamos nuestro presupuesto óptimo, podremos viajar, además
de a Colombia, a Ecuador y Guatemala. Si quieres colaborar, entra en: <a href="https://goteo.org/project/aceite-palma/home" rel="nofollow"><b>https://goteo.org/project/aceite-palma/home</b></a></b></span></span><br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="font-size: small;"><b><b>* Nota <a href="https://www.diagonalperiodico.net/global/28366-la-palma-aceite-america-latina.html">publicada en Diagonal</a>. </b></b></span></span> <br />
<br />
<br />
<br />
<br />Nazaret Castrohttp://www.blogger.com/profile/07273103837299512938noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7885204887280491661.post-54966210262279497132015-11-16T11:58:00.000-02:002015-11-16T11:58:26.641-02:00¿Fin del ciclo "progresista" en América Latina?<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh0K0fvo4TK6uJW3hHjkqETRl8JrxJKwNoxzzwh9kiCk70TE3kNpRjfnaBeFyXRX8jf7eVP69tw3PaugtZqPqshHbjkZakgT1GrlON9z7LyvJAI-WL70a9r_r5DILBWjrorVeJncTsF2vyY/s1600/presidentes-festejan-200x133_340x226.099999999.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="212" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh0K0fvo4TK6uJW3hHjkqETRl8JrxJKwNoxzzwh9kiCk70TE3kNpRjfnaBeFyXRX8jf7eVP69tw3PaugtZqPqshHbjkZakgT1GrlON9z7LyvJAI-WL70a9r_r5DILBWjrorVeJncTsF2vyY/s320/presidentes-festejan-200x133_340x226.099999999.jpg" width="320" /></a></div>
<br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">El próximo 22 de noviembre, el oficialista <strong>Daniel Scioli</strong> y el conservador <strong>Mauricio Macri</strong> se enfrentarán en las urnas y, gane quien gane, muy pocos ponen en duda que el nuevo presidente de los argentinos <a href="http://www.elconfidencial.com/mundo/2015-09-24/argentina-despues-de-los-kirchner-todo-apunta-a-un-giro-hacia-la-derecha_1033695/">supondrá un giro a la derecha</a>
con respecto a los 12 años de kirchnerismo. En Brasil, la sucesora de
Lula da Silva, Dilma Rousseff, pareciera que debe hacer encaje de
bolillos para <a href="http://www.elconfidencial.com/mundo/2015-09-23/eduardo-cunha-brasil-dilma-rousseff-petrobras_1030217/">permanecer en el poder un día más</a>. En Ecuador, los movimientos indigenistas que ayudaron a <strong>Rafael Correa</strong>
a alcanzar el poder se muestran cada día más distantes del presidente.
Cada vez más, a izquierda y derecha surge una inquietud: ¿ha llegado el
fin del ciclo progresista en América Latina?</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">La etiqueta de
'gobiernos progresistas' sirvió para incluir bajo el mismo paraguas
procesos tan diversos como el kirchnerismo en Argentina, el lulismo en
Brasil, el Frente Amplio de Tabaré Vázquez y Pepe Mujica en Uruguay o
los 'gobiernos bolivarianos' <a href="http://www.elconfidencial.com/mundo/2015-11-09/venezuela-el-salario-minimo-mas-escaso-del-mundo_1090162/">en Venezuela</a>, Bolivia y Ecuador. Si algo los unía, era que <strong>llegaron al poder en medio del rechazo popular</strong> que provocaron las <strong>políticas de ajuste</strong>
neoliberal que se generalizaron en América Latina en los años noventa;
algunas veces, como en Bolivia y Argentina, fue la acción colectiva la
que expulsó a los gobernantes, acusados de corruptos y 'vendepatrias', y
trajo una oleada de gobernantes entre los que estaban un sindicalista
en Brasil, un exguerrillero en Uruguay o un indígena en Bolivia. Eran
tiempos de cambio, y durante la primera década del siglo XXI, <strong>el proceso se contempló con optimismo y buenos resultados macroeconómicos</strong>.
En 2008, en pleno ciclo alcista del precio de los 'commodities' o
materias primas, estos países experimentaron un notable descenso de los
niveles de desigualdad y pobreza. Mucho se escribió sobre las “<a href="http://www.elconfidencial.com/mundo/2015-02-24/los-millonarios-huyen-de-brasil_716895/">nuevas clases medias” brasileñas</a>
o sobre la sorprendente recuperación económica en Argentina, poco
después del 'default' que, según algunos cronistas, expulsaría al país
del tango de la economía global.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">Unos años después, la situación parece haber dado un giro. El <a href="http://www.elconfidencial.com/mundo/2015-10-26/primer-ballotage-en-argentina-scioli-gana-por-decimas-y-habra-segunda-vuelta_1071767/">fin del ciclo kirchnerista</a> en Argentina, la crisis de legitimidad de Correa y la <a href="http://www.elconfidencial.com/mundo/2015-09-23/eduardo-cunha-brasil-dilma-rousseff-petrobras_1030217/">débil situación de Rousseff</a>
dan cuenta de un cambio de época, en un contexto de crisis económica en
que las economías latinoamericanas, muy dependientes de las
exportaciones de 'commodities', sufren el agudo descenso del precio de
las materias primas. Pero ¿puede hablarse de fin del ciclo progresista?
Es más, <strong>¿a qué llamamos progresismo en América Latina?</strong></span></span><br />
<h2>
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">¿Progresista, izquierdista, posneoliberal?</span></span></h2>
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">El<a href="https://www.opendemocracy.net/democraciaabierta/ra%C3%BAl-zibechi/hora-de-hacer-balance-del-progresismo-en-am%C3%A9rica-latina"> intelectual uruguayo Raúl Zibechi define los progresismos </a>por
los cambios que introdujeron en el modelo neoliberal del Consenso de
Washington: las políticas asistencialistas, como la Bolsa Familia en
Brasil o la <strong>Asignación Universal por Hijo en Argentina</strong>,
redujeron la pobreza, pero lo hicieron con un modelo de desarrollo
económico basado en “el crecimiento con inclusión social” que creó redes
clientelares de dependencia y que en ningún caso tocó los intereses de
las oligarquías. Ese modelo -mejorar la situación de los pobres sin
empeorar la de los ricos- funcionó mientras el ciclo económico ayudó;
ahora, con los precios de los 'commodities' muy por debajo, <a href="http://www.elconfidencial.com/mundo/2014-10-26/el-salario-para-pobres-o-por-que-la-derecha-no-es-una-opcion-hoy-en-brasil_408115/">no es posible contentar a todos</a>. Y ahí es cuando <strong>vuelve a aumentar la conflictividad social</strong>; que se lo pregunten a Correa, que debe afrontar una creciente oposición de las que otrora fueron sus bases de apoyo social.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">Para
el también uruguayo Eduardo Gudynas, ecologista y académico, el
progresismo debe entenderse como un “régimen político distintivo”: es
desde luego diferente al neoliberalismo, pero <strong>tampoco es de izquierdas, aunque surgió de la izquierda</strong>.
“Las izquierdas de fines de los años noventa criticaban las bases
conceptuales del desarrollo, se comprometieron a terminar con la
corrupción, defendían la ampliación de los derechos y buscaban una
radicalización de la democracia con más participación”, <a href="http://www.alainet.org/es/">apunta Gudynas.</a>
Los progresismos actuales, en cambio, “abrazan las ideas del
desarrollo, aunque disputan el excedente”: es decir, han profundizado el
modelo extractivista basado en la <a href="http://www.elconfidencial.com/mundo/2015-03-30/viaje-al-epicentro-del-negocio-petrolero-de-venezuela_746733/">exportación de hidrocarburos</a>, oro o soja, pero <strong>utilizan las regalías para financiar sus políticas de reducción de la pobreza</strong>.
Y, en lugar de aumentar los mecanismos de participación democrática, se
han ido convirtiendo en “populismos con liderazgo fuerte, con creciente
concentración de poder” y tendencia a querer perpetuarse en el poder,
en opinión de la socióloga y escritora argentina Maristella Svampa.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">Otros
intelectuales, como el brasileño Emir Sader, prefieren defender los
logros de los progresismos en estos 15 años: disminución de la brecha de
la desigualdad, menor influencia de Estados Unidos en la región,
creación de nuevos espacios de integración regional. Son, para Sader,
“espacios ganados a la visión totalizadora del capital global”. <a href="http://www.pagina12.com.ar/diario/elmundo/4-285344-2015-11-04.html">El sociólogo brasileño insta a los suyos a ser estratégicos</a>: “<strong>El que pierde la batalla de las ideas está condenado a la derrota política</strong>”,
advierte. Tal vez eso les esté pasando a los progresismos
latinoamericanos. Tal vez no se corrieron al difuso centro político y
crearon malestar entre sus partidarios de izquierdas; o quizá no
supieron dar contenido a eso que los gobiernos 'bolivarianos' llaman
“socialismo del siglo XXI”, más allá de la etiqueta de
'posneoliberales'.</span></span><br />
<h2>
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">Scioli no se escribe con K</span></span></h2>
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">En ese
complejo escenario, 32 millones de argentinas y argentinos acudirán a
las urnas el 22 de noviembre para escoger al próximo ocupante de la Casa
Rosada. <strong>El oficialismo tiene dos semanas para recuperarse</strong> del <a href="http://www.elconfidencial.com/mundo/2015-10-27/el-kirchnerismo-se-hunde-en-sus-bastiones_1072413/">varapalo que supuso el resultado del pasado 25 de octubre</a>,
que arrojó un resultado más favorable a Macri de lo esperado, y
organizar una campaña electoral certera. ¿Qué falló? ¿Por qué Scioli no
logró más del 36% de los votos si la presidenta, <strong>Cristina Fernández</strong> de Kirchner, llega al final de su mandato con una <strong>valoración positiva que supera el 50%</strong>? Algunos analistas interpretan que Fernández debió estar más presente en la campaña; su baja implicación evidenció que, <a href="http://www.cronicon.net/paginas/edicanter/Ediciones110/nota2.htm">como escribe Alfredo Serrano Mancilla, del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (CELAG)</a>, “Scioli no se escribe con K”.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">Persiste el interrogante de cómo es posible que, en 12 años de
hegemonía política, el kirchnerismo no fuera capaz de generar un
candidato que sí se escriba con K; pero a estas alturas eso es historia.
Aunque poco o nada de nuevo aporta, <strong>Macri</strong>, en su certera campaña electoral, <strong>ha sabido instalarse como</strong> <a href="http://www.elconfidencial.com/mundo/2015-10-22/argentina-tiene-miedo_1066779/">portador del <strong>“cambio”</strong></a> y se hace ver como un político del siglo XXI. Frente a él, Scioli aparece tan rancio como algunos de sus carteles de campaña.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">De
momento, los kirchneristas alimentan la idea de que “el candidato es el
proyecto”; a ese proyecto “nacional y popular” se opone Macri, que
representa la vuelta a los oscuros días del neoliberalismo menemista,
ese que llevó a la debable económica, política y social de 2001-2002. El
problema es que Scioli también viene del menemismo. Pero Scioli, como
el peronismo en sí mismo, ha demostrado una enorme capacidad de
transmutación. Falta ver si su triunfo podría <strong>garantizar la supervivencia del 'progresismo' en Argentina</strong>. <strong>Signifique este lo que signifique</strong>...</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">*<a href="http://www.elconfidencial.com/mundo/2015-11-16/fin-del-ciclo-politica-en-america-latina_1095944/">Publicado en El Confidencial</a>. </span></span><br />
<div style="background-color: white; border: 0px none; color: black; overflow: hidden; position: absolute; text-align: left; text-decoration: none;">
<br /></div>
<br />
Nazaret Castrohttp://www.blogger.com/profile/07273103837299512938noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7885204887280491661.post-77870034942384289112015-11-05T11:22:00.001-02:002015-11-05T11:22:13.885-02:00Una introducción histórica a la sociedad de consumo (3/3). La revolución neoliberal: el neocapitalismo del consumo<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhwiDn6H05w_ZicldxpNfEO3NHu4QJUeRTH12xQ3n5SgT3tp2uE2kUtT3xBCcBG6wufWWLH8piLfr20oGeEwrR7AU8zWaYi2bv-FQ0xEGwYYGgVRedC7Ex1E2ETUzHOabNGhTkMwHHGn1Hv/s1600/maioria-pobre-x-minoria-rica.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="167" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhwiDn6H05w_ZicldxpNfEO3NHu4QJUeRTH12xQ3n5SgT3tp2uE2kUtT3xBCcBG6wufWWLH8piLfr20oGeEwrR7AU8zWaYi2bv-FQ0xEGwYYGgVRedC7Ex1E2ETUzHOabNGhTkMwHHGn1Hv/s320/maioria-pobre-x-minoria-rica.jpg" width="320" /></a></div>
<br />
<br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">La transmutación del capitalismo a partir de los años 70 tuvo
profundas consecuencias psicosociales. Los años 80 y 90 asistimos al
triunfo de la ideología neoliberal. Eso supone el fin del modo de
producción fordista, pero también de las políticas keynesianas que,
desde los años 30, se habían consolidado en los llamados países
“desarrollados” -dejamos para otro día una reflexión sobre qué es eso
del desarrollo- para neutralizar los efectos no deseados del mercado
capitalista. El triunfo del neoliberalismo es el triunfo del mercado
totalitario, donde no rige la ley de la competencia perfecta, sino la
ley del más fuerte. Pez grande se come al chico. Treinta años después,
las “desregulaciones” de los gobiernos de orientación neoliberal dejaron
como resultado mercados oligopólicos en sectores tan estratégicos como
la alimentación o la energía. En el Norte y en el Sur global, los
neoliberales imponen su recetario: privatización de empresas públicas,
desregulación de los mercados financieros y reducción del gasto público.
La consecuencia no se hizo esperar en forma de un aumento obsceno de la
desigualdad social: <a href="https://www.google.com.ar/url?sa=t&rct=j&q=&esrc=s&source=web&cd=3&ved=0CCoQFjACahUKEwj32KnlsPTIAhXHjpAKHY1MDq0&url=https%3A%2F%2Fwww.oxfam.org%2Fsites%2Fwww.oxfam.org%2Ffiles%2Ffile_attachments%2Fib-wealth-having-all-wanting-more-190115-es.pdf&usg=AFQjCNGqkFO51yBLDVZ4X5n3nNRSgny1WQ&sig2=yfR0pLP-a57yHG5ufQlkNQ">en 2014, el 1% de la humanidad acumulaba el 48% de la riqueza global</a>.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">Progresivamente, el primitivo capitalismo de producción se transformó
en un <b>neocapitalismo de consumo en el que lo simbólico gana cada vez
más importancia. </b>El diseño y el marketing aportan el valor agregado al
producto, y de ahí que el resto de la cadena de producción, la menos
rentable, se vaya tercerizando, al tiempo que se deslocaliza hacia
países con costes de producción más baratos, se trate de las maquilas
mexicanas o países del Sudeste Asiático que compiten por el salario
mínimo más barato; en paralelo, regiones enteras, como América Latina,
consolidan ese papel de proveedores de materias primas que adquirieron
durante la etapa colonial. Casi todo lo que consumimos se produce muy
lejos: desde el textil hasta los alimentos, la inmensa mayoría de los
productos que adquirimos hoy son “kilométricos”, esto es, han recorrido
miles de kilómetros, por mar o tierra, desde la zona donde se extrajeron
los materiales hasta la región donde fueron fabricados, y de ahí, al
punto de venta. Ese cambio sustancial en la economía global conlleva
multiplicar el transporte, y el resultado nos llega en forma de cambio
climático; pero <b>esos costos no se incluyen en el balance de las
empresas: son “externalidades negativas”</b> que pagan otros, no las
corporaciones multinacionales que se benefician de los procesos de
deslocalización, tercerización y subcontratación.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">Estas <b>nuevas cadenas de producción globalizadas responden a una
estructura de dominación </b>que algunos denominan de neocolonialista y que,
desde luego, deja ganadores y perdedores. Los impactos sociales y
ambientales del consumo tienen ahora una escala planetaria y esa cadena
es cada vez más difícil de trazar. Con la deslocalización, el fetichismo
de la mercancía llega a su cénit: las relaciones humanas y con la
naturaleza que están por detrás de nuestros actos de consumo han sido
invisibilizadas. En paralelo, las tasas de ganancia vuelven a aumentar, y
las desigualdades sociales, también, mientras el acceso al crédito se
convierte en el modo de sostener los niveles de consumo en un planeta
donde los salarios tienden a menguar y el desempleo, a aumentar.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">Mientras tanto,<a href="http://sambaytango.blogspot.com.ar/2011/01/el-motor-del-capitalismo-es-la-estafa.html"> la obsolescencia programada se consolida</a> como una norma antes que una excepción, y surge<a href="http://www.carrodecombate.com/2013/10/30/nuevo-cada-ao-qu-huele-lo-nuevo/"> también la “obsolescencia percibida”</a>,
esto es, los consumidores tienden a pensar que un objeto queda obsoleto
no porque pierda su valor funcional, sino porque dejan de ser
“atractivos”. <b>El valor de lo nuevo se impone y así lo fomenta la
publicidad. Y la obsolescencia</b>, cada vez más acelerada, junto al
crecimiento poblacional y al crecimiento exponencial del consumo, sigue
acelerando la huella ecológica hasta un punto insostenible. Lo que en
los años 70 era cosa de un puñado de ecologistas, o reivindicación de
pueblos originarios considerados “atrasados”, a comienzos del siglo XXI
se ha convertido en una realidad incuestionable: el planeta Tierra está
en riesgo y ello se debe, fundamentalmente, a la acción humana.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">* Publicado<a href="http://www.carrodecombate.com/2015/11/05/una-introduccion-historica-a-la-sociedad-de-consumo-33-la-revolucion-neoliberal-el-neocapitalismo-del-consumo/"> en Carro de Combate. </a></span></span><br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">* Ilustración de cabecera de Carlos Latuff</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;"><em>Recuerda que seguimos recaudando fondos para nuestro próximo
proyecto de investigación que se centrará en el aceite de palma, una
materia prima que esta en uno de cada dos productos de un supermercado.
Si nos quieres ayudar a investigar esta industria, <a href="https://goteo.org/project/aceite-palma/home" target="_blank">puedes hacerlo aquí</a>.</em></span></span><br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiyXa3D1EV1zw7oqeTqbSsUsjQs-phyWPkxofDRIisC2J9aTi6KhcEgrSCAsFKSy17ChJLqRlfZH6VUFp6570mD19877UPg32qBbymbTPEFS5Weh9JI89S9dzfKoI7jcZO56RlezLadeExI/s1600/sabesque_small.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="213" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiyXa3D1EV1zw7oqeTqbSsUsjQs-phyWPkxofDRIisC2J9aTi6KhcEgrSCAsFKSy17ChJLqRlfZH6VUFp6570mD19877UPg32qBbymbTPEFS5Weh9JI89S9dzfKoI7jcZO56RlezLadeExI/s320/sabesque_small.png" width="320" /></a></div>
Nazaret Castrohttp://www.blogger.com/profile/07273103837299512938noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7885204887280491661.post-41818013593884361562015-10-22T10:57:00.001-02:002015-10-22T10:57:05.925-02:00¿Por qué hemos elegido Goteo para nuestro crowdfunding sobre el aceite de palma?<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiybRynNGYmtflKWGSB2zBk5c1kHRhjtpnC3X4qvgXl3zQEvA30gcduBQJaYI7eEt__YpgbfjjxmIQDZKEvIKJ0bhAV0YPcnwozeQ83kfHZHlh-LcbQYRFUP2KFizXqw8M8IQ6kq8mfNe7s/s1600/mapa_investigacion_solo.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="234" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiybRynNGYmtflKWGSB2zBk5c1kHRhjtpnC3X4qvgXl3zQEvA30gcduBQJaYI7eEt__YpgbfjjxmIQDZKEvIKJ0bhAV0YPcnwozeQ83kfHZHlh-LcbQYRFUP2KFizXqw8M8IQ6kq8mfNe7s/s320/mapa_investigacion_solo.png" width="320" /></a></div>
<br />
Es ya un lugar común que el periodismo pasa por momentos difíciles.
Que ya ha sido decretada la muerte del papel, pero todavía no se han
logrado articular formas de ganar dinero en la Red, donde, al menos en
España, prima la filosofía del todo gratis. En realidad, la tarta
publicitaria no es menor, pero la captan Google, Facebook y otras
plataformas que comparten el contenido, pero no lo crean y, por lo
tanto, no lo costean. Y sin embargo, el periodismo de verdad, el buen
periodismo, el único digno de ese nombre, cuesta dinero.<br />
<br />
Como alguna vez me hizo notar Alfonso Armada, muy mal andamos si cabe
la expresión “periodismo comprometido”: todo periodismo es
comprometido, y a alguien incomoda; si no, es simple propaganda. Así lo
resume el argentino Martín Caparrós: <b>“Periodismo es averiguar, pensar y
contar”</b>. Así de simple. Pero, en la práctica, es casi una utopía.
Averiguar requiere disponer de los recursos para visitar el lugar de los
hechos y hablar con los protagonistas de esa realidad que se quiere
contar; pensar requiere tiempo. Contar, también. Escribir un buen texto,
honesto, legible pero no simplificador, requiere no sólo oficio, sino
también un cierto sosiego y condiciones materiales que exceden la buena
voluntad del reportero. <b>“</b><a href="http://negratinta.com/alfonso-armada-el-buen-periodista-es-el-que-sale-a-la-calle-con-la-mirada-de-un-nino/" target="_blank"><b>El buen periodismo necesita tiempo”</b>, como le gusta repetir a Armada</a>.<br />
<br />
En la práctica, los mal llamados periodistas freelance -sería más
sincero hacernos llamar precarizados- cobramos a la pieza y lo que se
paga por pieza es muy poco; cada vez menos. La supervivencia impone la
rapidez. Grandes medios de comunicación, sospechosos de pagar elevadas
cantidades a sus CEOs y reporteros estrella, se niegan a costear
investigaciones en profundidad. Pagan 100, 50 y hasta 35 euros brutos
por un artículo, sea nacional o internacional. Lo justo para poder
contar atropelladamente; de pensar, olvidémonos, y de averiguar sobre el
terreno, qué decir. La situación no ha dejado de empeorar en los
últimos años: cuando yo empecé a vender reportajes desde América Latina,
era normal recibir 200 euros por una pieza; los compañeros de profesión
que ejercieron de corresponsales en tiempos de vacas gordas recuerdan
cuando no era una quimera adelantar dinero para viajes y después cobrar
mil o dos mil euros por una investigación solvente. Eso ya es parte del
pasado. Incluso quienes arriesgan su vida en zonas de conflicto militar
ven cómo la retribución de su trabajo ha caído en picado hasta límites
vergonzosos. En medio de la vergüenza, mueren el rigor y el espíritu
crítico. <b>Lo digo siempre: no hay censura más certera que la censura económica.</b><br />
<br />
No pocos periodistas nos sentimos expulsados del sistema, en el
sentido de que no tenemos lugar -¿lo tuvimos alguna vez?- para hacer el
periodismo que queremos. En el caso de Carro de Combate, desde 2012 nos
dedicamos a investigar los orígenes de los productos que compramos, y
eso nos lleva a preguntarnos por las condiciones en las que se extraen
las materias primas, y después se manufactura, en Asia, África o América
Latina. La última aventura en la que nos embarcamos es investigar el
aceite de palma: primero, porque lo consumimos, sin saberlo, todos los
días; segundo, porque es tal vez el monocultivo que más impactos está
provocando en todo el mundo: <b>deforestación, pérdida de biodiversidad y
desplazamientos forzosos de campesinos del Sur global, daños en la salud
de los consumidores</b>. Queremos aportar un trabajo de investigación que
combine los datos estadísticos con los testimonios tomados de primera
mano. Esta vez, no se trataba de hacer un pequeño monográfico, como
hemos hecho tantas veces prácticamente sin recursos. Esta vez queríamos
profundizar. Y para eso necesitábamos fondos.<br />
<br />
Visto que no íbamos a conseguir esos fondos de ningún gran medio de comunicación -siempre hemos contado con el apoyo de <a href="http://www.lamarea.com/" target="_blank">La Marea</a>, pero
ellos simplemente no tienen los fondos necesarios-, pensamos en
el crowdfunding como la mejor forma de conseguir financiación sin perder
un ápice de independencia. Y enseguida decidimos colgar nuestro
proyecto en Goteo.org, porque compartimos un enfoque afín a la Economía
Social y Solidaria y el Creative Commons. Yo contaba, además, con la
positiva experiencia de un proyecto anterior: <a href="http://web.librerantes.com/producto/cara-y-cruz-de-las-multinacionales-espanolas-en-america-latina/" target="_blank">Cara y cruz de las multinacionales españolas en América Latina</a>,
una investigación publicada por la revista digital Fronterad que se
hizo realidad gracias a los financiadores de Goteo.<br />
<br />
Conseguimos en esa
ocasión 4.800 euros con los que pude viajar, junto al fotógrafo
colombiano Jheisson A. López, a Colombia y Chile y escribir <a href="http://www.fronterad.com/?q=grandeza-y-miserias-rio-magdalena-desembarco-multinacionales-espanolas-en-colombia" target="_blank">cuatro reportajes que después fueron compilados en un e-book</a>. <b>Fue la experiencia periodística más enriquecedora de mi vida</b>
y me demostró la necesidad de dedicarle tiempo y recursos a una
investigación para ir al fondo de los hechos. Me enseñó, también, que
una de las virtudes del crowdfunding como forma de financiar proyectos
periodísticos es que aporta una relación muy especial entre el reportero
y el lector: éste no compra una revista o un diario con determinado
tema de portada, sino que escoge pagar previamente una investigación que
considera de calado. <b>El lector, de algún modo, se convierte en editor y cómplice</b>. El
reportero supo siempre que su compromiso es sólo con el lector, no con
la empresa mediática, pero, más que nunca, ese compromiso directo queda
sellado por la falta de intermediarios.<br />
<br />
<a href="http://www.fcpolit.unr.edu.ar/programa/2008/07/23/defensa-de-la-utopia-tomas-eloy-martinez/" target="_blank">Escribió Tomás Eloy Martínez</a> que en
el periodista “hay una alianza de fidelidades: <b>fidelidad a la propia
conciencia, fidelidad al lector y fidelidad a la verdad</b>”. Son tres
formas de decir lo mismo: compromiso con la palabra, fidelidad a una
verdad que es necesariamente subjetiva, pero honesta. El reportaje, para
ser honesto y fiel a la verdad, necesita ser riguroso; y para ser
riguroso, requiere tiempo y recursos. Eso es lo que queremos en Carro de
Combate. Y por eso hemos elegido Goteo para financiar <a href="https://goteo.org/project/aceite-palma/home" target="_blank">nuestra investigación sobre el aceite de palma</a>. <b>Estamos muy cerca de conseguirlo, pero nos falta un empujón. ¿Nos ayudas?</b>Nazaret Castrohttp://www.blogger.com/profile/07273103837299512938noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7885204887280491661.post-25800170105860264342015-10-21T11:00:00.002-02:002015-10-21T11:00:49.077-02:00La Argentina que deja el kirchnerismo<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjJHk9ORAkGDIMn5204GfIIcJvsGinQGqKeSUJtAxh-4OebA8X17sg1CsADRZdBrCEMTUfiRIaAsx0P8gZVSmnk8m20fBINKcpo3U-7svBBC0IFP-h0HFUUGyTIdsr4_0flnit56wnXDjue/s1600/5952605026_c0ff8e7883_z-530x383.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="231" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjJHk9ORAkGDIMn5204GfIIcJvsGinQGqKeSUJtAxh-4OebA8X17sg1CsADRZdBrCEMTUfiRIaAsx0P8gZVSmnk8m20fBINKcpo3U-7svBBC0IFP-h0HFUUGyTIdsr4_0flnit56wnXDjue/s320/5952605026_c0ff8e7883_z-530x383.jpg" width="320" /></a></div>
<br />
<br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">La última cacerolada masiva tuvo lugar en enero: los manifestantes, a
voz en grito, acusaban a su presidenta, Cristina Fernández de Kirchner,
de “asesina”, vinculándola a la muerte del fiscal que la acusó de
encubrimiento terrorista, Alberto Nisman. Fue la más sonada, pero en
absoluto la única protesta. Hay quien dice, no sin razón, que los
argentinos todo lo viven como un partido de fútbol, con cánticos y mucha
pasión: desde un mitin político hasta una manifestación por los
derechos humanos, pasando, cómo no, por un concierto de su rock
“nacional”. Es esa pasión que tiñe la cultura política argentina la que
han agitado los medios de comunicación “opositores”, fundamentalmente el
Grupo Clarín –el conglomerado mediático más poderoso del país– para
fomentar una actitud crítica contra Fernández que muchas veces raya el
odio irracional. La emoción va por delante del argumento. Eso sí: sus
seguidores le profesan un apoyo igualmente incondicional.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">La sociedad argentina se ha polarizado, sobre todo desde que en 2008
la presidenta inició su particular cruzada mediática. O eres K
(kirchnerista) o eres anti-K: poco espacio queda para la reflexión o el
debate. A menudo, aquellos que perciben grises prefieren quedarse al
margen de discusiones poco proclives a los matices. Es en medio de este
clima que 32 millones de argentinos están llamados a las urnas el 25 de
octubre para elegir al próximo ocupante de la Casa Rosada.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">En 2003, Néstor Kirchner se hizo con la presidencia de un país
asediado por los desequilibrios económicos y sociales, y en poco tiempo
consolidó su popularidad gracias a su exitosa gestión de la crisis de la
deuda externa. Comenzaba un nuevo ciclo político que pronto fue
bautizado como “kirchnerismo”, un movimiento político que se autodefine
como progresista y que ostenta un afilado discurso antiimperialista. En
2007, la esposa de Néstor, Cristina Fernández, le sucedió en la
presidencia y, pese a las dificultades crecientes, logró ser reelegida
en 2011, después de capitalizar políticamente la conmoción social que
produjo la muerte de su marido en octubre de 2010. Sorteó como pudo
cíclicas embestidas mediáticas, desde la llamada “guerra del campo” de
2008 –que la enfrentó con el Grupo Clarín–, hasta la misteriosa muerte
de Nisman a comienzos de este año.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">Durante doce años, los Kirchner fueron el centro de la política y el
referente de eso que los argentinos llaman peronismo. Sin embargo, no
fueron capaces de generar un sucesor: el candidato oficialista, Daniel
Scioli, pertenece al mismo partido (el Frente para la Victoria, FpV),
pero no es ningún secreto que no tiene buena sintonía con Cristina
Fernández. Comenzó su andadura política junto a Carlos Menem,
representante del ala derecha del peronismo. Al fin y al cabo, el
paraguas del peronismo es amplio: desde el neoliberalismo menemista
hasta los discursos antiimperialistas de una Cristina que siempre gustó
de aparecer junto a la imagen de Evita Perón, uno de los mitos más
recurrentes de la política argentina.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">Dicen los observadores políticos que Fernández intentará controlar a
Scioli, y por eso le impuso a Carlos Zannini, uno de sus hombres de
confianza, como vicepresidente; pero será difícil que un Scioli en la
presidencia no se saque de encima a su predecesora, de la misma forma
que lo hizo Néstor Kirchner con su antecesor, Eduardo Duhalde. Antes
Scioli deberá ganar los comicios: si no logra más del 45% de los votos
–o diez puntos más que el segundo más votado-, habrá segunda vuelta.
Todos los sondeos apuntan a que se enfrentaría con Mauricio Macri, el
hasta ahora jefe del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y líder de
Propuesta Republicana (PRO) y de la alianza de partidos Cambiemos. En
una segunda vuelta es probable que Macri capte los votos del tercer
candidato, Sergio Massa.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">Macri es el candidato de la derecha más clásica, de las clases altas;
ha sabido reinventar el espacio político conservador con una potente
estrategia comunicativa –todo Buenos Aires está pintado de amarillo, el
color institucional del PR– y un discurso que coloca la gestión por
encima de la ideología, que postula que administrar el Estado es
equivalente a gestionar una empresa –o un equipo de fútbol, como el Boca
Juniors que el propio Macri presidió– y que suma a su ideario los
valores del voluntariado social. Su contrincante, Scioli, proviene de la
derecha peronista.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">Gane quien gane, la Casa Rosada dará un giro a la derecha. Será,
también, el fin de un ciclo político cuyo legado ha dejado luces y
sombras: las políticas de ayudas asistenciales han favorecido la
inclusión social, pero no se ha resuelto la vulnerabilidad de una
economía muy dependiente de la exportación de materias primas, en
especial la soja. En el plano internacional, tanto Néstor como Cristina
Kirchner apostaron por el auge de las izquierdas en la región. Apoyaron
los procesos bolivarianos de Venezuela, Ecuador y Bolivia, y trataron de
consolidar nuevos espacios de integración, como la Unasur y la Celac.
Es probable que Scioli se desvincule de esos gobiernos bolivarianos. El
cambio será más notorio si gana Macri.</span></span><br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span><h3>
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">Desilusión y hastío</span></span></h3>
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">No pocos kirchneristas se han sentido confundidos por la elección de
Scioli como candidato: “Creo que mucha gente se ha quedado
desconcertada: Scioli no refleja las ganas del votante de proseguir con
esta idea [más progresista] del peronismo. Los que creemos, aunque con
muchas comillas, en este gobierno, no nos sentimos en absoluto
reflejados. Scioli es sólo un parche para seguir estando. Pero es lo
típico del peronismo: a rey muerto, rey puesto. Uno, como trabajador,
queda empantanado”, sentencia el fotógrafo Daniel Albornoz. Y subraya:
“Veo el panorama con más desilusión que esperanza. Es terrible tener que
votar al menos malo”.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">Otros son más pragmáticos. “Scioli representa el peronismo más
rancio, pero toca votar por él para contener a otras fuerzas políticas
más regresivas”, afirma Roberto, sociólogo colombiano radicado en
Argentina desde hace una década. Pero hay también quien no le concede a
Scioli ni siquiera aquello del menos malo: “Son de terror. Uno peor que
el otro. La democracia no sirve más”, concluye con contundencia Natalia,
una abogada de 38 años. “Scioli y Macri comparten el proyecto político
de privatización neoliberal, la diferencia es que Macri es más malvado”,
dice.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">Lo cierto es que la campaña electoral de 2015 no debería pasar
inadvertida: Porque es el fin de un ciclo político; porque el clima es
de tensión y polarización, o al menos en eso pretenden convertirlo
ciertos medios de comunicación; y porque las citas con las urnas son
innumerables: elecciones a intendente (alcalde), a gobernador, a
presidente; y antes de cada cita, unas primarias para elegir a los
candidatos.</span></span><br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;"><br />
“La campaña se vive con esa interesante y extraña mezcla de fastidio,
agobio y frenesí de todas las campañas. El hartazgo mezclado siempre con
algo de excitación y de interés”, matiza Verónica, terapeuta y
comunicadora. Las calles llevan meses plagadas de carteles, globos,
puestos donde se reparte merchandising del PRO o del FpV. Y sin embargo,
poco se debate: abundan más los coloridos afiches que los argumentos y
propuestas. Hay quien habla de la “tinellización” de la política, en
referencia a Marcelo Tinelli, conductor del programa más célebre de la
parrilla televisiva argentina Showmatch, un espacio de variedades
criticado por amarillista y machista, que ha conseguido contar con la
presencia de Macri, Scioli y Massa.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">Mientras los diarios inundan sus portadas con amenazantes noticias
sobre la inseguridad argentina, y los políticos adornan sus discursos
con promesas, unos y otros callan sobre la necesaria discusión acerca de
la corrupción policial. Las violaciones de derechos humanos en los
barrios marginales del país son flagrantes, como destapó el caso de
Luciano Arruga. Este adolescente de 16 años fue torturado en una
comisaría de la provincia de Buenos Aires, y su rastro desapareció.
Desde el principio, su familia denunció la implicación de la Policía
Bonaerense –apodada la “maldita bonaerense”– en la desaparición del
joven, al que supuestamente querían castigar por haberse negado a robar
para la policía, una práctica común, según las denuncias, en los barrios
populares. Siete años después de los hechos, en un histórico fallo, un
tribunal condenó a diez años de prisión a uno de los agentes coautores
del crimen. La tortura en cárceles, comisarías y centros de menores no
es en absoluto un hecho puntual, y está en ascenso, tal y como denuncia
el informe de 2015 de la Comisión Provincial de la Memoria (CPM) de
Buenos Aires. Pero de esto no hablan la clase política ni el mainstream.</span></span><br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span><h3>
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">Víctimas de segunda</span></span></h3>
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">Parece haberse consolidado en Argentina una visión de los derechos
humanos que se limita a las víctimas de la sangrienta dictadura militar
de 1976-1983. Resulta difícil minimizar el mérito de los gobiernos de
Néstor y Cristina al haber llevado a los tribunales a torturadores y
altos mandos militares responsables de miles de muertes, desapariciones y
torturas. Sin embargo, esos mismos gobiernos han dado la espalda a las
denuncias de vulneración de derechos en las barriadas marginales y en
territorios ancestrales indígenas. ¿Acaso sólo merecen atención las
víctimas de la dictadura, por cierto, mayoritariamente blancas y de
clase media? Es lo que se pregunta Vanesa, la hermana de Luciano, el
jóven desaparecido. “Debemos crear nuevos organismos que sean capaces de
comprender hacia dónde apunta hoy el odio de una sociedad que necesita
calmar el sentir de inseguridad que se le genera”, y que enfrenten “las
políticas represivas y la mirada criminalizante de los sectores
judiciales”, asegura Vanesa a la revista <em>Mu</em>.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">Las comunidades de etnia qom, wichi, pilagá y nivacle, originarias
del norte del país, llevan siete meses de acampada frente a la Casa
Rosada intentando que la presidenta los reciba. Sin éxito, hasta el
momento. Tan sólo exigen el cumplimiento de tratados internacionales y
normas nacionales, como la Ley 2610, que prohibió en el año 2006 los
desalojos de comunidades aborígenes y ordenó relevar sus tierras. De
momento, es poco más que papel mojado.</span></span><br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span><br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">Para la comunidad qom de Formosa, al noreste del país, el principal
problema es la imparable expansión de la producción de soja. Esta planta
ocupa ya el 60% de la superficie cultivable en Argentina. Su economía
es cada vez más dependiente de las divisas que provee la exportación de
soja, 20.000 millones de dólares en 2014. En un contexto de escasez
monetaria, la soja es cada vez más indispensable para el país, pero es
también fuente de vulnerabilidad. Es una commodity, una materia prima
que cotiza en los mercados internacionales al precio que determinan los
inversores. La bonanza de los últimos años en la región latinoamericana
tuvo mucho que ver con el aumento de los precios de commodities como la
soja, el oro o el petróleo. Ahora que la tendencia es la inversa, las
economías sufren. En Argentina, este año se estima que los ingresos en
divisas disminuirán en 6.000 millones de dólares, a pesar de que la
producción ha seguido aumentando, según el diario Clarín. Los críticos
del actual modelo de desarrollo apuntan a su insostenibilidad y demandan
una apuesta por la industria y una mayor diversificación de los
cultivos y las exportaciones. Mientras, la oposición a la soja genera
cada vez más conflictos por las consecuencias sobre la salud para los
pueblos afectados por los fertilizantes.</span></span><br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span><h3>
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">Dilemas sin resolver</span></span></h3>
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">En la última década, el kirchnerismo no ha podido proponer una
alternativa a ese modelo de desarrollo extractivista basado en la soja
y, en menor medida, en las exportaciones de hidrocarburos. Las
retenciones que aporta al Estado la exportación de materias primas ha
sido la fuente de recursos para la implementación de medidas de
inclusión social tan populares como la Asignación Universal por Hijo, un
programa que ha tenido un éxito comparable a la Bolsa Familia en Brasil
en cuanto a reducción de la pobreza. El problema, para los movimientos
sociales y políticos a la izquierda de Fernández de Kirchner, es que el
Gobierno se ha centrado en luchar contra la pobreza, y no contra la
desigualdad. Ha otorgado ayudas públicas en lugar de reconocer los
derechos de las poblaciones vulnerables.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">Mientras, la inflación, que desde hace años ronda el 30% anual,
aunque las cifras oficiales son mucho más bajas, se ha convertido en el
flagelo de las clases populares. Además resta competitividad a la
industria argentina y crea un mercado negro de divisas. Los argentinos
quieren comprar dólares y, ante las restricciones oficiales (el llamado
“cepo cambiario”), acuden al mercado negro o blue aunque deban pagar un
50% más. Basta pasear por Florida, una de las calles comerciales más
concurridas del animado centro porteño, para recibir varias ofertas de
cambio ilegal por parte de algún “arbolito”, como se llama a las
personas dedicadas a captar clientes en las calles. Los que ya conocen
el circuito acuden directamente a las “cuevas”, establecimientos
ilegales –y sin embargo por todos conocidos– que a menudo fingen ser
joyerías u otro tipo de negocios.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">El negocio del dólar blue florece desde que en 2012 comenzaron las
restricciones a la compra de dólares. Los argentinos se niegan a ahorrar
en una moneda (el peso) que se deprecia y que se arriesga a una
devaluación inminente. Macri ya ha asegurado que procederá a una brusca
devaluación; Scioli promete que el ajuste cambiario será más suave. Sea
como fuere, la economía argentina afronta un panorama de cierta
incertidumbre, pero es más sólida de lo que los medios de comunicación
anti-kirchneristas pretenden hacer ver. Tanto Scioli como Macri aseguran
que acabarán con la inflación, pero ninguno revela qué medidas tomarán
para acabar con un problema que tiene sólidas raíces en Argentina.
Mientras tanto, los argentinos campean como pueden el temporal de
incertidumbre política y económica. Muchos contratos estatales e
iniciativas dependientes de subvenciones están parados. En una campaña
con tantas pancartas y globos y tan pocos compromisos programáticos,
todas las posibilidades están abiertas. La sociedad argentina contiene
la respiración.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">* Artículo publicado en el número de octubre <a href="http://www.lamarea.com/2015/10/21/la-argentina-que-deja-el-kirchnerismo/">de la revista La Marea</a>.</span></span>Nazaret Castrohttp://www.blogger.com/profile/07273103837299512938noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-7885204887280491661.post-51651721236075159312015-10-18T15:27:00.002-02:002015-10-18T15:27:49.191-02:00¿Está llegando a su fin la ola progresista en América Latina?<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjrPhNgWHHqQVIAsnAz8Mr47ZHZz2x1A_fSm4Y4j_Tt8n79DWKziHkABaK_Kgnoa209F9OiiExzQzvSHyf0pWEthrXoTO39HKgvVIrx6B_DTJKDWWw32qi2Lw7OuC3F3L696AyVMsbweP9A/s1600/20140305094728_1688389-10203345892466967-1586158116-n.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="197" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjrPhNgWHHqQVIAsnAz8Mr47ZHZz2x1A_fSm4Y4j_Tt8n79DWKziHkABaK_Kgnoa209F9OiiExzQzvSHyf0pWEthrXoTO39HKgvVIrx6B_DTJKDWWw32qi2Lw7OuC3F3L696AyVMsbweP9A/s320/20140305094728_1688389-10203345892466967-1586158116-n.jpg" width="320" /></a></div>
<div id="m81-80-82">
<br /></div>
<div id="m81-80-82">
<br /></div>
<div id="m81-80-82">
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">La presidenta brasileña, <b>Dilma Rousseff</b>, ve cómo su popularidad cae estrepitosamente y las calles se llenan de multitudes pidiendo su destitución; en Ecuador, <b>Rafael Correa </b>protagoniza
una confrontación cada vez más aguda con los movimientos sociales de
base que lo llevaron al poder; en Argentina, las elecciones del 25 de
octubre ─y la previsible segunda vuelta─ llevarán a la Casa Rosada a un
presidente a la derecha de <b>Cristina Fernández de Kirchner,</b> aún
cuando gane el candidato oficialista, Daniel Scioli. Cada vez se habla
más en América Latina de un cambio de ciclo político, tras 15 años de
auge de los gobiernos progresistas en la región, que, con la ayuda de
los movimientos sociales, campesinos e indígenas, llegaron al poder en
Brasil, Argentina, Paraguay, Honduras, Uruguay, Venezuela, Ecuador y
Bolivia, entre otros países. <br /><br />Desde las izquierdas, el panorama político, que en algunos países viene de la mano de la incertidumbre económica, <b>se observa como un momento para la reflexión</b>:
si algunos intelectuales o activistas apuntan a la arremetida del
imperialismo y las “derechas mediáticas”, otros hablan de la falta de
legitimidad a la que ha llevado la “derechización” o cambio de rumbo de
algunos de estos Gobiernos.</span></span></div>
<div id="m81-80-82">
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;"><br /></span></span></div>
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">Para empezar, ¿qué es eso de “gobiernos
progresistas”? Como señala el escritor uruguayo Raúl Zibechi, esa
etiqueta ha servido para catalogar, de forma vaga, Gobiernos que
introdujeron <b>cambios en el Consenso de Washington</b>, que propició
en los años 90 la aplicación en toda la región de políticas neoliberales
de ajuste que llevaron a mayor desigualdad y destrucción del tejido
social. Salvo excepciones, la inclusión social no se ha logrado a través
del reconocimiento y garantía de derechos, sino mediante políticas
asistencialistas de transferencia de renta que, en muchos casos, han
provocado la creación de redes clientelares de dependencia, como
denuncia el escritor Martín Caparrós para el caso de la Argentina
kirchnerista. La Bolsa Familia del Brasil de Lula da Silva es un ejemplo
ya clásico; con todo, pese a las limitaciones de este tipo de
políticas, es difícil anticipar el poder transformador que tienen
programas que sacan a familias enteras de la miseria y posibilitan su
acceso a la educación.</span></span><div id="m91-2-92">
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;"><br />Para Zibechi, con la salvedad de los
Gobiernos “boliviarianos” de Venezuela y Bolivia ─Ecuador queda excluido
por su creciente enfrentamiento con los movimientos de base─, los
Gobiernos “progresistas” no han tenido una voluntad transformadora en lo
esencial: el modelo de desarrollo. Se enfrentan en toda América Latina
dos visiones del cambio social: la primera, que comparten todos estos
Gobiernos, es la perspectiva “neodesarrollista”. El ecuatoriano Rafael
Correa, el boliviano Evo Morales o el argentino Néstor Kirchner ganaron
en las urnas <b>con la promesa de frenar el poder de las corporaciones multilaterales y el saqueo de los recursos naturales</b>,
pero en la práctica se ha mantenido, e incluso intensificado, el modelo
extractivista que ha llevado, al calor de la demanda global de <i>commodities</i>,
a la reprimarización de las economías. En un principio, el mantener
esos ingresos asociados a las industrias extractivas ─monocultivos,
minería, hidrocarburos, presas─ parecía una oportunidad para
diversificar paulatinamente la matriz productiva y energética; en la
práctica, los Gobiernos progresistas han dedicado importantes ingresos a
combatir la pobreza, pero no han avanzado hacia esa modificación
estratégica de su producción, como asevera Gorka Martija, investigador
del Observatorio de Multinacionales en América Latina (OMAL). <br /><br />Frente
a este enfoque neodesarrollista, que se conforma con mejorar ─y no
superar─ la posición de estos países en la división internacional del
trabajo, los movimientos sociales, c<b>on protagonismo creciente de comunidades indígenas, campesinas y afrodescendientes</b>,
propugnan la visión del posdesarrollo, a saber: el crecimiento
económico basado en la extracción masiva de materias primas no sólo es
insostenible para el medio ambiente, sino que es una trampa para los
pueblos latinoamericanos, condenados a la “maldición de la abundancia” a
la que se refiere el economista ecuatoriano Alberto Acosta: la riqueza
de recursos naturales lleva a la dependencia y la miseria económica,
como muestra la historia de la minería en la región latinoamericana.</span></span></div>
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span><h2 id="m96-3-97">
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;"><b>Cambio de ciclo económico</b></span></span></h2>
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span><div id="m101-4-102">
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">Durante los años en que los precios de las <i>commodities</i> estuvieron al alza, parecía posible para estos Gobiernos conciliar todos los intereses. Se fraguó el eslogan del <b>“crecimiento con inclusión social”</b>.
Las divisas que generaban las exportaciones de soja, metales o petróleo
permitieron costear las políticas que sacaron a millones de personas de
la miseria sin tocar los intereses de las oligarquías.<br /><br />El Brasil
del Partido de los Trabajadores (PT) al que pertenecen Lula y Dilma es
el mejor ejemplo de ello. Las políticas de inclusión social ayudaron a
la histórica expansión de la Clase C. Para algunos, una nueva clase
media; para otros, una clase trabajadora que, con mejores sueldos y
acceso al crédito, <b>puede consumir bienes antes reservados a las clases pudientes.</b>
Así se consolida otra tendencia regional: “El ciclo progresista derrotó
al neoliberalismo en varios aspectos. Pero no lo enfrentó en uno que es
clave: el legado consumista del modo de vida americano y la industria
cultural que lo promueve. Es así que el aumento de los niveles de vida
de amplios sectores sociales impulsado por el progresismo se ha
traducido en más consumo globalizado”, ha analizado el economista
paraguayo Gustavo Codas.</span></span></div>
<div id="m123-6-124">
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">Sea como fuere, durante unos años pareció funcionar,
pero “el ciclo económico ha cambiado: ahora Dilma debe elegir si
privilegia a los ricos o apoya a los pobres”, apunta Guilherme Boulos,
del Movimiento de Trabajadores Sin Techo (MTST). Pese a que obtuvo la
victoria electoral de 2014 con el apoyo del movimiento social de base,
Dilma Rousseff evidenció su apuesta <b>por no tocar los intereses de las oligarquías </b>al
nombrar como ministra de Agricultura a Katia Abreu, la mayor abanderada
de los intereses del agronegocio y enemiga del Movimiento de los Sin
Tierra (MST), y como ministro de Hacienda al economista ortodoxo Joaquim
Levy, que, formado en Chicago, ha soltado perlas como que España es un
ejemplo de ajuste estructural exitoso. <br /><br />Dilma se ha ganado la
desconfianza de las izquierdas. “La pauta del Gobierno es el ajuste
fiscal, el corte de derechos, de inversión social. Es indefendible por
cualquier movimiento social que se precie”, sostiene Boulos. El Gobierno
brasileño, <b>cuya presidenta se enfrenta a índices de popularidad del 10%</b>,
ha sido cuestionado incluso por el movimiento sindical, una de las
bases del PT: “Esta agenda es de los ricos y no del trabajador”, ha
afirmado Vagner Freitas, de la principal central sindical del país, la
CUT. <br /><br />El problema es que, hoy por hoy, no hay alternativa de
Gobierno a la izquierda de Dilma, por lo que criticar a la presidenta
termina beneficiando a la derecha. A la misma disyuntiva se enfrentan
las izquierdas en una Argentina <b>a punto de poner fin a doce años de kirchnerismo</b>
y en un Ecuador donde es cada vez mayor la evidencia de la
confrontación directa de Correa con la Conaie (Confederación de
Nacionalidades Indígenas del Ecuador) y Acción Ecológica, entre otras
organizaciones sociales que critican el enfoque extractivista del
Gobierno. </span></span></div>
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span><h2 id="m128-7-129">
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;"><b>¿Avance o retroceso?</b></span></span></h2>
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">
Se pregunta Zibechi: “A tres décadas de distancia,
¿la llegada del PSOE al Gobierno del Estado Español, fue un paso
adelante o un retroceso? No pretendo comparar al socialismo europeo con
el progresismo latinoamericano, sino reflexionar sobre cómo se produjo
la pérdida de la energía social, en ambas situaciones”, aclara. <b>Es tiempo para la reflexión de las izquierdas en América Latina.</b>
Algunos ponen el acento en la cooptación del activismo de base por los
Gobiernos progresistas; no pocos creen que figuras como Lula y los
Kirchner han debilitado al movimiento social. Así lo ha expresado el
filósofo marxista Paulo Arantes: “Agotamos por depredación extractivista
el inmenso reservorio de energía política y social almacenada a lo
largo de todo el proceso de salida de la dictadura”. Y el que fuera
fundador del PT y más tarde del Partido Socialismo y Libertad (PSOL), el
respetado Francisco de Oliveira, no duda en afirmar: “El lulismo es una
regresión política”. <br /><br />Otras perspectivas, sin embargo, apuntan a
la ampliación del horizonte de oportunidades que han supuesto estos
Gobiernos. Así pueden contemplarse los avances plasmados en la
Constitución de Ecuador de 2008 y la de Bolivia de 2009, que, entre
otras influencias de las cosmovisiones indígenas, <b>postulan que la naturaleza es en sí misma sujeto de derechos. </b>Se
abren las puertas a nuevas posibilidades de construcción política con
protagonismo creciente de los pueblos originarios. Aunque, por el
momento, ante la imposibilidad de combinar dos visiones antagónicas como
son el post-desarrollo y el continuismo con el modelo extractivista,
los gobiernos de Evo y Correa han optado por el extractivismo. <br /><br />El sociólogo brasileño <a href="http://blogs.publico.es/emir-sader/">Emir Sader</a>
prefiere destacar los logros que deja en la región el ciclo
posneoliberal: disminución sustancial de los niveles de desigualdad,
miseria y exclusión social, reducción de la influencia estadounidense en
la región y creación de nuevos espacios de integración regional. Son,
para Sader, <b>espacios ganados a la visión totalizadora del capitalismo global.</b>
A fin de cuentas, sólo un pueblo bien alimentado y con las necesidades
básicas cubiertas, aunque sea a base de programas que sustentan redes
clientelares y compran votos, puede avanzar en educación, espíritu
crítico y cultura democrática. Pero son éstos resultados difíciles de
medir y que se aprecian a medio o largo plazo. </span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">* Artículo <a href="http://www.publico.es/internacional/llegando-ola-progresista-america-latina.html">aparecido en diario Público</a>. </span></span><br />
<div id="m101-4-102">
<br /></div>
Nazaret Castrohttp://www.blogger.com/profile/07273103837299512938noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7885204887280491661.post-10881670957075844612015-10-14T18:16:00.000-03:002015-10-14T18:16:29.819-03:00El lado oscuro del aceite más consumido del mundo<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjV2ZkvbYTRvSBFngUZlr5negJjOZBdcDa8LNHlxRvBSypykIKjt5Pjto78iqJ2WkWq4z0AbDOEeliriFEkkvuVdNqeev_V3Z3AeYqxtfWYxXAHpRHoYlaBLtCQ-clX2NdofzyST9QZFVmM/s1600/aceitedepalma-small1.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="213" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjV2ZkvbYTRvSBFngUZlr5negJjOZBdcDa8LNHlxRvBSypykIKjt5Pjto78iqJ2WkWq4z0AbDOEeliriFEkkvuVdNqeev_V3Z3AeYqxtfWYxXAHpRHoYlaBLtCQ-clX2NdofzyST9QZFVmM/s320/aceitedepalma-small1.jpg" width="320" /></a></div>
<br />
<br />
El suelo de la isla indonesia de Sumatra lleva tiempo echando humo. Y
no es por los volcanes que formaron el archipiélago de Indonesia,
algunos de los cuales siguen activos, sino por <a href="http://www.elconfidencial.com/mundo/2014-10-20/indonesia-otra-potencia-emergente-que-se-entrega-a-un-politico-del-pueblo_321979/">los incendios que cada año devoran cientos de hectáreas de jungla tropical</a>.
“Es la forma más rápida de deforestar”, asegura Panut Hadisiswoyo,
fundador del Orangutan Information Centre (OIC), un proyecto que trabaja
por la conservación del hábitat de este gran primate, <strong>una de las grandes víctimas de las llamas</strong>.<br />
<br />
El
principal culpable es la palma aceitera, una alta planta, de grueso
tronco y hojas pesadas, que se ha extendido rápidamente durante las
últimas décadas por el Sudeste Asiático y parte de América Latina, y que
ahora se empieza a imponer en África Occidental. De sus rojos frutos se
extrae el aceite de palma, un ingrediente que está en uno de cada dos
productos del supermercado, <strong>desde comida a cremas o velas</strong>.
Sin embargo, hasta el pasado mes de diciembre apenas aparecía en las
etiquetas. Fue entonces cuando la Unión Europea cambió la legislación
del etiquetado alimenticio y obligó a las empresas a detallar qué tipo
de aceite utilizaban, en lugar de esconderlo <strong>bajo la denominación de “aceite vegetal”</strong>.<br />
<br />
Los bosques tropicales y la biodiversidad que albergan <a href="http://www.elconfidencial.com/mercados/2007-10-09/amigos-de-la-tierra-denuncia-que-la-demanda-de-aceite-de-palma-para-agrocombustibles-incrementa-la-deforestacion_921320/">son la primera víctima</a> (aunque <a href="http://www.elconfidencial.com/ultima-hora-en-vivo/2015-05-23/asesinan-a-ecologista-critico-con-el-aceite-de-palma-en-indonesia_586449/">no la única</a>) de este tipo de aceite, <strong>el más consumido del mundo</strong>. Según WWF, cada hora se deforesta en Indonesia la superficie <strong>equivalente a 300 campos de fútbol</strong>
para plantar aceite de palma. “Muchas de las plantaciones están en
zonas de parques naturales, supuestamente protegidas por ley”, asegura
Rudi Putra, una de los principales activistas en la conservación de la
jungla de Sumatra. En Colombia, el monocultivo de palma se extiende por
el Chocó, la región con mayor biodiversidad por metro cuadrado del
planeta, pese a la firme oposición de las comunidades locales.<br />
La <strong>resistencia de la población local al monocultivo de palma</strong> es una constante que se repite en países tan distantes <a href="http://www.elconfidencial.com/ultima-hora-en-vivo/2014-06-05/produccion-colombiana-de-aceite-de-palma-subira-11-4-en-2014-estima-gremio_278586/">como Colombia</a>,
Uganda o Malasia. En muchos casos, se trata de comunidades campesinas,
indígenas o afrodescendientes, que son desplazadas de sus tierras para
que se instale el monocultivo de palma. Además, varias investigaciones
han relacionado esta industria con el trabajo en <strong>condiciones análogas a la esclavitud</strong>:
así, Bloomberg publicó en julio de 2013 un informe que revelaba serios
abusos a los derechos de los trabajadores en las plantaciones de
Malasia. Estos recibían un sueldo inferior al mínimo, eran encerrados o
no recibían su paga. Tenían además que rociar las plantaciones de forma
manual con herbicidas como el Paraquat, que se cree que produce <strong>daños en riñones e hígado</strong>. En Colombia, las empresas de palma aceitera han sido vinculadas <a href="http://www.elconfidencial.com/mundo/2015-02-18/colombia-no-es-pais-para-sindicalistas_713843/">con políticas antisindicales</a>. El sector se caracteriza además por el uso de <strong>mano de obra infantil</strong>, según afirma el Departamento de Trabajo de Estados Unidos en un informe de 2012.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjXGdVc6g91XZPPAz09yDQ86i4KcIcGH1nyx6NTkxj4AhobGDzVmij_USgoiC0XkH20PajrwK0PUQfNExbwswRDGyHBVtfR80rMn2HWYFSqSwqykZBTGXCpjJqcwmcjsO1JCHTJoYjFZ1gl/s1600/mapa-investigacion-solo.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="234" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjXGdVc6g91XZPPAz09yDQ86i4KcIcGH1nyx6NTkxj4AhobGDzVmij_USgoiC0XkH20PajrwK0PUQfNExbwswRDGyHBVtfR80rMn2HWYFSqSwqykZBTGXCpjJqcwmcjsO1JCHTJoYjFZ1gl/s320/mapa-investigacion-solo.png" width="320" /></a></div>
<br />
<h2>
¿El más ecológico?</h2>
La palma aceitera es una planta muy
polémica. Frente a sus detractores, se sitúan fieles defensores que
aseguran que las plantaciones <strong>han sacado de la pobreza a miles de personas</strong> con sus altos rendimientos. Solo en Malasia, <strong>el sector emplea a 500.000 personas</strong>,
en una población de menos de 30 millones. Otros aseguran además que es
el aceite más ecológico, ya que necesita 10 veces menos suelo para la
misma cantidad de producción que la mayor parte de los aceites
alternativos. “No nos oponemos radicalmente contra el aceite de palma,
solo contra el que se planta en los bosques”, dice la activista Rudi
Putra, quien reconoce que las plantaciones han dado trabajo a muchas
personas de Sumatra -aunque la mayoría procedentes de otras provincias-,
pero que también <strong>ha dejado a muchas sin agua</strong>.<br />
<br />
Su impacto sobre la salud también ha abierto amplios debates. El aceite de palma comenzó a utilizarse masivamente debido a <a href="http://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2015-06-17/eeuu-prohibira-el-uso-de-grasas-trans-en-tres-anos-y-aqui-ni-aparecen-en-el-etiquetado_890016/">la mala prensa de las grasas trans o hidrogenadas</a>,
que habían sido relacionadas por varios estudios con problemas de
salud. Sin embargo, un estudio de 2009 del Departamento de Agricultura
de Estados Unidos asegura que su consumo provoca <strong>problemas coronarios muy similares</strong>
a los de las grasas hidrogenadas, con un aumento similar en los niveles
de colesterol para cantidades equivalentes. El aceite de palma está
estrechamente relacionado con los alimentos ultraprocesados, que han
mostrado ser poco saludables. “Desde hace 20 años, se ha implantado <a href="http://www.elconfidencial.com/mundo/2015-07-28/que-hacer-para-no-contribuir-o-contribuir-menos-a-un-sistema-perverso_940474/">un modelo de alimentación</a>
que genera graves problemas para la salud”, afirma Javier Guzmán,
director de VSF Justicia Alimentaria Global. Y esa mala alimentación,
recuerda Guzmán, tiene un sesgo de clase, pues los alimentos
ultraprocesados y menos saludables, los que contienen aceite de palma, <strong>son también los más baratos</strong>.<br />
<br />
“<strong>Estamos perdiendo el control sobre lo que consumimos</strong>”,
añade Isidro Jiménez, fundador de ConsumeHastaMorir. “Nos venden que
estamos cada vez más informados, pero lo cierto es que cada día perdemos
una batalla por la transparencia”.<br />
<br />
La industria del aceite de
palma sabe que está bajo el punto de mira; de ahí que impulsase en 2004
la Mesa Redonda por un Aceite de Palma Sostenible (RSPO, en sus siglas
en inglés). La RSPO trabaja como una certificación para aquel aceite de
palma que ha sido producido bajo unos criterios de sostenibilidad y
justicia, <strong>similares en teoría a los del comercio justo</strong>.
Pero esta etiqueta ha sido también muy polémica: un informe de
noviembre de 2013 realizado por International Labor Rights Forum y Sawit
Watch desveló abusos laborales no permitidos por la organización en
plantaciones certificadas. Más recientemente, el diario 'Wall Street
Journal' denunció casos de trabajo esclavo en plantaciones también
certificadas en Malasia. El compromiso medioambiental también ha sido
puesto en tela de juicio. “La RSPO aún deja abierta la posibilidad de
deforestar bosque secundario”, asegura Annisa Rahmawati, investigadora
sobre bosques de Greenpeace Indonesia, en referencia a bosques con una
alta biodiversidad, pero que han sufrido algún tipo de intervención
humana.<br />
<br />
Mientras, <strong>el uso del aceite de palma no para de crecer</strong>. Se calcula que para 2020, la palma representará <strong>el 45% del consumo total </strong>de
aceite en el mundo, con 84 millones de toneladas y un crecimiento del
6% anual, según la consultora Frost & Sullivan. Muchos temen, sin
embargo, que este rápido avance de la palma aceitera acabe siendo mortal
para ecosistemas y comunidades alrededor del mundo.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiWXHK4BIE7uKJ8CIhSPumMeWoAwDZCgMRHr_7AB1NiuwuFcxFl5XXXhCnWkSc-qctFENI1rU1rNuznaXC47q4QG3_NBRnobehMan__gwtnbWuEcZVAqsLKUM9zxMLHaWns1ZxXz5bYK4Gq/s1600/recompensasjuntas.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiWXHK4BIE7uKJ8CIhSPumMeWoAwDZCgMRHr_7AB1NiuwuFcxFl5XXXhCnWkSc-qctFENI1rU1rNuznaXC47q4QG3_NBRnobehMan__gwtnbWuEcZVAqsLKUM9zxMLHaWns1ZxXz5bYK4Gq/s320/recompensasjuntas.png" width="245" /></a></div>
<br />
<em>Las
autoras de este reportaje están trabajando en un libro sobre las
consecuencias del consumo de aceite de palma en el mundo. Si
quiere colaborar en esta investigación, puede hacer una aportación en <a href="https://goteo.org/project/aceite-palma/home">Goteo.org</a>. </em><br />
<br />
* Publicado <a href="http://www.elconfidencial.com/mundo/2015-10-12/el-lado-oscuro-del-aceite-mas-consumido-del-mundo-los-secretos-del-aceite-de-palma_1052708/">en El Confidencial</a>. <em><br /></em><br />
Nazaret Castrohttp://www.blogger.com/profile/07273103837299512938noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7885204887280491661.post-42378857066061742412015-10-06T10:06:00.000-03:002015-10-14T18:05:48.201-03:00La cara oculta del aceite de palma<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgB4QakVNPWTDX3pGENOJTPKaaUgEJq_qmtWoXIJBuT5z0cvlCyb-mVDkGbqKEgV5WewkSk9QepSh1skT6R-hxOryVuEiHdTId1H1VKI0yckCEkjeML5A9yOHMeQ0d9PuDjTyiG_GRNpFZw/s1600/portada_video.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="176" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgB4QakVNPWTDX3pGENOJTPKaaUgEJq_qmtWoXIJBuT5z0cvlCyb-mVDkGbqKEgV5WewkSk9QepSh1skT6R-hxOryVuEiHdTId1H1VKI0yckCEkjeML5A9yOHMeQ0d9PuDjTyiG_GRNpFZw/s320/portada_video.png" width="320" /></a></div>
La palma de aceite está de moda. Es
el monocultivo que más rápidamente se ha extendido en los últimos años, a
costa de intensos procesos de deforestación y pérdida de bosques
tropicales, sobre todo en el Sudeste asiático. El motivo es sencillo: el
aceite de palma es el más rentable, y tiene la cualidad de conservar
sus propiedades a temperaturas elevadas. Esto lo ha convertido en el
aceite más utilizado por la industria alimentaria global; pero también
es profusamente empleado en cosméticos, jabones, champús y velas. <b>El aceite de palma apenas se ve y apenas se nombra, pero está en la mitad de los productos que encontramos en un supermercado.</b><br />
<br />
Al otro lado de las complejas cadenas de valor globales, están los
campesinos de países tropicales en los que se ha impuesto o se está
imponiendo la palma a un ritmo acelerado, como Malasia, Indonesia,
Colombia, Guatemala, Camerún, Nigeria y la mayor parte de África
Occidental. En estos países, el rechazo local al monocultivo de palma es
creciente: la experiencia les muestra cómo el discurso oficial de
empresas y gobiernos, que promete “empleo, desarrollo y progreso” de la
mano de la palma, oculta más de lo que muestra. <b>Invisibiliza que
comunidades enteras serán forzadas a desplazarse y abandonar los modos
de vida que les daban sustento -la agricultura y ganadería familiar, en
muchos casos-. </b>A veces, no sin grandes dosis de violencia y
vulneraciones de los derechos humanos, como en el caso de Colombia,
donde la palma llegó de la mano del paramilitarismo a territorios
ancestrales de comunidades indígenas, afrodescendientes y campesinas.<br />
<br />
<div class="entry-more">
<b>Como sucede con otros monocultivos, como la soja o las
plantaciones de pino y eucalipto, el problema no es el árbol, sino el
modelo de desarrollo que trae consigo</b>. Y los monocultivos de
palma que crecen acelerada y descontroladamente en el Sur global,
acabando a su paso con la biodiversidad biológica y cultural y
auspiciados por entidades como el Banco Mundial y el Fondo Monetario
Internacional, se insertan en un modelo de agricultura global que no se
orienta a la producción de alimento, sino a la generación de lucro
monetario.<br />
<br />
Ese modelo orientado al lucro requiere de cada vez más hectáreas
dedicadas a la palma, para que la abundancia de oferta redunde en
precios baratos, y disminuyan de esta manera los costes de producción de
las industrias globales de los alimentos ultraprocesados, la cosmética y
los agrocombustibles. Así, <b>Indonesia ya se ha convertido en el
mayor deforestador del mundo, por delante de Brasil, para satisfacer las
necesidades de su industria aceitera</b>. Pero mientras el aceite
barato engorda las ganancias de las empresas transnacionales, en las
plantaciones de palma se denuncia el uso de mano de obra en condiciones
análogas a la esclavitud, incluyendo menores de edad, como en Malasia, y
en algunos países, como Colombia, se han denunciado prácticas
antisindicales destinadas a precarizar aún más las condiciones de
trabajo.<br />
<br />
¿Qué modelo de desarrollo hay detrás de eso que se vende como
“modernización del campo” e “inserción en las cadenas globales de
valor”? La palma se anuncia como la oportunidad para sacar de la pobreza
a pueblos que habitan en las zonas tropicales de Asia, África y América
Latina y llevar el desarrollo a esos territorios improductivos. Pero,
¿a qué llamamos desarrollo? <b>“La selva ya está desarrollada: la selva es vida”, responde el activista ecuatoriano Franco Viteri</b>, citado por Naomi Klein en su último ensayo, <i>Esto lo cambia todo. El capitalismo contra el clima</i> (Paidós, 2015).<br />
<br />
Klein da en el clavo cuando asegura que la supervivencia de la
especie humana, el futuro de nuestros hijos y nietos, depende del éxito
de las luchas locales de comunidades indígenas y campesinas en todo el
mundo, que luchan por preservar sus formas de vida frente a la
destrucción que llevan a sus territorios emprendimientos agrícolas,
mineros o energéticos. Incluidas, cada vez más, las resistencias al
monocultivo de palma. En <a href="http://blogs.elpais.com/3500-millones/2015/10/www.carrodecombate.com" target="_self">Carro de Combate</a> <b>queremos
conocer a esos guerreros defensores de los ecosistemas; queremos
también analizar en profundidad los impactos sociales y ambientales del
monocultivo de palma y las repercusiones de una alimentación cada vez
más basada en productos ultraprocesados ricos en aceite de palma</b>. Para ello, necesitamos financiarnos a través del crowdfunding que hemos lanzado en <a href="https://goteo.org/project/aceite-palma/home" target="_self">Goteo</a>. ¿Nos ayudas?<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjp1kB9dVl-8yZhJMapsuDWDYjp44Y0495sjc1iygEUli39DQlLONV2_CbMO2c8vYUBJbyfLTL56yAIf13VmE-aii2J5yguYmWV1bC1xwhVY3JbjNan-RZbxBuzvML3A4G7EcgSma5wkby3/s1600/recompensasjuntas.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjp1kB9dVl-8yZhJMapsuDWDYjp44Y0495sjc1iygEUli39DQlLONV2_CbMO2c8vYUBJbyfLTL56yAIf13VmE-aii2J5yguYmWV1bC1xwhVY3JbjNan-RZbxBuzvML3A4G7EcgSma5wkby3/s320/recompensasjuntas.png" width="245" /></a></div>
<br />
<br />
* Publicado <a href="http://blogs.elpais.com/3500-millones/2015/10/la-cara-oculta-del-aceite-de-palma.html">en el blog 3500 millones de El País</a>. <br />
Por <b>Nazaret Castro </b>(@nazaret_castro_) y el <b>Colectivo <a href="http://blogs.elpais.com/3500-millones/2015/10/www.carrodecombate.com" target="_self">Carro de Combate</a></b> (@Carrocombate). Este proyecto está buscando apoyo a través de <a href="https://goteo.org/project/aceite-palma/home" target="_self">Goteo</a> para completar la investigación sobre los efectos de la industria del aceite de palma.<br />
<br /></div>
Nazaret Castrohttp://www.blogger.com/profile/07273103837299512938noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7885204887280491661.post-41516117774696767382015-10-01T09:39:00.003-03:002015-10-02T13:28:22.960-03:00Una introducción histórica a la sociedad de consumo (2/3): Fordismo y consumo de masas<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiuKuqVs5_u30lOnAhm0snhaA0A103tZ3EM-fs5nGyVxAn3DO4ZUDECDZcWkhoSpqALJogXqbcTcHBxZLdYWHEtb9LGMps8PpHgRcOW-iLJhRGJNiDvSaGC8Qex9XN4V0Edw60S5t32JlEH/s1600/chaplin-charlie-modern-times_011.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="203" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiuKuqVs5_u30lOnAhm0snhaA0A103tZ3EM-fs5nGyVxAn3DO4ZUDECDZcWkhoSpqALJogXqbcTcHBxZLdYWHEtb9LGMps8PpHgRcOW-iLJhRGJNiDvSaGC8Qex9XN4V0Edw60S5t32JlEH/s320/chaplin-charlie-modern-times_011.jpg" width="320" /></a></div>
<br />
<br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">A lo largo de los tres siglos que necesitó el capitalismo para consolidarse como<a href="http://www.gramsci.org.ar/12/gruppi_heg_en_gramsci.htm"> sistema hegemónico -en el sentido gramsciano-</a>,
se fue imponiendo la ley de la oferta y la demanda, en detrimento de
los gremios medievales, que durante siglos impidieron la competencia. Y<b> cambió el significado social del dinero</b>, que ganó un protagonismo central al tiempo que, progresivamente,<b> se justificó el cobro de interés</b>,
que había sido condenado durante siglos. Los sistemas políticos
europeos se tomaron más en serio la libertad que la igualdad y la
fraternidad, de la tríada de valores de 1789 (<i>liberté, égalité, fraternité</i>), y <b>la propiedad privada se erigió en el valor supremo</b> de las constituciones, mientras se expandían por Europa las ideas de Adam Smith y John Locke.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">El Estado, en su concepción moderna, apareció como garante último de
la reproducción del capital como eje ordenador de la sociedad; aunque,
eso sí, no exento de tensiones y contradicciones, pues los estados
europeos debían -y deben- sostener simultáneamente <b>dos
instituciones contradictorias: la acumulación creciente de la riqueza
económica y el mantenimiento, al menos formal, de la democracia política</b>.</span></span><br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">El engranaje capitalista estaba en marcha, pero su despegue sólo fue
posible con la Revolución Industrial, que comenzó en la Inglaterra del
siglo XVIII y se profundizó y expandió el siglo siguiente, sobre todo,
desde el momento en que comenzaron a utilizarse los combustibles fósiles
(Fernández Durán y González Reyes, 2014). La ingente cantidad de
energía que éstos proveían, junto al desarrollo tecnológico, permitió el
abaratamiento de los procesos productivos y la expansión de la
industria y, con ello, del consumo. Entre los siglos XVIII y XIX, Europa
y Estados Unidos asistieron a un <b>espectacular aumento de la producción</b>: para el historiador Neil McKendrick, fue la primera revolución consumista de la historia.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">La consecuencia inmediata fue una <b>profundización y aceleración de la huella ecológica</b>,
es decir, el impacto ambiental generado por el consumo humano en
relación a la capacidad que tiene la tierra para regenerar esos recursos
utilizados. Sin embargo, la mayoría de la población seguía sumida en la
pobreza: son múltiples los relatos de las durísimas condiciones de la
clase obrera en las fábricas decimonónicas. Sólo en el siglo XX esto
comenzó a cambiar.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">El fordismo supuso una auténtica revolución para las sociedades
capitalistas. Henry Ford, fundador de la Ford Motor Company, dio un
vuelco a la forma de producir -y, sobre todo, de consumir- con dos
medidas: las líneas de producción donde cada obrero realizaba una única
tarea sencilla -como satiriza Charles Chaplin en el filme <i>Tiempos modernos</i>– y el <i>salario de eficiencia</i>
de 5 dólares diarios al día, el doble de lo que solía cobrar cualquier
trabajador normal. La idea de Ford era que un empleado satisfecho con
sus condiciones laborales acaba siendo más productivo y se ausenta menos
del trabajo; su salud probablemente también mejorará y las bajas serán
más reducidas. Y, por si fuera poco,<b> el propio trabajador se convertía en un consumidor potencial</b>
de los productos fabricados por la empresa (esto fue fundamental en el
caso de Ford), por lo que se crea un círculo de crecimiento.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">Ford introdujo su salario de eficiencia en 1914. Pocos años después, en la década de 1920, se produciría el gran <b>impulso de la mercadotecnia y la publicidad en Estados Unidos para fomentar el consumo</b>,
en una época en que los trabajadores tenían más interés en reducir sus
jornadas de trabajo que en ganar poder adquisitivo (Rifkin, 1995). Fue
entonces cuando se engrasó la maquinaria del marketing: los comercios
llamaron a “comprar ahora” por el bien de la nación, las marcas
sedujeron a los consumidores para que adquirieran los últimos productos,
que además fueron reorientados a un público más general. Así la <b>Coca
Cola pasó de ser un remedio para el dolor de cabeza a una bebida de
consumo generalizado y la industria alimentaria inventó nuevos hábitos
como el de los cereales para el desayuno</b>.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">Fue lo que el periodista Edward Cowdrick llamó el Evangelio del
Consumo, en el que “el trabajador se ha convertido en alguien más
importante como consumidor que como lo es como productor” (Glickman,
2009). Este <b>Evangelio del Consumo</b>, en el que la
introducción del crédito para los pequeños consumidores fue esencial,
sobrevivió a la Gran Depresión y la posterior II Guerra Mundial. En la
sociedad estadounidense <b>se había instalado la nueva psicología del consumo; el <i>American Dream</i> </b>de la casa, el automóvil y la cortadora de césped.</span></span><br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;"><br />
Tras la conflagración bélica y la implementación del Plan Marshall, esa
psicología consumista se expandió en Europa. Se abrían los Treinta Años
Gloriosos del capitalismo (1945-1973), en los que pareciera que las
políticas expansionistas de J. M. Keynes podían frenar las crisis de
sobreproducción y subconsumo inherentes a los ciclos capitalistas a
través de medidas contracíclicas como inversión en infraestructuras para
impulsar el empleo y políticas monetaristas expansivas.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">La crisis del petróleo de 1973 marcó el final de ese ciclo, pero el
abrupto aumento de los precios del petróleo no fue sino el detonante de
un proceso que se venía fraguando años antes: la mejora sostenida de los
salarios había reducido los márgenes de la ganancia y ponía en riesgo
la acumulación del capital que reproduce el sistema. <b>El Estado
de Bienestar fue progresivamente desmantelado y sustituido por la
ideología neoliberal: menos gasto social, desregulación y
privatizaciones. Un credo hecho a medida de las empresas transnacionales</b>, que se consolidaron en esta época como un actor cada vez más protagonista de la vida económica y social.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span>
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;"><b>Bibliografía de referencia</b></span></span><br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">Fernández Durán, Ramón, y González Reyes, Luis (2014),<i> En la espiral de la energía. Historia de la humanidad desde el papel de la energía (pero no sólo).</i> 2 volúmenes. Madrid, Ecologistas en Acción.</span></span><br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">Glickman, Lawrence B. (2009), Buying Power: <i>A History of Consumer Activism in America</i>.</span></span><br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">
</span></span><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">Rifkin, Jeremy (1995), <i>The End of Work: The Decline of the Global Labor Force and the Dawn of the Post-Market Era</i>, Putnam Publishing Group.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">* <a href="http://www.carrodecombate.com/2015/10/01/una-introduccion-historica-a-la-sociedad-de-consumo-23-fordismo-y-consumo-de-masas/">Publicado en Carro de Combate</a>, como parte de la serie de artículos con enfoque académico sobre la sociedad de consumo, que estamos publicando el primer jueves de cada mes.</span></span><br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">* Ilustro con la mítica imagen de Chaplin en <i>Tiempos Modernos</i>, parodia implacable del sistema de producción fordista. </span></span><br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjRBSb4veFt5aC4iXkvl9jh-RlhLwaY2QueMdxo94lIQDcxNxsi8sFtMFBdpYn3eBumVDZNtiWxhxzM8zQeFV2ZZBTjqvooM5Gaf7ZnEiWU53mZKDUmCNNNotSUOFZjfh2YFRjmCjyJowoC/s1600/banner_small.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="158" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjRBSb4veFt5aC4iXkvl9jh-RlhLwaY2QueMdxo94lIQDcxNxsi8sFtMFBdpYn3eBumVDZNtiWxhxzM8zQeFV2ZZBTjqvooM5Gaf7ZnEiWU53mZKDUmCNNNotSUOFZjfh2YFRjmCjyJowoC/s320/banner_small.png" width="320" /></a></div>
<br />
<br />
<br />
<br />
<span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;"><a href="https://goteo.org/project/aceite-palma/home">Colabora en Goteo.org</a> para financiar nuestra próxima investigación sobre la palma aceitera.</span></span><br />
<br />
<br />Nazaret Castrohttp://www.blogger.com/profile/07273103837299512938noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7885204887280491661.post-30884760997247320732015-09-29T10:13:00.001-03:002015-09-29T10:13:20.118-03:00¿Se imaginan una Colombia sin coca?<h2>
<span style="font-size: small;"><em>Colombia ha anunciado un <strong>giro en su política contra las drogas</strong>:
como pedían los campesinos, se pondrá fin a las fumigaciones con
glifosato y se implementarán políticas para apoyar a los pequeños
productores que abandonen los cultivos ilícitos. El país marca el camino
para otros estados al cerrar la página de las políticas
prohibicionistas acordadas con EEUU que, en última instancia, han
terminado consolidando el poder de los grupos armados ligados al
narcotráfico.</em></span></h2>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgZWjxpFUHyvLvK5GLKB-WDy5lsSYUu-4EnWG7rOq2ZbtBTMJ8A8Km1iVIdbwSKatMp8GdvA0RoJHE1VrioRqS5x1xpsTkCVsNLuJy26OJO2_0UtVwSwPX3wp2sW-ZiXlFzQs6OYLjnVtE4/s1600/coca-leaf-bolivia-credit-sara-shahriari.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="213" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgZWjxpFUHyvLvK5GLKB-WDy5lsSYUu-4EnWG7rOq2ZbtBTMJ8A8Km1iVIdbwSKatMp8GdvA0RoJHE1VrioRqS5x1xpsTkCVsNLuJy26OJO2_0UtVwSwPX3wp2sW-ZiXlFzQs6OYLjnVtE4/s320/coca-leaf-bolivia-credit-sara-shahriari.jpg" width="320" /></a></div>
<br />
<br />
“<strong>Una Colombia sin coca</strong> y <a href="http://www.elconfidencial.com/mundo/2015-09-25/colombia-el-reto-de-la-paz-sin-impunidad-de-los-asesinos_1035688/">sin conflicto era imposible</a> hace apenas unos años. <strong>Hoy es una posibilidad real</strong>.
¿Se la imaginan?”. Con estas palabras, el presidente colombiano, Juan
Manuel Santos, expuso hace unos meses ante la Asamblea General de
Naciones Unidas su voluntad de vincular la <strong>resolución del conflicto armado al fin del narcotráfico</strong>. Ahora que las negociaciones de paz con las FARC (las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) <a href="http://www.elconfidencial.com/mundo/2015-09-27/colombia-proceso-de-paz-acuerdo-de-justicia-conflicto-armado-farc-gobierno_1036895/">llegan a su momento más esperanzador</a>,
las palabras de Santos vuelven a resonar en un clima de esperanza:
“Colombia no tiene por qué seguir siendo el primer exportador de coca
del planeta, y vamos a probarlo”. ¿Se imaginan una Colombia sin coca y
sin narcotráfico?<br />
<br />
El mismo día que anticipaba el acuerdo sobre
justicia que da el espaldarazo final al proceso de paz, el Gobierno
colombiano anunciaba un <strong>giro en la política contra las drogas</strong>;
un giro en la dirección que, desde hace años, vienen reclamando las
comunidades campesinas. El nuevo Plan Integral de Sustitución de
Cultivos Ilícitos acabará, a partir del 1 de octubre, con las polémicas
fumigaciones desde el aire con glifosato. La decisión se había
anticipado el pasado mayo y era cuestión de tiempo, después de que la
Organización Mundial de la Salud (OMS) publicara un informe que asocia
el glifosato al <a href="http://internacional.elpais.com/internacional/2015/04/13/actualidad/1428944889_293771.html">cáncer en humanos</a>.<br />
<br />
Durante casi 20 años, el célebre herbicida de la multinacional estadounidense <strong>Monsanto</strong>
ha sido una herramienta fundamental en la lucha contra los cultivos
ilícitos, pese a las denuncias de los agricultores locales, que culpaban
al glifosato del aumento de enfermedades respiratorias, abortos y otros
problemas de salud, por no hablar de las <strong>devastadoras consecuencias para el ganado y para el resto de cultivos</strong>.
Las fumigaciones eran un elemento clave del Plan Colombia, con el cual,
desde 2000, el país recibe la financiación directa de Estados Unidos
para la <a href="http://www.elconfidencial.com/mundo/2015-04-30/este-es-el-cartel-mas-rico-del-mundo-dueno-de-las-drogas-en-europa-y-nadie-lo-conoce_785197/">erradicación de la coca</a>. En los últimos años, al glifosato se sumó la erradicación manual forzosa.<br />
<br />
Gracias
a la presión de las organizaciones sociales, las fumigaciones ya fueron
declaradas ilegales en parques naturales y en la frontera con Ecuador;
pero en el resto del país, las comunidades seguían sufriendo, muchas
veces sin avisar, fumigaciones sobre sus tierras hasta 10 veces por año.
Lo más paradójico es que, según cuentan los campesinos afectados, <strong>“el glifosato acaba con todo, menos con la coca”</strong>.<br />
<h2>
Alternativas a los cultivos ilícitos</h2>
Los campesinos llevaban años demandando políticas que, en lugar apelar a la prohibición y la erradicación forzosa, ofrezcan <strong>alternativas reales para los productores microfundistas</strong>
que quieran sustituir los cultivos de coca por otros de "pan coger",
como llaman en Colombia a los cultivos para el consumo local. Es lo que,
aparentemente, está ahora sobre la mesa: “Se está hablando de ayudar a
los campesinos cocaleros en lugar de reprimirlos”, ha asegurado el
politólogo y activista León Valencia, exguerrillero en el Ejército de
Liberación Nacional (ELN), para quien Colombia entraría así “en una
nueva era para superar el problema de las drogas, ofreciéndole una
salida al campo colombiano”.<br />
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<span class="summary fly-summary">Lo
que exponen las comunidades rurales es la falta de voluntad política
real de acabar con un negocio tan lucrativo como es la cocaína</span>La erradicación forzosa ha encubierto la política de “represión y <strong>criminalización” de los pequeños productores</strong>,
según ha denunciado el Cabildo Indígena del Macizo Colombiano (CIMA),
que reúne a organizaciones indígenas y campesinas de una de las regiones
con mayor presencia de cultivos de hoja de coca. Las comunidades
locales denuncian que la erradicación manual ha sido la disculpa para
“un enfrentamiento directo entre las autoridades militarizadas y la
sociedad civil”, y relatan episodios de violencia, inclusive asaltos
sexuales. <a href="http://witnessforpeace.org/downloads/drug_war_delegation_report_spanish_02.pdf">En un informe publicado en 2013, Witness for Peace</a> sostiene que la política antinarcótica estadounidense en Colombia “ha causado despojamiento y violaciones de derechos humanos, <strong>ha incrementado el tráfico de armas</strong> y <strong>ha aumentado la violencia</strong>”. En definitiva, lo que exponen las comunidades rurales es la falta de voluntad política real de acabar con <a href="http://www.elconfidencial.com/mundo/2014-03-09/los-espanoles-las-mulas-favoritas-del-narco-para-introducir-cocaina-en-europa_98838/">un negocio tan lucrativo y estratégico como es la cocaína</a>. Falta por ver si, en el contexto de las negociaciones de paz, esa voluntad ha cambiado.<br />
<br />
Sobre
el papel, así es: la nueva política de erradicación manual no sólo
contempla que las FARC colaboren con el proceso, sino que incorpora
políticas de <strong>apoyo para las familias que se pasen a los cultivos lícitos</strong>:
si lo hacen durante cinco años, tendrán acceso a la titularidad de las
tierras, y ese no es un aspecto menor en el campo colombiano, donde la
falta de regularidad en las tierras es una de las principales fuentes de
inseguridad para los pequeños agricultores.<br />
<h2>
La economía de la coca</h2>
Pero,
¿es realista pensar, a corto o medio plazo, una Colombia sin coca?
Guste o no, la coca sigue siendo la fuente principal de ingresos para
unas 180 mil familias en Colombia. Las cifras bailan, si bien dan fe del
peso de la coca en la economía colombiana. <a href="http://ediciones.uniandes.edu.co/index.php?Itemid=83&option=com_zoo&view=item&category_id=0&item_id=2085">Un estudio de la Universidad de los Andes de 2011</a> cifraba en un <strong>2,3% del PIB el peso de la coca y el narcotráfico en la economía colombiana</strong>;
de un total de 7.694 millones de dólares, 5.400 millones correspondían a
las ganancias de los narcotraficantes. Además, según la Unidad de las
Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), en 2014 aumentó un
44% la superficie dedicada a cultivos ilícitos, hasta llegar a
69.000 hectáreas, una cifra similar a la de 2011. La mayor parte de esos
cultivos están concentrados en el Sur del País, en departamentos
(provincias) como Putumayo, Nariño y Cauca.<br />
<br />
“<strong>La coca salvó a Colombia de una revolución social</strong>”,
afirma el escritor y periodista Alfredo Molano, conocedor como pocos de
la Colombia rural. Se refiere al hecho de que, sin el recurso a la hoja
de coca, miles de familias campesinas se hubieran visto <strong>abocadas al hambre</strong>, y con ello, al estallido violento de una revolución, en <a href="http://www.elconfidencial.com/mundo/2015-02-18/colombia-no-es-pais-para-sindicalistas_713843/">uno de los países más desiguales</a> y latifundistas del planeta: su índice Gini de propiedad de la tierra es de 0,88 (donde 1 es la desigualdad absoluta).<br />
<br />
La situación de los campesinos empeoró con la apertura económica
iniciada por César Gaviria en los años 90. Desde entonces, los
campesinos han sufrido las <strong>oscilaciones en los precios</strong> del café, el cacao, el arroz o el maíz. <strong>Un nuevo varapalo fueron los tratados de libre comercio</strong> (TLC) <a href="http://www.elconfidencial.com/mundo/2014-06-30/el-tratado-que-puede-cambiarlo-todo_153692/">firmados con </a><strong><a href="http://www.elconfidencial.com/mundo/2014-06-30/el-tratado-que-puede-cambiarlo-todo_153692/">Estados Unidos</a> y Europa</strong>,
cuyos alimentos subsidiados se venden en Colombia por debajo de los
costes de producción; por si fuera poco, los insumos (semillas,
herbicidas, maquinaria) no dejan de encarecerse. Los márgenes de
ganancia son tan estrechos que <strong>muchas familias optan por la coca, la marihuana</strong>
o la amapola como la única opción para garantizar su subsistencia. La
coca tiene además la ventaja de ser un cultivo muy resistente a las
plagas: los campesinos denuncian inclusive que las fumigaciones de
glifosato terminaban acabando con los cultivos de "pan coger", pero no
con la hoja de coca.<br />
<h2>
Coca no es cocaína</h2>
Mientras los
campesinos demandan alternativas sostenibles al cultivo de coca, los
pueblos indígenas reclaman la legalización de su planta ancestral. Hace
al menos 10.000 años que los <strong>pueblos indígenas de la región andina consumen hoja de coca</strong>.
Es sabido que mascar coca previene el mal de altura y quita el hambre;
es también apreciada por sus propiedades nutritivas y curativas y su
resistencia a las plagas. Es más: muchos pueblos aborígenes, como los
Nasa y los Misak, la consideran una planta sagrada, que representa la
conexión con la 'Pachamama', y la utilizan en sus rituales religiosos;
también se fabrican decenas de productos a partir de la coca, desde
bebidas y remedios hasta galletas y panes.<br />
<br />
No extraña entonces que
para las comunidades indígenas en Colombia, Perú o Bolivia sea tan
difícil de entender la política prohibicionista que condena una planta
de uso milenario porque el hombre blanco aprendió a sacar de la hoja una
sustancia con la que se fabrica la lucrativa cocaína. Criminalizar el
cultivo de coca <strong>es asumir que la sagrada hoja es lo mismo que la cocaína</strong>,
cuando se requieren grandes cantidades de la planta, y un complejo
proceso químico, para producir cocaína. Criminalizar la coca es, en
definitiva, “una afrenta a la naturaleza y a nuestra identidad
milenaria”, según la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC).
Tal vez, a fin de cuentas, el interrogante de partida esté equivocado:
como andinas que son, estas son tierras de coca. <strong>Lo que habría que imaginar sería una Colombia sin cocaína</strong>.<br />
<br />
* <a href="http://www.elconfidencial.com/mundo/2015-09-29/se-imaginan-un-mundo-sin-coca_1040644/">Publicado en El Confidencial</a>.Nazaret Castrohttp://www.blogger.com/profile/07273103837299512938noreply@blogger.com0